Supergirl nos ha dejado esta semana un poco más fríos que de costumbre, pero ya sabíamos que esto tenía que pasar algún día. No todos los episodios podían ser emocionantes y estar llenos de personajes nuevos en una serie con una temporada tan larga, aunque cada uno tiene su aquel. Pero vamos a hablar de los sucesos de esta semana en National City, porque todo apunta a que se están sentando las bases para desarrollar algunas de las tramas más poderosas.
Para empezar y poder dejarlo de lado tenemos a James Olsen. James lleva tiempo observando cómo todos sus amigos están colaborando en la lucha por mantener la paz en la ciudad mientras él se limita a ser un pobre sucedáneo de nuestra amada y desaparecida Cat Grant y, claro, se siente inútil, aunque esa inutilidad poco tenga que ver con su nuevo trabajo. Ahora ha decidido que como sabe dar dos puñetazos seguidos quiere ser un justiciero, así que desde aquí le recomendamos que vea un par de episodios de Arrow para informarse un poco. Porque en una ciudad donde en la mayoría de los crímenes se ven involucrados poderosos alienígenas y armas de otros planetas él va a conseguir lo que Supergirl no puede, ¿no? Que Dios nos coja confesados si esta trama prospera y le dan más protagonismo al personaje más insulso de la serie.
Mon-El, que entre los humanos se va a hacer llamar Mike Matthews, tampoco lo lleva bien, aunque él lo hace todo con más gracia. Kara quiere integrarlo en CatCo y que lo haga todo siguiendo sus pasos: trabajo de ayudante, look clásico y gafas para “proteger su identidad” por si un día le da por ayudar a la humanidad. Pero los planes de Mon-El no pasan por ser un trabajador ejemplar, ni medio ejemplar… El trabajo en CatCo no le dura un asalto, pero gracias a la experiencia descubre que ligar se le da bastante bien. No sabemos qué pensará Kara del tema, pero seguro que pillarlo in fraganti con una secretaria en la oficina no la dejó indiferente.
Esta semana la maldad vino de parte de Cadmus, que puso en las manos de unos criminales armas mucho más avanzadas de las que tenía y podía soportar la gente en Krypton, por lo que Supergirl tenía difícil lo de defenderse. Lena Luthor decidió dar una fiesta para atraer a los criminales y arrebatarles esas armas, fiesta a la que estaban invitadas Kara Danvers y Supergirl. Esto propició una breve escena de Kara intentando simular que ambas estaban en el mismo sitio al mismo tiempo, lo que consiguió sin despeinarse. Más que la fiesta en sí parece mucho más interesante la forma en la que Lena invitó a Kara, presentándose en persona en CatCo y diciéndole que era su única amiga en la ciudad. La química entre los personajes es innegable, pero todavía desconocemos las verdaderas intenciones de la hermanísima de Lex Luthor… ¿Estarán destinadas a ser enemigas? ¿Mejores amigas? ¿Algo más? De la que sí sabemos más es de la que por ahora es la cara visible de Cadmus, esa señora que se pasea por la ciudad diciendo que quiere preservar el planeta libre de alienígenas para sus hijos. Es nada más y nada menos que la madre de los Luthor. ¿Sabe su hija lo que se trae entre manos?
Dejamos el tiovivo de emociones para el final, y es que desde que Alex descubrió que a Maggie le había dejado su novia, su sonrisa no le pasó desapercibida a nadie. Y, claro, Maggie la tanteó diciéndole que no pensaba que sintiera atracción por las chicas, algo que terminó de descolocar a la pobre Alex. Volcó todo lo que se le pasaba por la cabeza en una conversación con Maggie en la que confesaba sus dudas y hablaba de cómo siempre había sentido que las relaciones no eran para ella hasta que comenzó a plantearse su atracción por Maggie. Su declaración fue totalmente conmovedora, y qué gustazo ver este tipo de escenas en nuestras series.
Nos despedimos con el buen sabor de boca que nos dejaron Alex y Maggie hasta la semana que viene, aunque desconcertados todavía por el tráiler del próximo episodio, que por lo que nos deja entrever bien podría haber sido el especial de Halloween de la serie.
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