Lo llevo reivindicando desde la tercera temporada de Shameless, pero siempre con la voz pequeña por si me tomaban por loco. Con la celebración de los Emmy, mi silencio debe acabar para que todo el planeta se entere de la injusticia que se comete cada año; del crimen que se perpetra edición tras edición. La Academia de Artes y Ciencias de la Televisión de Estados Unidos debe reconocer una nominación o, incluso, dar un Emmy a la Mejor Actriz a Emmanuelle Grey Rossum por su papel como Fiona Gallagher en Shameless US.
Desde enero de 2011, la familia Gallagher nos ha regalado algunos de los momentos más divertidos y dramáticos de la televisión. Pero a la cabeza de ellos, como reina absoluta de la ficción de Showtime y buque insignia de la serie creada por Paul Abbott, ha estado la hermana más valiente, inestable y fuerte de Chicago. Es muy curioso, porque en la versión original y británica, el personaje de Fiona Gallagher desaparece a partir de la segunda temporada.
Pero en el caso estadounidense, Rossum consiguió ofrecerle al personaje un carácter completamente diferente. Sufridora, independiente, poderosa, sacrificada y vulnerable. La Fiona de Chicago tropieza una y otra vez con la misma piedra, encajando todos los golpes y tirando, al mismo tiempo, del carro de sus hermanos y del de sus padres. Pero ni una familia desestructurada hasta los cimientos, ni varios huracanes que golpean con fuerza en el techo de los Gallagher han sido suficientes para derribar a la hermana mayor, que se fortalece a base de superar los problemas. Está claro que, desde el minuto uno, el personaje de Fiona fue creado desde cero para la versatilidad interpretativa de Emmy Rossum.
Está claro que cualquiera podría meter en el bombo de premiadas a su actriz favorita y endiosarla hasta el séptimo cielo para obtener el premio a la mejor interpretación. Pero la naturalidad, el desgarro, la dedicación y la fuerza que caracterizan la interpretación de Rossum no son adjetivos de quita y pon que se pueda adjudicar a cualquier intérprete. Aunque los guionistas han decidido ampliar el arco narrativo para otorgar más importancia al resto de miembros de la familia Gallagher, el mayor porcentaje de escenas grabadas y de tramas principales se lo lleva Emmy por goleada.
Una dramedia etiquetada como comedia
Sin embargo, hay dos motivos y errores clave que se han ido acumulando en el historial de la ficción y que han provocado que Emmy Rossum no haya sido considerada para obtener uno de los premios más importantes de la ficción televisiva. Ni Mejor Actriz, ni tampoco Mejor Actriz de Reparto. El primero, que Shameless aparezca reflejada como Comedia en los Emmy. Es algo que los propios productores decidieron cambiar hace unas temporadas. Prefirieron jugar en el terreno de la comedia en vez de en el de drama a pesar de sus claros y amplios tintes dramáticos con los que lloramos y sufrimos en cada capítulo. El cambio fue entendible, pero solo confirmó una escasez en la variedad de las categorías de estos galardones. Algunas voces ya reclamaron en su día (y siguen haciéndolo) un reconocimiento a la "dramedia" como género de ficción. Quizás para cuando llegue, sea demasiado tarde para nuestra Emmy.
El segundo bache es la presencia de William H. Macy en las tres últimas ediciones de los premios como nominado a Mejor Actor de Reparto en Comedia. Este detalle significativo e importante confirma que los académicos conocen la existencia de Shameless. No obstante, la presencia del veterano actor solo refuerza esa atmósfera de comedia con la que Fiona, como personaje, no se corresponde. El talento de Macy es innegable y Frank es otro de los pilares de la ficción, pero sólo remarca un carácter cómico que existe, pero que no define a la serie en su totalidad y que perjudica a Emmy Rossum en su búsqueda de la gloria divina.
Emmy Rossum celebró hace pocos días la treintena de edad y cumplió uno de sus mayores deseos: dirigir por primera vez un episodio de televisión, ¡en Shameless! Mi neoyorkina favorita debutará a los mandos de la dirección en el cuarto capítulo de la séptima temporada, programado para el 23 de octubre en Showtime. Sí, asombro mayúsculo en la fecha que se anunció hace unos meses. La nueva tanda de episodios adelantó su estreno, por sorpresa, de enero de 2017 al 2 de octubre de este mismo año. En esta ocasión, y continuando con los acontecimientos del season finale de la sexta temporada, veremos a una Fiona que ha decidido plantar cara a su familia y comenzar a pensar por ella misma de una vez.
Rossum tiene, así, un reto muy importante por delante: conseguir un estilo propio como directora en el mundo televisivo y reconfirmar (por si alguien estaba despistado) que Fiona va a seguir dando guerra con una pasión y un talento desbordantes. Personalmente, añadiría un extra a todo esto: que el personaje de Fiona cante en algún capítulo y rompa los esquemas narrativos gracias a la otra vocación de Emmy: el canto. En cualquier caso, haya gorgoritos o no, esta séptima temporada se pondrá a los pies de Emmy Rossum para que suba el siguiente peldaño en la serie que la ha visto crecer y le ha servido para desarrollarse como una intérprete inigualable; a la altura de cualquier ganadora del Emmy a Mejor Actriz.
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