Sedúceme con
historias de injertos aórticos para la sostenibilidad del riego al páncreas con
la boca llena de patatas fritas, Meredith Grey, porque sólo tú sabes conquistar
a los más apuestos galanes y ya luego hablar después de tragar.
La Viuda de España y del universo en general se quita los lutos a base de kétchup en una muy debatida primera cita después del momento stalker que se
marcó el apuesto doctor paramilitar de los ojos tan proporcionados. Alex vota
que se raja, Maggie apoya la moción de limpieza de telarañas como si fuese
nueva… Todo el hospital y toda la nación tiene derecho a dar su opinión sobre
si William Thorpe tiene que poner a Meredith con los tacones mirando al techo
del coche o cortejarla un poquito más como si esto fuera 1925. Thorpe, a por
todas, machote. Nosotros te configuramos el GPS para que tengas claro hacia
dónde está Cuenca.
La que va a dejar los tacones en el suelo temporada larga es April. Después
de un muy sentido vete- al-infierno-que-tengo-constancia-divina-de-que-existe-de-verdad-y-qué-mala-soy-insultando,-la-más-chunga-de-Seattle-Sur hacia
Arizona, su amiguísima del alma y depositaria de la gestión de su vulva, April se enarbola la bandera del nosotras
parimos, nosotras decidimos y manda a Jackson a tomar por saco. Que si
quiere ser padre, que le pague una manutención, pero cuando salga el chiquillo,
antes no va a haber consenso. Determinaciones duras para gente blanda.
Otro OTP de barrio, Hunt y Amelia,
está en otra hora baja. ¿Por qué? Porque Amelia es alcohólica. Y si una
alcohólica va a la caravana de su novio con una langosta debajo del brazo (irresistible)
y el novio se ha trincado media fábrica de Heineken porque su ex-mejor amigo le
ha dicho que se mire al espejo y se odie cual quinceañera con trastornos
alimenticios, pues te corta un poco el rollo. Igual que la presencia de Riggs,
que a día de hoy no es capaz de aportar algo positivo o novedoso si no está
ejerciendo de florero.
Os dejamos la promo del episodio de esta semana para ir abriendo boca. Con
mucha spoiler alert, salvo que os pueda la lujuria.
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