Con un opening en rojo al más puro estilo realidad alternativa de Fringe continuamos la (media)temporada infernal de Once Upon a Time. La cosa no mejora demasiado en Infra-Storybrooke, pero al menos hemos pasado de ver el coche de Cruella al fondo de la escena a enfrentarnos a ella misma, y parece no ser su última aparición. El jovencito Hercules, la sosita Megara y la pavita mini-Blancanieves protagonizan el capítulo de la semana, que si bien ha sido entretenido, ha tirado por tierra lo mejor de la adaptación Disney de la leyenda del semidios sin llegar a honrar ninguna otra versión de la leyenda del héroe.
Años ha, cuando mini-Blanca aún no sabía cómo afrontar su puesto como regente protectora de su reino, en un ataque de ansiedad al no poder luchar contra unos bandidos —contratados por Regina, todo sea dicho—, huye al bosque y conoce al jovencito Hercules, un fortachón que le ayudará a ser la reina que su pueblo necesita. Es él quien, con 11 de las 12 pruebas para entrar en el Olimpo conseguidas, enseñará a Blancanieves a utilizar el arco y encontrar el valor para llegar a ser la heroína que todos conocemos. Esa prueba que le faltaba por completar a Hércules es justo la que nos lleva al presente, en el Inframundo, prueba que habrá de ser superada para poder liberar a Garfio: acabar con Cerbero.
En lo más profundo de Infra-Storybrooke, Meg y Garfio son presos de Hades, pero la primera, con ayuda del pirata, logra escapar del perro guardián y avisar a Emma, los Charming y cía del paradero del amado de la Salvadora. Con ayuda del difunto jovencito Hercules, que falleció tratando de matar a Cerbero, acabarán con éste, permitiendo a Herc y Meg ascender al Olimpo y acercando a los héroes de Storybrooke a la prisión de Garfio. Mientras, el pobre hombre con su ojo hinchado y sin su garfio tendrá que decidir según se van salvando almas, cuál de las "intrusas" se quedará. ¿Significará esto la muerte de algún personaje importante?
Pero hablemos de Cruella, que con su añoranza (doble) a la ginebra nos ha vuelto a conquistar. No le gusta haber muerto. Nada. Cero. ¿Y qué mejor que ir a por el rival más débil para volver a darse un garbeo entre las mejores botellas del mundo de los vivos? Aprovechándose del ansia de Henry por redimir a Emma, le camelará para recuperar la pluma del Escritor y reescribir su historia. Pan comido. Cruella te queremos, vámonos de copas.
Para episodios venideros espero una evolución en Hades hacia un Hades de verdad, que Meg no vuelva nunca porque me ha destrozado un personajazo y que no se vuelva a hablar jamás de la relación entre Blancanieves y Hercules, porque me ha chocado hasta límites insospechados. Ese beso no era necesario, gracias. Podría haberse quedado en una bonita amistad y enseñanza mutua y todos contentos, pero no. Poco podemos hacer con respecto a esto, pero lo que sí podemos es agradecer a Hercules el haber convencido a Blancanieves de volver a ser ella. Adiós Mary Margaret, no te echaremos de menos, queremos a nuestra bandolera.
PD. Rumple, vuelve al radar, que estás missing, amigo.
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