Cuando escuché que DC TV estaba preparando otra serie más sobre superhéroes no pude evitar preguntarme: ¿de verdad es necesario? Los superhéroes y las adaptaciones de cómics me encantan, pero temo el día en que nos dé empacho y los aborrezcamos (si es que ese día no ha empezado a llegar ya).
Además, se trataba de un spin-off, en este caso. Legends of Tomorrow prometía recoger todos esos secundarios de Arrow y The Flash que no le quitaban el sueño a nadie, o al menos a mí no. Incluso un personaje tan carismático como Sara Lance se me había hecho un tanto insulso esta temporada en Arrow con el Henry Allen tan absurdo que se había marcado: "eh, vuelvo de la muerte, o de la cárcel, y me voy un tiempo fuera de la ciudad, porque lo último que me apetece es estar con vosotros". Lo siento, pero no.
Sinceramente, las cosas no pintaban bien para mí. Porque a lo anterior se sumaba mi preocupación de que quien mucho abarca, poco aprieta. Y el hecho de que los creadores y showrunners de Arrow y The Flash estén en tantas cosas a la vez (como Supergirl) me preocupa, porque suele traducirse en un detrimento de la calidad del producto.
Después de haberme devorado la temporada de Legends of Tomorrow, tengo que deciros que tal vez haya merecido la pena. La pena de tirarme de los pelos viendo los últimos episodios de The Flash, o el quedarme dormida más de una vez viendo Arrow. Si habéis echado en falta imaginación y creatividad en estas dos durante estos meses, es porque se la habían llevado toda a Legends, y vaya temporada redonda les ha quedado.
Os cuento: nuestro protagonista es Rip Hunter, un maestro del tiempo (time master suena sospechosamente parecido a time lord, y los guiños a Doctor Who hacen que me guste aún más) que viene de un futuro al que Vandal Savage ha traído el apocalipsis. Puesto que el Consejo del Tiempo no piensa hacer nada por parar a Savage (ya que su máxima es respetar los acontecimientos de la línea temporal), Hunter decide ir por libre y formar una tripulación con las ocho personas cuyo impacto sobre la línea temporal sea menor: Raymond Palmer (Atom), Sara Lance (White Canary), Martin Stein y Jax Jefferson (Firestorm), Leonard Snart (Captain Cold), Mick Rory (Heat Wave), Kendra Summers (Hawkgirl) y Carter Hall (Hawkman).
"Yo estoy al mando, en caso de que a alguno se os haya olvidado."
Claro que a ellos no les cuenta eso. A ellos les vende la moto de que en el futuro tal vez no sean recordados como héroes, pero sí como leyendas, y a todos les pica el gusanillo de ser los llamados a salvar el mundo. En ese sentido, pronto se hace evidente que Rip no es el capitán ideal. Les oculta la información que cree conveniente, y no duda en ordenar que se maten entre ellos si la cosa se pone muy fea. Pero si recordamos que muchos de ellos son criminales, entonces Rip se nos puede presentar como un gran acierto de líder; después de todo, él mismo es un fugitivo que ha decidido que salvar a su familia es mucho más importante que respetar la línea temporal.
Lo curioso es que el tiempo que pasan a bordo de la Waverider (la máquina del tiempo de Rip) les da a todos el campo de cultivo que necesitan para convertirse en auténticos héroes. Al final, la meta de matar a Savage (porque aquí no nos andamos con nimiedades como encerrarlo en una cárcel o algo por el estilo) acaba siendo lo de menos.
Todos esos secundarios que jamás habríamos llegado a conocer bien en Flarrow, aquí brillan y profundizamos en sus caracteres de una forma que ni en las series madre consiguen con sus personajes principales.
Rory y Snart han sido mi principal sorpresa. Ya les tenía aprecio, pero ahora los entiendo y no me parecen dos ladrones oportunistas obsesionados con sus pistolas. Snart se abre a nosotros a través de Sara, entendemos lo mucho que le debe a Mick Rory y lo importante que es para él la familia. A menudo pone los comentarios mordaces y notas de humor del capítulo, facetas que alterna echándose una partida de cartas, y se nos hace bastante más humano. Pronto demuestra ser un jugador en equipo, llegando incluso a sacrificar a su compañero de toda la vida por el bien de los demás. Pero su transformación culmina cuando está dispuesto a sacrificarse él mismo, convirtiéndose en el héroe que salvó a la humanidad de Savage y de la tiranía de los maestros del tiempo.
Mick Rory es otra historia por completo. Comienza la temporada siendo el tonto del grupo al que continuamente se le recuerda que su único cometido es aportar músculos, y no cerebro. Desterrado en mitad de la nada, es raptado por los maestros del tiempo y torturado hasta convertirse en Chronos, el temible guerrero que lleva persiguiendo a nuestro grupo de antihéroes todo este tiempo. Pero la transformación de Rory no acaba ahí, porque da una lección de humildad a todos volviendo del lado oscuro sin un ápice de arrogancia y todas las ganas de ayudar.
