Hemos tenido que esperar un tiempo para que Fear The Walking Dead nos entregara un episodio de personajes digno de la serie original por fin. La línea argumental de Travis y Chris por fin ha explotado y, a juzgar por el cliffhanger, parece que acabará de forma muy trágica. Por otro lado, Madison intenta hacer frente a la avalancha de supervivientes que llegan al hotel como consecuencia de su error encendiendo las luces por la noche.
La mayor parte del episodio se ha centrado en la trama de Travis y Chris. El padre fue a buscar a su hijo al final de la midseason para intentar protegerlo de sí mismo. La falta de empatía que estaba mostrando le preocupaba tanto como su seguridad. El problema no tenía solución, como ya imaginábamos, y Chris acaba traicionándolo como si de un enemigo se tratase. La secuencia es dura pero demuestra claramente que su elección es la de sobrevivir por la fuerza y no tratar de hacer lo correcto según los códigos de la antigua civilización.
La resolución de la trama, con Chris subido al camión, hace que por primera vez seamos capaces de entenderlo, ya que nunca la hemos visto desde su punto de vista. No quiero decir que tenga razón pero sí que su elección es tan válida como cualquiera. Por cierto, nunca hemos visto antes en la franquicia cómo los villanos acaban siendo como son, es decir, cómo malas personas se vuelven aún peor. Siempre hemos visto a buenas personas convirtiéndose en supervivientes sin escrúpulos. Como vemos, todo depende del punto de vista y creo que ambas series lo están haciendo muy bien en este aspecto.
La semana pasada nos dejamos a Alicia prohibiendo a su madre que vaya en busca de Nick como lleva haciendo toda la vida, porque ella la necesitaba allí. Un conflicto que es habitual en las familias (en formas menos extremas) y que a todos nos resultan familiares (precisamente). Madison ha escuchado el grito de socorro de su hija, la única que ha heredado su fortaleza curiosamente por no haber recibido su atención. Una paradoja que no evita que sintamos cierta empatía por Alicia, más aún cuando se entera de que su padre puede estar por ahí vivo todo este tiempo. Y que ella haya tenido que sufrir el dolor por su pérdida sin tener por qué, "sólo" para proteger a Nick.
La secuencia final entre madre e hija es brillante desde todos puntos de vista: interpretativo, de diálogos y de emociones para el espectador. Su relación es casi todo lo que necesitamos en Fear The Walking Dead, porque ellas son las jefas y nos van a dar momentos memorables. Hay episodios en el que la falta de acción (sólo hemos visto dos zombies y de lejos) es compensada por un guión bien hecho y unas tramas bien ejecutadas. Éstas son las responsables de que las muertes nos sorprendan y nos afectan como es debido.
Una vez más la familia Clarke y la familia Manawa son las que están tirando de Fear The Walking Dead hacia adelante. Seguimos echando en falta historias potentes en el resto de personajes, o secundarios que merezcan quedarse, o algún villano que sea capaz de llevarse la serie a su terreno. En definitiva, necesitamos que esto explote de forma colectiva y no con mini explosiones controladas y aisladas. Esperemos que sea la semana que viene con la season finale de dos horas.
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