Rozando el ecuador de su sexta temporada, Juego de Tronos nos sigue dejando boquiabiertos semana tras semana con desenlaces sorprendentes y muchas risas silenciosas por parte de los guionistas. Aunque tanto entusiasmo se esté cobrando víctimas tan importantes como el lógico desarrollo de los personajes, el entretenimiento sigue estando al más alto nivel, aunque hay algunas tramas que ya empiezan a resentirse o que, por simple comparación con el resto, no ofrecen el mismo interés.
¡Vamos a ello!
La transformación exprés de Sansa
Si no te has emocionado con los primeros cinco minutos del episodio es que, directamente, no tienes corazón. Sansa, acompañada de Brienne y Podrick, llega al Castillo Negro justo cuando Jon prepara su viaje de despedida. El encuentro entre los hermanastros es emotivo, bonito... y rápido. Tanto, que a la escena siguiente, el personaje de la Sansa pringada y resignada que hemos visto desde la mitad de la primera temporada ha sido reemplazado por el de una Stark vengativa que quiere recuperar su hogar y defender a su familia a costa de lo que haga falta. Cierto es que, evidentemente, Sansa se siente más segura que nunca ahora que está con Jon, pero esto no hay quien se lo crea.
El resto del episodio nos muestra un tira y aloja entre los dos hermanos: Jon no quiere pelear y Sansa sí. Hasta que no llega una carta de Ramsay anunciando que tiene a Rickon en su posesión y amenazando con violar a Sansa (algo que, huelga decirlo, ya ha hecho), Jon no decide organizar la invasión de Invernalia, contando con la Guardia de la Noche y el apoyo de los salvajes de Tormund. Eso sí, no serán suficientes.
Mientras, Brienne busca su nuevo hueco en la serie, ahora que su misión ha acabado. Bastan dos escenas para que se genere un conflicto de los gordos entre ella y Melisandre, y para que Tormund le ponga ojitos. Si esto fuera una serie de network, aquí tendríamos un interés romántico a resolver muy pronto. Afortunadamente no es así.
Se atormenta una vecina
Mientras que las tramas de Desembarco se concretan, como siempre, en conspiraciones y tejemanejes políticos, todo apunta a que habrá una gran batalla por el control de Invernalia, que enfrentará a los Stark contra los Bolton, enfrentando además (presumiblemente) a los súbditos de los Stark, los Salvajes, la Guardia de la Noche y, por último, las tropas de Lord Arryn.
Es obvio que Juego de Tronos no iba a descartar a un personaje tan interesante como Meñique, pero su reintroducción ha sido bastante tosca. ¿Será cierto que la serie no sabe muy bien cómo gestionar las tramas menores?
En cualquier caso, de ir a la Batalla, muchos personajes podrían reunirse y evitar que ciertas tramas, como esta, cojeen.
Estrategia y diplomacia
Sí, las escenas de Desembarco y de Meereen han sido flojas. O, más bien, han consistido en puro desarrollo de las tramas, sin mayores sobresaltos. Afortunadamente, sabemos que tarde o temprano ambas acabarán explotando, para nuestro disfrute.
Mientras tanto, Book of Stranger nos ha deleitado con más conflicto esclavista en Meereen, dejando a Tyrion en una posición muy delicada; y a los Lannister y los Tyrell forjando una alianza por el interés te quiero Andrés en Desembarco, para eliminar a los gorriones y arrebatarles su autoridad. ¿Cómo acabarán ambas tramas? De momento, solo podemos hacer conjeturas.
Por otro lado, veremos también mucho politiqueo en las Islas del Hierro. Theon ha llegado a la ciudad y se ha reencontrado con su hermana Yara, a la que promete ayudar para ganar en la asamblea de sucesión de un nuevo rey. Algo que puede resultar muy interesante, pero que a estas alturas parece excesivamente lejano al resto de historias de la serie.
Khaleesi intensifies
La acción se concentra, finalmente, en Vaes Dothrak. Después de una (para qué engañarnos) pobre dinámica de buddy cop show entre Daario y Jorah mientras rescatarn a su khaleesi, con más drama de enfermo terminal del ponentino, nuestra Khaleesi se saca de la manga en cuestión de segundos un plan para salirse con la suya.
Porque, evidentemente, Daenerys no iba a acabar con el resto de viudas, ni iba a ser vendida a los esclavistas, ni iba a ser violada por centenares de hombres. El desenlace de la trama de Daenerys prometía espectacularidad, y así ha sido: si bien no ha contado con el apoyo de los dragones, como todo parecía indicar, nuestra khaleesi la arma como buena Targaryen cuando es recibida por los "khales" para decidir su destino. Después de ver a esos hombres hechos y derechos gritar de terror bajo la intensita mirada de Daenerys (su resting bitch face, con morritos incluidos, mientras escucha las amenazas de los dothrakis es de Emmy, como poco), está claro que el khalasar le pertenece.
Repitiéndose una escena muy similar a la del final de la primera temporada, Daenerys sale ilesa del fuego y postra a todos los dothrakis a sus pies. Ahora, la Targaryen tiene un segundo ejército (no olvidemos a los Inmaculados) que llevar a Poniente, y ya no tiene excusas: si Tyrion consigue finalmente controlar el conflicto esclavista, Daenerys podría poner rumbo a Desembarco del Rey hacia el final de la temporada.
Si consigue controlar a sus dragones, claro...
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