Fear The Walking Dead regresó este domingo a AMC España con un episodio centrado en un sólo personaje, Nick. El ex adicto es uno de los favoritos de la audiencia y un perfil novedoso con respecto a la serie original. Un personaje que ofrece una perspectiva diferente sobre un apocalipsis que creíamos conocer al dedillo. Como empieza a ser habitual en la franquicia, nos hemos quedado con las ganas de ver qué pasó con los demás integrantes del grupo y, aunque tendremos que esperar una semana más, este Grotesque ha tenido muchas cosas interesantes que pasamos a comentar.
La primera parte de la temporada nos presentó a Celia, una persona convencida de que los caminantes seguían siendo las personas que eran pero en un estado diferente, algo parecido a lo que Hershel intentaba encerrándolos en el granero en The Walking Dead. Su filosofía caló hondo en Nick y como buen adicto encontró rápidamente algo a lo que aferrarse hasta que su familia se lo arrebató destruyendo la hacienda. Su decisión de quedarse sólo es coherente con su forma de ver la vida, opuesta a la de su madre. Por algún motivo, siente empatía hacia los zombies.
El otro rasgo distintivo que caracteriza a Nick es la capacidad que ha adquirido por su adicción de sobrevivir a toda costa, algo que ya vimos en la primera temporada de Fear The Walking Dead pero que ha sido llevado al extremo en este episodio. El camuflaje entre los caminantes, que pensábamos que era un recurso puntual, se ha convertido en su principal arma y aunque parece que se está explotando demasiado, es muy importante para entender al personaje. El parecido entre la forma de andar de los caminantes y los adictos a la heroína no es casual, pues mediante la mímesis consigue escapar a una muerte segura. Precisamente lo que en el mundo pre apocalíptico no había conseguido. Por eso considera más peligrosos a los hombres con armas que los nuevos depredadores. Posiblemente el leit motiv de la serie.
Grotesque bebe directamente de las películas de supervivencia, siendo los referentes más cercanos Hacia rutas salvajes (Into The Wild) o la reciente El Renacido. El silencio, la crueldad del mundo natural y los instintos más primarios han sido muy importantes en un episodio que ha conseguido trasladarnos las sensaciones del protagonista, incluidas las más básicas. También hemos podido ver los primeros grupos de forajidos que se aprovechan de la ausencia de leyes para campar a su antojo, con el agravante de que son mexicanos acostumbrados a la violencia.
El viaje iniciático de Nick ha estado salpicados de varios flashbacks de cuando estuvo en rehabilitación y hemos conocido por fin algo sobre su padre y su complicada relación con él. Como suele suceder en estos casos de adolescentes drogodependientes, la falta de atención fue uno de los detonantes de su comportamiento, empeorando mucho más con su dolorosa pérdida. Se forja así el Nick que nosotros hemos conocido, una persona sensible que no ha sido capaz de superar las adversidades emocionales.
Es interesante ver ahora cómo, después de renunciar a la compañía humana, consigue adaptarse al grupo de supervivientes liderados por Luciana que lo ha encontrado y trasladado al sitio más parecido a Alexandria que hemos visto en Fear The Walking Dead hasta la fecha. A partir de aquí habrá que esperar a una más que probable reunión del grupo y la probable destrucción de este asentamiento que aparenta mucha armonía.
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