La primera temporada de Fear The Walking Dead se despidió en septiembre sin hacer demasiado ruido, con unos niveles de audiencias menores que los de su serie matriz, pero con una premisa muy interesante que no había sido abordada antes: el mar como única vía de escape contra los caminantes. El primer episodio de la segunda temporada, llamado Monster, nos ha subido a bordo del Abigail para que comprobemos que los zombies saben nadar.
Vamos a recapitular lo que ocurrió en la season finale para situarnos un poco. Recordemos que los militares tenían pensado ejecutar la Operación Cobalt, que no era otra cosa que bombardear toda la ciudad para acabar con los caminantes y con todo lo que se pusiera por delante. Tras rescatar de la cuarentena a Nick, todos se dirigen hacia la casa de Victor Strand, que parece tener un plan para escapar del apocalisis a bordo de su yate llamado Abigail. Pero antes de partir, Liza, que había sido mordida, pide a Madison que la dispare, aunque finalmente es Travis quien acaba con su agonía.
El inicio del episodio nos sitúa en la misma playa, donde los protagonistas han empezado la evacuación hacia el barco en plena noche mientras los aviones del ejército están bombardeando la zona. Los caminantes también han llegado, pero Chris se niega a dejar allí el cuerpo de su madre. Su actitud por poco le cuesta la vida a su padre, pero todos consiguen escapar en la lancha pilotada hábilmente por Nick, que se ha erigido como el personaje más útil del reparto.
La premisa de la huida en barco me pareció de lo más seductora de cara al inicio de la temporada, pero sinceramente esperaba que estuvieran más solos en alta mar, al menos un poco de más tiempo. Me ha parecido que la trama está avanzando a toda velocidad en lugar de centrarse un poco más en la tensión de navegar sin rumbo, la escasez de alimentos, etc. Por otro lado, entiendo que la serie no quiera repetirse con los tópicos que ya están superados en The Walking Dead, pero me parece excesivo que la lucha entre humanos por la supervivencia haya llegado a este nivel en tan poco tiempo. Aunque, desde luego, si lo han querido desarrollar ahora el mar es el lugar ideal para hacerlo.
De este primer episodio también hay que destacar dos sentimientos: el de la pérdida de un ser querido y la consecuente reacción de Chris al saber que su padre no ha intenetado salvarlo; y el de la impotencia al no poder ayudar a los ocupantes de la barca a la deriva, que plantea uno de los primeros dilemas al que se enfrenta el nuevo grupo de supervivientes. En el primer caso es cuestión de tiempo que el hijo asuma la muerte de su madre, pero en el segundo, asumir que no se puede ayudar a los demás para poder sobrevivir es algo que tendrán que aprender y que les acabará deshumanizando, como ya pasó con Rick y los suyos.
Estas son las líneas generales de lo que hemos visto en el primer episodio de la segunda temporada de Fear The Walking Dead, que ha empezado dando algunas dosis de buena acción y nos ha regalado interesantes imágenes de los zombies en el mar, donde no se manejan nada mal –incluso sin chaleco salvavidas–.
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