La segunda temporada de Scream Queens empieza igual que lo hizo la primera, con un flashback. Esta vez nos trasladamos a la noche de Halloween de 1985, concretamente a la fiesta que se está celebrando en el hospital que treinta años después comprará Dean Munsch para reinventarse como Doctor Munsch. En esta ocasión no vemos a un puñado de adolescentes siendo irresponsables, sino que la serie va un paso más allá y ahora nos enseña a un doctor (Jerry O'Connell) lanzando a un paciente aún vivo a los pantanos de detrás del hospital para que los insectos y las bacterias hagan desaparecer su cuerpo. Ahora las chicas de Kappa ya no parecen tan horribles, ¿eh?
Por si eso fuera poco, resulta que el hombre que acaba en el fondo del pantano tiene a su mujer embarazada esperándole en la sala de espera. Aunque este año no hay bebé de la bañera, parece ser que no nos faltaran bebés vengativos. Y, ¡ojo! ¡este también viene con disfraz incluido! Lo más importante de esta escena es el primer vistazo que nos da al asesino de la temporada: el Green Meanie. Una especie de monstruo del pantano cornudo y verde, muchísimo más terrorífico que el Red Devil de la temporada pasada. Otra muestra más de que este año Scream Queens quiere explorar la parte horror del género "comedy-horror" que ella misma inventó.
Tras esta perturbadora introducción, dejamos 1985 para volver a la actualidad. Cathy Munsch, ahora un símbolo internacional del feminismo que se harta a hacer TED Talks, hace pública su intención de arreglar el sistema sanitario norteamericano. Para ello ha comprado C.U.R.E., el hospital del flashback, que regentará ella misma y se centrará en buscar la cura para esos casos extremos que el resto de hospitales hayan descartado por incurables. Por supuesto, lo primero que hace Munsch es llenar el hospital de doctores buenorros: Brock Holt (John Stamos), un cirujano prodigio con una mano transplantada que va por libre, y Cassidy Cascade (Taylor Lautner), un guaperas misterioso con la temperatura corporal de un muerto. Poco más sabemos de ellos a estas alturas, sólo que tienen tantas posibilidades de ser el asesino como cualquier otro personaje.
A continuación, Cathy Munsch se va a ver a Zayday y le ofrece pagarle toda su educación a cambio de unirse a C.U.R.E. como estudiante de medicina en prácticas. Más tarde hará exactamente la misma propuesta a las Chanel. ¿Qué turbios secretos se esconden tras los actos de Munsch? De momento lo único que sabemos es que necesita que el hospital funcione por "profundos motivos personales", aunque eso no explica por qué ha querido contratar a Zayday y las Chanel.
Finalmente volvemos a ver a las Chanel, que no necesitan más que un par de minutos en pantalla para recordarnos qué es lo que nos enganchó de esta serie en su primera temporada. Resulta que, tras ser condenadas por los crímenes del Red Devil, se convirtieron en las protagonistas de un documental al más puro estilo Making a Murderer que acabó probando su inocencia. Aunque el documental sirvió para sacarlas de la cárcel, también las ha convertido en las personas más odiadas de América. Cuando Munsch las encuentra están tan desesperadas que aceptan trabajar para ella a pesar de todo lo ocurrido.
El caso médico de la semana (la nueva estructura a lo procedural es otro ejemplo de la remodelación de Scream Queens) es el de una mujer que padece el "síndrome del hombre lobo" y tiene todo el cuerpo cubierto de pelo. Aunque Zayday pone todo su empeño en ayudarla, al final es Chanel la que encuentra una solución (tan absurda como toda esta trama) a su problema. Esto le da puntos frente a Munsch, que vuelve a dejar claro que está muy interesada en mantener a las Chanel en plantilla aunque seguimos sin saber por qué. Más vale que todas estas preguntas acaben teniendo una respuesta que esté ligada de alguna forma al misterio del Green Meanie.
El capítulo acaba en cliffhanger. Chanel 5 está cubriendo el turno de noche cuando aparece el Green Meanie, dejando un inexplicable rastro de baba verde a su paso, y decapita a la mujer lobo frente a sus ojos. Todo apunta a que la siguiente será ella, pero tendremos que esperar hasta la semana que viene para ver si los guionistas se han atrevido a matar a uno de los personajes más icónicos. Será un palo si es así, la verdad; las Chanel siguen siendo lo mejor de la serie. Y no hay mucho que se salve ahora mismo.
Sus intentos por diversificarse han despojado Scream Queens de su identidad. Haber tomado la ruta del miedo ha hecho sufrir al humor campy que la había caracterizado desde su estreno que, aunque absurdo y exagerado a más no poder, era el corazón de la serie. El guión siempre ha dejado mucho que desear, sobretodo en cuanto a resolución de tramas, pero como mínimo sus one-liners nos sacaban alguna que otra carcajada y daban material para gifs. Este primer capítulo de la segunda temporada no logra ni siquiera eso.
En vez de intentar reinventarse para atraer a un público que, a juzgar por los datos de audiencia, sigue sin acudir a la llamada, tal vez lo que Ryan Murphy debería haber hecho es ceñirse a sus instintos y mantener el tono que siempre había imaginado. Se pueden criticar muchas cosas de la primera temporada, pero como mínimo sabía lo que era y apostaba por ello. Ahora, Scream Queens está a medio camino entre American Horror Story versión Disney Channel y Anatomía de Grey si, en vez de Shonda Rhimes, el showrunner fuera Zach Galifianakis. Esperemos que con el segundo episodio esto mejore.
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