En una de estas, de un flashback nos plantamos en una ecografía de Meredith
todavía en el útero de su puñetera madre. Pero benditos sean.
Esta semana seguimos tirando del fenómeno
remember con nada más y nada menos que la primera paciente de Meredith, en su primer caso de neuro junto a Derek y en
plena vorágine del “perdona a Amelia por no ser Derek”. Demos gracias que
Skyler Shaye, la actriz que interpretó a la chiquilla en cuestión, no tuvo una
carrera de éxito y la pudieran traer a hacer este reprise fácilmente.
No tenemos más que palabras bonitas para este episodio. Desde Meredith llegando al punto de citar
sus propias frases célebres hasta el uso de las mismas canciones de aquel
piloto que cumple 11 años este mes. Podemos decir que con esta semana Meredith
termina de cerrar la etapa Derek. El recuerdo es feliz. La herida está
cicatrizada y las cuentas con su difunto marido quedan saldadas. De momento.
La otra parte contratante de esta enésima parte del conflicto, la Shepherd Bis, completa su propio ritual
de paso, guardando el TAC de la amiga Katie Bryce sobre el que su
hermanísimo le hizo veinte vidas y treinta muertes atrás, y no sin su ración de
lágrimas y sufrir. Le ha faltado ponerse cual Superman como si estuviese a
punto de vaciarle el cerebro a Geena Davis. You go, girl.
En este cruce de casos y legados, se cuela el nuevo terror de las nenas:
Nathan Riggs. Terror en el sentido de
que absolutamente nadie le quiere allí y es un veredicto a voz en grito.
Casualmente confesándole a Meredith toda la verdad del caso Cuñados que tiene armado
con Hunt, fluyen los paralelismos del “tenías que haber sido tú” y el “siempre
se mueren los que no deben”. ¿No sería todo más entretenido si la novia
de/hermana de resucitase cual Walking Dead?
“You helped me be slutty again.” Arizona Robbins vuelve a asomar la cabeza
más de media escena con su bizarro bromance junto a Webber. Arizona se ha acabado convirtiendo en esa
secundona de tercera regional
esporádica que Jo temía ser hace unos cuantos episodios, pero sin comerlo
ni beberlo. Con lo que has sido, reina mora, y ahora sólo metiendo baza entre
DeLuca, Maggie y su santo padre.
Santo padre decide putear a DeLuca siguiendo las leyes de Bailey: interno
al que no se considera persona. Webber,
como maestro de la vida que es y repartidor de justicia divina, nos ameniza
el episodio dejando al auténtico Nuevo Doctor Macizo en déficit calórico y
forzándole a elegir entre un hamburguesote y un frote con la más reciente
hermana de Grey. Y en ese hospital se remanga una bata blanca antes que una
servilleta.
Rematamos la review con breve mención a esa April Kepner aún debatiéndose entre estrategias de guerrilla de
quirófano sobre ese bombo de 9 semanas que está a puntito de empezar a ser
visible para más que el departamento de pediatras. El siguiente gran secreto a
voces está a punto de empezar a correr como la pólvora.
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