The Vampire Diaries se está tomando las cosas con calma antes de su final de temporada. La serie no quiere agotar las tramas de los hermanos Salvatore y está poniendo la tensión dramática en el resto de sus personajes. No hay más razones para explicar el porqué de un episodio centrado en Bonnie Bennett.
Hace tiempo yo era de esas personas que catalogaban a Bonnie como el personaje más odioso de The Vampire Diaries. Ni Matt o Tyler me parecían tan desagradables como ella, pero cambié de opinión desde que Bonnie estuvo atrapada en la prisión de 1994. En esa oportunidad Kat Graham tuvo momentos en los que brilló y mostró todo el potencial que su personaje podía tener.
Ahora soy fanática de Bonnie y me parece maravilloso ver un episodio en que ella sea la única protagonista. Aluciné con todas sus interacciones junto Enzo porque la química que existe entre ambos actores es espectacular. Además, el triangulo entre Damon, Enzo y Bonnie es muy emocionante. Ver a dos chicos confrontados por una chica que no es Elena me parece fenomenal y ya estoy rezando para poder ver más escenas de ese estilo.
El resto de las tramas me parecen aburridas. Por ejemplo, el que Caroline no quiera hablar con Stefan se convierte en una forma de dilatar una situación que es absurda, pues ya sabemos que son el uno para el otro. Además, poner a Alaric como arista de un triángulo amoroso es buscar un conflicto muy poco creativo.
Hace unas semanas atrás Ian Somerhalder declaró que la serie terminaría en la octava temporada. Ahora él se retractó, señalando que se expresó mal. En su cuenta de Twitter, Ian dejó entrever que es él quien abandonará la serie luego de la octava temporada. Sin Elena, Damon y Bonnie ¿quién más queda en la serie? Lo que aquí ha pasado es que Somerhalder habló más de la cuenta, pero creo que sus dichos iniciales fueron verdaderos.
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