No os hablamos del final de la quinta temporada de Once Upon a Time en su día porque, pese a que si hay alguien que defienda la serie y la vea siempre al pie del cañón soy yo, pero aún así me dio una pereza impresionante. El arco de Infrabrooke, Hades y el final con Jekyll y Hyde estuvo desaprovechado a más no poder, echando a perder una buenísima oportunidad de resurgir una serie cada vez más soporífera. Robin murió, Regina y Zelena se reconciliaron, Jekyll y Hyde se separaron ayudando a Regina a separarse de la Evil Queen del mismo modo y Bella decidió echarse una siesta para evitar el destino de su nonato hijo mientras repudiaba de su marido. Sabiendo esto, empezamos la temporada, una temporada que, una vez más, podrían aprovechar si usan bien a estos nuevamente introducidos personajes de Agrabah.
El capítulo comienza enseñándonos lo que puede sea la clave del arco, ese deterioro de la figura del "salvador" que tan importante ha sido en la serie desde sus inicios. Aunque el cambio de actor en el personaje de Jafar al principio me indignó —Sayid, plz—, ver a Oded Fehr (Charmed, Covert Affairs, The Mummy) en el personaje me ha hecho cambiar de opinión; el cambio es indudablemente para bien. El villano acude a ver con sus propios ojos a un tembloroso y débil Aladdin, quien descubrimos fue, mucho antes que Emma, el Salvador, dándonos así la información de que esta figura ha estado presente en la historia desde tiempos inmemoriales. Qué ocurrirá con esta trama de "hace muchos años" no lo sabemos aún, ni si podrá repercutir en los sucesos actuales o se contará como canon lo acontecido en la fallida Once Upon a Time in Wonderland aunque los hechos sean posteriores; pero a estas alturas me interesa más que lo que pueda pasar a la gran mayoría de los personajes de Storybrooke.
Allí precisamente volvemos para encontrarnos que Mr. Hyde, que ahora posee el pueblo por obra y gracia del Rumplestiltskin santo, se ha traído a sus amigos en dirigible y posee los secretos que todos quieren y no está dispuesto a regalarlos así como así con su profunda e hipnótica voz, pese a que es capturado con bastante facilidad. Esta captura se produce gracias a Jekyll, ya que sin su poderosa mitad mala, Regina no sabe cuánto poder tiene, además de haber perdido la confianza que la caracterizaba (lo mismo que haya vuelto a quedarse sin el amor de su vida tiene algo que ver también) culpando de la ausencia de Robin a su hermana, que tras una discusión en la que le echa en cara haberse deshecho de la parte que más se parecía a ella, se topa de bruces con dicha parte, que copa en mano y modelito en cuerpo, nos anima a seguir viendo la serie. Larga vida a la Reina Malvada.
Mientras todo esto ocurre, Rumple, con la información que le proporciona Hyde, entra en el sueño de Bella para tratar de despertarla, donde su hijo, Morfeo (no me ha quedado muy claro si será él o sólo se hace pasar por él, las complicaciones familiares de esta serie me sobrepasan ya), advierte a su madre que se aleje de él. ¿Que ha sido maravilloso verles bailar la versión instrumental de La Bella y la Bestia? Sí. ¿Que siempre es genial ver al antiguo Rumplestiltskin? También. Pero este que sí que no cansa, y no confío demasiado en que consigan darle un enfoque atractivo, pese al fandom que Rumbelle lleva consigo. Bella se despierta y vuelve a casa de morros, decidida a criar a su hijo y alejarse de su ¿ex?marido. Ha sido una siesta corta.
Bueno, y lo importante se supone que es que Emma ha visto que va a morir y le están dando tembleques en la mano, pero realmente me importa más Aladdin, y eso que su historia pasó hace mucho... ya sabéis, pereza. ¿Cómo evolucionará la temporada? Lo mismo nos sorprende como el crecimiento exponencial de Henry... o no, ya veremos.
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