Raymond Palmer era otro personaje por el que no apostaba demasiado, pero consigue salir de su cascarón de niño bueno y simploncete gracias, sobre todo, a su amistad con Rory y a su historia de amor con Kendra. Lo mismo me ocurría con el profesor Stein, pero su visita a los 70 a una versión más joven de él mismo nos gana a todos, y de ahí en adelante se convierte en el abuelillo adorable al que aún le queda mucho por hacer.
"¿Qué haces con la mano?"
Tanto Jax como Kendra y Carter lucen algo menos. Y aunque conozcamos más de la historia de los trágicos amantes y sus reencarnaciones, pronto dejan de ser la principal conexión con nuestro villano, Savage, quien por cierto logra imponer y dar algo más de miedo que en Flarrow.
En ese sentido, Rip les gana en atractivo, misterio y en obsesión con Savage. Nunca sabes hasta qué punto podría llegar o que líneas no cruzaría por salvar a su mujer y a su hijo. Pero al final se agradece que tenga un punto razonable que le lleve a anteponer el equipo a su egoísmo, pues termina por ganarle el respeto de su tripulación y de los espectadores. Sus orígenes, por cierto, son bastante misteriosos. Por ahora sólo sabemos que su verdadero nombre es Michael y que se crió en un orfanato de maestros del tiempo. Para más inri, la inteligencia artificial que maneja su nave es Gideon, la cual sabemos será creada por Barry Allen en un futuro. Lo que me lleva a mi principal sospecha: ¿estará Rip, de alguna manera, relacionado con Barry? ¿Será descendiente suyo? Se nos ha contado tan poco de él que todo podría ser posible.
En definitiva, se trata de un equipo muy disfuncional en el que lo mismo se cubren las espaldas que se quieren matar, y resulta de lo más divertido verlo. Da lugar a que se formen alianzas de lo más curiosas e inesperadas, como la de Mick y Ray, o la de Rip y Sara. Sara es, por cierto, un personaje tan magnético que tiene buena química con todo quisqui, incluso con un Stein jovencito que casi no conoce a su futura mujer por su culpa. Y, aunque al final algo parece haberse formado con Snart (pegan demasiado como para que nos extrañe este emparejamiento), personalmente, creo que también habría encajado bien con Rip. Pero como Rip ha necesitado toda la temporada para dejar de aferrarse a la idea de recuperar a su mujer y a su hijo, supongo que no estaba emocionalmente disponible para ella.
Como no podía ser de otra forma en una serie que juega con los viajes en el tiempo, los momentos álgidos son siempre las llegadas (super estilosas y con la mejor banda sonora de fondo posible) a determinados momentos del tiempo, sobre todo los del pasado: esa primera llegada a los 70, el Pleasantville de cuento de los 50 o el divertidísimo tiempo que pasan en el Oeste son, con mucho, lo mejor de la serie.
Mención especial merece también el futuro distópico con el tirano Per Degaton, un niño de once años que pone los pelos de punta, y cuyo asesinato, hasta cierto punto, habrías defendido. Lo cual muestra además, lo mucho que esta serie debe a Flarrow, pero también lo mucho que la supera. Una sola escena con Rip apuntando la pistola a la cabeza de Per Degaton (un futuro dictador y genocida) y el conflicto que vemos en sus ojos mientras se debate entre apretar el gatillo o no, nos cuentan más que cuatro temporadas de la dicotomía oscuridad/luz de Oliver y su matar o no matar en Arrow.
Aunque igual no habría podido ocurrir sin ellas. Igual que el ritmo animado y simpático, lleno de humor y conflictos familiares de Legends no podría explicarse sin The Flash. No obstante, supera sus raíces en el momento en que toma la acertada vía de tratar temas universales y primarios, y no la de centrarse en el villano del mes. En Legends, lo que subyace en el fondo es la confrontación entre destino y libre albedrío, y ya me diréis si eso no es más interesante que Zoom o Damien Darhk.
Snart se ríe en la cara de los maestros del tiempo y les grita que sólo él controla los hilos de su destino, y para demostrarlo muere destruyendo el Óculo con el que controlaban sus acciones. Rip parece atormentado por la recurrente sentencia "time wants to happen" (el tiempo quiere suceder) que parece estar detrás de la muerte de su mujer y su hijo haga lo que haga. Y, finalmente, se plantea un "¿Quién vigila a los vigilantes?" muy a lo Watchmen cuando se pone en duda la labor de los maestros del tiempo. Una organización que prohíbe el amor, lava el cerebro de sus guerreros y vende el mundo a Savage a cambio de que los proteja de un futuro que ellos mismos han cosido.
Lo cierto es que se me hace difícil imaginar una segunda temporada que pueda estar a la altura de estos dieciséis capítulos. La serie, como si pudiera ya sentir nuestros miedos, cierra la temporada intentando calmarnos con la promesa de la Sociedad de la Justicia de América. Sólo cabe preguntarse cómo afectarán a la serie los cambios que Barry ha hecho a la línea temporal, y cómo se las apañarán para organizar ese macro-crossover entre Arrow, The Flash, Supergirl y Legends of Tomorrow.
Atentamente, una que no puede esperar de la emoción.
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