La tercera temporada de Black Mirror ya está en Netflix y estoy bastante seguro de que si no tenéis planes este fin de semana (o, incluso, si los tenéis) no vais a poder despegaros de vuestra pantalla de televisión.
La siempre arriesgada propuesta de Charlie Brooker ha dado un salto cualitativo bestial que ha permitido dejar de lado la antigua modestia de la producción. El creador, con los bolsillos llenos, se ha permitido hacer la serie que siempre había querido. Sus siempre impactantes historias han encontrado aquí el medio perfecto para ser contadas, tal y como lo precisan. Como espectadores, lo agradeceremos.
Vi la tercera temporada hace unos días y escribí sobre ella en Fotogramas. Ahora que se ha lanzado en Netflix y que se ha abierto la veda, quiero comentar en detalle todos los episodios. ¿Me acompañas? SPOILER ALERT!
Nosedive
Es el episodio más evidente, más americano, y posiblemente el más representativo de la nueva temporada. También es el más divertido. Charlie Brooker firma el guion junto a nuestros queridos Rashida Jones y Mike Schur, y el siempre cumplidor Joe Wright (Orgullo y Prejuicio) dirige tras las cámaras.
Nosedive es, estéticamente, el episodio más impactante. Nos cuenta la historia de un distópico futuro en el que la sociedad, o gran parte de ella, se rige ya no por el dinero, sino por la influencia. Para que nos entendamos: por los likes. En este mundo, su protagonista (intepretada por una incómoda Bryce Dallas Howard) se encuentra a las puertas del selecto grupo de influencers, y hará lo que esté en su mano para conseguir entrar en él.
Conceptualmente creo que Nosedive nos ofrece la historia más asequible y, del mismo modo, la más asumible por parte de la población que nunca ha visto Black Mirror. Para muchos, será el episodio de entrada a la serie, que asienta de una manera brillante el tono y la premisa de la misma.
Nota: 8/10
Playtest
Me atrevería a decir que es una propuesta de terror casi al uso, mezclando elementos clásicos del género con la siempre funcional propuesta ciberpunk de la serie. Cuenta la historia de un joven que acaba en Londres después de un largo viaje y que necesita dinero para regresar a su casa en Estados Unidos. Contacta con una empresa que está realizando tests funcionales de su nuevo producto, que luego descubriremos que es un sistema de realidad virtual realmente novedoso. Pero también, peligroso: es una especie de videojuego en el que el protagonista, Cooper (Wyatt Russell) lo pasará realmente mal. Y nosotros con él.
A mí personalmente me ha recordado a Origen. El sello de Dan Trachtenberg conocido por 10 Cloverfield Lane, es obvio.
Nota: 7/10
Shut Up and Dance
Fue el último episodio que vi de la serie, y me dejó terriblemente descolocado. Es el único de la temporada que no juega con elementos futuristas y que bien podría darse en el presente: nos cuenta la historia de dos personas que, junto a bastantes más, son víctimas de un ataque de malware por el cual alguna parte de su vida ha quedado al descubierto, y por lo que son chantajeados para cometer actos cada vez más atroces. Para mí es la propuesta que más se acerca a White Bear, y en la que más se repite el trope “Humans are the real monsters”.
A destacar su espectacular ritmo, su ferocidad, su falta de escrúpulos, y la espectacular actuación de su protagonista, interpretado por Alex Lawther. Me ha parecido devastador. Si no tapas la webcam de tu PC después de verlo es que no tienes sentimientos.
Nota: 9/10
San Junipero
San Junipero es, por decirlo de alguna forma, el episodio más bonito de la serie, pero también es uno de los más controvertidos.
Gugu Mbatha-Raw y Mackenzie Davis protagonizan una preciosa y dura historia de amor que se desarrolla en un mundo que, poco a poco, entenderemos que no es el que conocemos. Su historia es la de un amor imposible que únicamente encuentra su lugar, contra todo pronóstico, en el más allá.
En San Junipero Charlie Brooker abre un abanico de posibilidades sobre el más allá y sobre la eutanasia, e incluso define su propio Cielo, aunque sea uno virtual. Es el episodio más emocional, más duro, y el más revelador de estos seis.
Nota: 9/10
Men Against Fire
No es mi favorito. Diría incluso que es el peor de la serie en su conjunto. Afortunadamente se apoya en una base de acción y thriller que impulsa a la historia, pero su premisa no es la más original que hemos visto en la serie. En teoría se centra en la moral de los avances tecnológicos en la industria militar, pero su mensaje no queda definido de la mejor forma, en mi opinión.
Nota: 5/10
Hated in the Nation
Fue el primero que vi, aunque en teoría es el último de la temporada. Es un episodio que os encantará, ya que es una mezcla de serie escandinava con una premisa que se desenvuelve en el thriller y en el terror tecnológico al que nos ha acostumbrado Brooker. Su mensaje es claro, firme, y se apoya en mecanismos que todos logramos entender, ya que se habla mucho del lenguaje de Twitter y de las consecuencias de nuestras opiniones. ¿Qué pasaría si pudiéramos decidir quién muere escribiendo su nombre en Twitter acompañado de un simple hashtag?
Es el episodio más largo (hora y veinte, si no me equivoco) pero se pasa volando. La pareja detectivesca protagonista, interpretada por Kelly Macdonald y Faye Marsay, es brutal. La historia nos dejará con los pelos de punta. Es prácticamente una película que hará las delicias de los que se enamoraron de la serie gracias a The National Anthem.
Nota: 8/10
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