Fear the Walking
Dead ya
calienta motores. Su segunda temporada se estrena el próximo 10 de abril en
Estados Unidos y llegará simultáneamente a España, a las tres y media de la
mañana por AMC. TV Spoiler Alert tuvo la
oportunidad de hablar con el actor Rubén Blades (Daniel Salazar) sobre qué
esperar de esta segunda entrega, y nos ha confirmado que los caminantes ya no
serán el único peligro al que se enfrentarán los protagonistas.
Desde el comienzo de la primera temporada, el
spin off dejó claro que contaría con la
semilla de The Walking Dead pero que
no igualaría a su predecesora. Con un ritmo lento bastante polémico para
algunos y necesario para otros, y unos personajes mucho más complejos, la serie
de David Erickson logró convencer a gran parte de la crítica y se hizo con una
segunda temporada incluso antes de estrenarse la primera. Pero, ¿en qué se distanciará exactamente esta
nueva entrega?
La carga psicológica con la que contaba cada personaje
fue clara desde el primer capítulo. La serie dedicó episodios enteros sólo a
desarrollar la personalidad de los protagonistas, para explorar la psique de
cada uno, con un ritmo bastante lento que obligara a los personajes a ser guiados por los sucesos que iban teniendo lugar sin
contar casi con la presencia de ningún caminante. Gracias a la entrevista con Rubén Blades, organizada
por AMC, el actor explicó qué le depararía el personaje de Salazar en esta segunda
entrega. Está claro que se le podría resumir perfectamente como el antihéroe de
la ficción americana, mientras que a su espalda cuenta con defensores y
detractores. Daniel Salazar representa a una gran parte de la población mundial
marcada por secuelas de la brutalidad de la guerra, una backstory que tenía bastante jugo para darnos al personaje badass de la serie. El quid de la cuestión recae
en cómo se las arreglará el personaje de Blades para congeniar con el resto de
supervivientes, ahora que su mujer no está para darle sentido a la realidad
que les rodea.
“Salazar en la
segunda temporada va empezando a
experimentar las consecuencias de la pérdida de Griselda. Ella (Griselda) ayudó
de alguna forma a Salazar a darle un sentido a su reinvención.”
En un mundo dominado por la anarquía, en el
que el ejército no es capaz de controlar la situación y cada uno sobrevive como
puede, un sujeto como Salazar ve de manera justificada actuar sobre cualquier
límite ético o moral que dominase sobre la civilización pasada. El sociópata en
el que se va convirtiendo a medida que van pasando los capítulos vive por y
para su familia, con la única necesidad de defenderla a toda costa. Ahora que su otra mitad está muerta y su hija es lo bastante lista como para no dejarse
guiar ciegamente por los actos de su padre, Salazar se verá situado de nuevo en
aquel espacio bélico y caótico que dominaba su pasado. Si el contraste que había entre este personaje
y la familia Clark y Manawa ya era notoria en los primeros capítulos, la brecha
que separaban a los protagonistas del personaje de Blades será bastante más
grande en esta temporada, sobre todo si el escenario será tan reducido como
para desarrollarla en medio del mar.
“Salazar no es necesariamente lo que ustedes creen que es, hay muchos detalles de él en su
período fuera de Estados Unidos mucho más complejos y difíciles de entender.
Griselda le ayudó a superar esos traumas de su vida.”
Y es por eso que la pérdida de su esposa le
marcará tanto en esta nueva entrega. Los sucesos que vivió Salazar, resumidos
en los conflictos bélicos que tuvieron lugar en Centroamérica desde mediados de
los sesenta hasta finales de los ochenta, le marcaron de por
vida y afectaron su percepción, pieza fundamental a la hora de la toma de decisiones. Por ello no fue deslumbrante verle caminar por la noche con una horda
de miles de caminantes detrás de él, o dispuesto a acabar con cualquiera de los
otros personajes al más mínimo movimiento sospechoso. Y tampoco sorprende
verle llevando la batuta en situaciones de descontrol sin tener que pararse a
pensar en el shock que está ocasionando en los Clark y los Manawa, quienes
compresiblemente no llegan a asimilar del todo el status en el que se
encuentran. Al contrario que con The
Walking Dead, con la obra de Erickson se sabe desde el primer momento que
no es una serie sobre zombies sino sobre los humanos que habitan con ellos. En
los primeros capítulos desarrolló una trama que Rick vivió en unos pocos
minutos.
El productor prometió más acción y un ritmo
más dinámico en esta nueva temporada. Probablemente acabe asemejándose mucho
más a la serie de Rick y compañía de lo que se esperaba; ahora sólo falta
esperar para ver si se explota de manera correcta la personalidad de cada uno
de los personajes o si van a por los datos de audiencia más altos posibles. En esta nueva temporada,
los escritores no contarán con el factor sorpresa del fin de una civilización.
Ahora mismo los protagonistas del spin
off se encuentran en el mismo punto
que Rick y compañía: ambos grupos saben dónde están y a qué se enfrentan, ahora
solo faltará ver cómo se las arreglan los showrunners
para darle un nuevo aire a una de las ficciones más explotadas de la televisión
americana.
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