Kristen Bell. Ted Danson. Creada por Mike Schur.
¿No? ¿os hace falta algo más? Entonces, adelante.
La semana pasada NBC lanzó The Good Place, su nueva comedia que espera alcanzar al mismo target que conquistara (a medias) en aquellos jueves en los que emitía 30 Rock, The Office, Parks and Recreation y Community. Dos de ellas, por cierto, firmadas por Mike Schur.
Dos de ellas, por cierto, las firmaba Schur, autor de la que nos ocupa. The Good Place es una serie que no es precisamente fácil de digerir pero que contiene una promesa tan grande que es inevitable cruzar los dedos para que funcione.
The Good Place nos cuenta la historia de Eleanor (Kristen Bell), una chica que ha fallecido y que ha acabado en el Sitio Bueno. No en el Cielo, o en el Infierno, sino en el lugar al que están destinados a vivir para siempre las almas más puras y bondadosas de la humanidad. Un lugar donde ha acabado por error y cuya mera presencia en él empieza a resquebrajarlo.
Su original y al mismo tiempo imposible premisa (recordemos que la NBC dio luz verde a la serie sin ver absolutamente nada) nos aporta a los espectadores todo lo que necesitamos, pero al parecer únicamente si ya lo hemos probado antes: la adorabilidad a partes iguales de Kristen Bell y de este universo pawniano ideado por Mike Schur.
Para aquellos que no se hayan paseado previamente por estos mundos, es posible que les cueste entrar en su particular diseño, pero quiero creer que a la larga podrá defenderse por sí misma. El resto se tendrá que apoyar en un humor blanco (blanquísimo) y en una mezcla fantástica en ocasiones demasiado excéntrica, como si el universo de Pushing Daisies se hubiera cruzado con el barrio de The Neighbours. Más o menos.
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