La sombra de las cadenas de televisión generalistas es alargada. La ficción nacional solo cobra relevancia cuando hablamos de algún gigante televisivo, mientras que queda relegada a un segundo plano en el caso de las series de producción autonómica. No obstante, con la llegada de Polseres Vermelles al grupo de Atresmedia (con una extraña versión doblada por algunos de los actores y actrices del reparto original), el interés por la producción nacional se abrió a otras opciones del mapa político. Eso sí, que Spielberg soltase algunas lágrimas con la obra de Albert Espinosa fue sin duda un aliciente para acrecentar la moda por la ficción autonómica.
En 2015, con el anuncio de la adaptación en TV3 de Dates (Channel 4), la prensa volvió a demostrar su interés por la industria de producción catalana. Manteniendo algunas de las tramas originales, Cites no sólo estuvo a la altura de la británica, sino que se posicionó en un nivel muy superior al de su predecesora: historias más cercanas, personajes más realistas, una banda sonora propia de nuestra generación y una espectacular Barcelona en el papel de ángel de la guarda de todos los protagonistas. Tal fue el éxito, que la obra de Pau Freixas se estrenó en Atreseries y renovó por una segunda temporada. Sin embargo, el ruido de la segunda entrega se ha diluido durante su emisión veraniega. Poco se ha oído a hablar de la segunda parte de Cites.
Guiones originales para un reparto de lujo
Reivindicar la segunda tanda de episodios de Cites no es baladí. Desprenderse por completo de su serie madre le ha dado alas para volar por el rascacielos barcelonés con una holgura impecable. Ya avisó Freixas: la serie iba a volver cargada de comedia romántica. Y, efectivamente, la Barcelona nocturna nos envuelve con nuevos escenarios y situaciones más graciosas y apropiadas para una generación líquida y en constante cambio. Cites conoce muy bien su propia naturaleza y nos la muestra desnuda y cotidiana, sin avergonzarse, con contradicciones, idas y venidas, dudas y frustraciones; como el amor mismo.
Pero nada de esto sería posible sin un reparto brillante que no tiene nada que envidiarle al original británico y que funciona como un reloj suizo. El poder de los guiones es imprescindible, pero el talento de una de las mejores canteras de actores y actrices de este país hace las delicias del público con capítulos más fluidos y con más energía y ritmo que la pasada temporada. Repiten Laia Costa, Isaak Férriz, Bea Segura, Biel Duran y Júlia Molins. Se incorporan Marina Salas, Carme Elías, Álvaro Cervantes, Nuria Gago, Marcel Borrás, David Marcè, Alex Maruny, Paula Màlia, Llorenç González o Manel Barceló, entre otros.
Continuar algunas de las tramas de la primera temporada (y saber elegir cuáles) ha sido un complejo trabajo con resultado acertado, pero cruzarlas con las de nuevos personajes ha acrecentado el espíritu de compleción de estas historias románticas. El coro tan amplio de personajes no canta, pero después de trece episodios, la melodía suena a éxito arrollador. Y la banda sonora, complemento perfecto que ha sido renovada con nuevos títulos en inglés, también.
Sin embargo, y como la vida misma, estas historias pueden abrirse, cerrarse y reabrirse hasta el infinito. Esto, que parece fabuloso porque ofrece mucha creatividad (tanta como personas y relatos haya en Barcelona), se convierte en un problema a medio-largo plazo: alargar las historias o crear otras nuevas provoca una pérdida de interés, por muy identificados que nos sintamos con ellas; por mucho que queramos verlas mientras lloramos y nos comemos una tarrina de helado de nueces de macadamia. Un indicio claro son las audiencias de la segunda temporada de Cites, que han descendido con respecto a la primera y ponen en entredicho la renovación de la ficción catalana por una tercera entrega.
Pau Freixas no se mostraba muy optimista por Twitter en cuanto a la continuidad de la ficción y TV3 no pasa ahora mismo por su mejor momento financiero y de reputación. Quizás el amor se les ha acabado. Quizás es hora de vivir nuestras propias historias de amor.
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