El niño ha sido engendrado. Laurel no está enamorada de Frank, algo totalmente lógico dada su prolongada ausencia y, aun así, sorprendente para nosotros pese a que Laurel haya ido conociendo poco a poco la verdad sobre su examante. La ingenua Meggy ya no forma parte de la ecuación, así que el primer destino de la nueva pareja ha sido la cama. De todas formas, quizás el bollo llevase ya un tiempo en el horno, esas constantes llamadas a Frank tienen que tener algún sentido. Sea de quien sea, damos por hecho que el bebé sobrevive, ¿verdad? Esto ya lo hemos vivido en Mistresses.
Michaela también ha reconocido haber caído en las redes del amor, justo a tiempo para temer por la vida de Asher en un incendio próximo. Por suerte para ella, Millstone no es la víctima. Totalmente despreocupado, bailando borracho, se lo encuentra Miss Pratt en la fraternidad. Este chico sabe compensar sus constantes idioteces con palabras bonitas y ella ha bajado la guardia, aunque parece tener claro que es mejor tener como familia a Asher que a esa madre.
Annalise ha vuelto al trabajo bajo vigilancia, perfecto para seguir peleando cada semana con la nueva y celosa novia de Nate. Precisamente gracias a él se entera de que están saliendo, y también de que Wes necesita un abogado. El caso de la semana, bueno, no tiene demasiada importancia. Una veterana del ejército se cargó a un señor, Simon Drake es el encargado de defenderla y Annalise está a punto de perder la licencia de nuevo porque está un pelín amargada. Con las nuevas pruebas de perjurio y Annie fingiendo no saber nada, a la fiscal no le queda más remedio que ofrecer un trato y la acusada consigue no ingresar en prisión.
Annalise ha vuelto al trabajo bajo vigilancia, perfecto para seguir peleando cada semana con la nueva y celosa novia de Nate. Precisamente gracias a él se entera de que están saliendo, y también de que Wes necesita un abogado. El caso de la semana, bueno, no tiene demasiada importancia. Una veterana del ejército se cargó a un señor, Simon Drake es el encargado de defenderla y Annalise está a punto de perder la licencia de nuevo porque está un pelín amargada. Con las nuevas pruebas de perjurio y Annie fingiendo no saber nada, a la fiscal no le queda más remedio que ofrecer un trato y la acusada consigue no ingresar en prisión.
Tras dejar a Annalise despacharse a gusto, Bonnie revela que grabó a Frank confesando el asesinato de Mahoney. En esta serie siempre hay un roto para un descosido. La rubia se ha asegurado permanecer al lado de su jefa, pero está claro que hubiera preferido no tener que utilizar la grabación y vivir con Frank bajo el sol de la Toscana. Wes cree que Annie quiere proteger a Frank, así que ella le cuenta lo del accidente de coche y, en un alarde de inteligencia, Wes huye antes de que llegue su abogado y destruye la grabación. Se va a meter en problemas por una cosa o por otra. Las noticias dicen que han detenido al hijo de Mahoney, pero se refieren al hijo oficial. En ese momento, Wes y Laurel dejan de entender lo que está pasando. Annie & Bonnie saben que Frank ha sido el encargado de inculparle y que quiere volver a casa. ¿Ya ha dejado de tener sentido inculpar a Wes?
Connor ha amenazado a Wes con matarle, sin medias tintas. Y esa es directamente la única razón por la que deberíamos descartar a Wes como víctima. O quizás debamos solamente descartar a Connor como asesino, queda muy poco como para darnos el desenlace en bandeja. Por otro lado, Oliver se sentiría fatal si Connor muriera ahora que él intenta rehacer su vida. Solo dos episodios para descubrir quién está #UnderTheSheet y ahora mismo, tal como están las cosas, no tenemos ni idea de por qué Annalise se cogería semejante disgusto al ver al muerto, a menos que fuera Wes.
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