Primero fue el meconio. Después, para coronar la jornada, fisuras orofaciales, anomalías ectodérmicas y pliegues poplíteos. Un cuadro. Pero lo peor que nos podemos temer es que se deshacen de estos bebés como si fueran los residuos de una fábrica. Necesito aclararme, tienen gestantes dispuestas a parir experimentos por dinero. Estos niños son descartados si tienen anomalías. Entonces, ¿las madres felices y satisfechas con sus hijos guapísimos y con hoyuelos se encuentran en la misma situación? ¿Podría salir mal? ¿Qué hacen con esas madres devastadas? Quiero entender que no, que son dos ramas distintas de la empresa, pero me falta información. Estoy encantado con esta nueva trama, dejando de lado todo el tema de los gusanitos. No solo me parece más atractiva, también más actual y relevante.
Cosima y Donnie están allí para conseguir información. No está de más que Sarah se quede en casa con su hija por una vez. Lo mejor del episodio fue que Cosima pudiera salir del laboratorio a pasear, a conversar, a vivir, a dejarse conocer. Entra hasta la cocina de Brightborn y consigue salir con vida, que no es poco. De ella depende el futuro de sus investigaciones, aunque Susan confía en que vuelva con el genoma original. ¿Sacrificará su vida o entregará a Kendall? Yo apuesto por lo primero aunque, solo por comentar, yo no veo que tosa mucho ya.
Ese mismo día, con motivo de la visita de Evie Cho, ingeniera enchufada, Krystal aparece en las instalaciones. La rubia es genuinamente especial, yo sigo viendo en ella a cualquier vecina de mi pueblo y me resulta tranquilizador saber que también son así en las grandes ciudades americanas. Necesita contarlo todo y a todos; y esto, que se enteren algunos, no genera confianza. Cómo no, la esteticista ha entrado en Brightborn para investigar sobre su pasado sin saber todavía que hay decenas de gemelas suyas pululando por el mundo. No solo la expulsan a la fuerza, sino que confunde a Ira con el difunto Rudy. Seguro que pronto contacta con Donnie para intentar entender lo que está pasando.
La investigación sobre el asesinato de los portugueses sigue en marcha. No sabemos si el detective corrupto sabe de la existencia de los clones, pero sabe que debe apretar las tuercas a Art para conseguir respuestas. Art, por su parte, se acaba de enterar de que las clones no son precisamente modelos de conducta, pero ni siquiera Sarah sabía que una de sus hermanas tenía relación con las drogas que rulan entre las soccer moms. Lo que sí sabe es que, por supuestísimo, Brightborn está relacionada con GeneConnection, la empresa que ayudó a Felix a encontrar a su hermana. ¿Qué significan las lágrimas de Sarah? ¿Son hermanos o no? Apuesto a que no.
Últimos pensamientos: ¿Lo de Susan con Ira se puede considerar incesto?
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