Han pasado 7 años desde que llegó a Madrid la locura por las series. Fue gracias al ya difunto Digital+, que trajo a la capital el I Festival de Series de Madrid con varios capítulos de estreno de las series más seguidas por aquel entonces. True Blood, Breaking Bad, The Good Wife o Fringe fueron proyectadas en la pantalla grande del Círculo de Bellas Artes. Además, la organización de talleres y mesas redondas sobre la producción televisiva desataron el placer seriéfilo en nuestro país.
Desde el principio, la hegemonía de la ficción televisiva estadounidense era evidente. Nos hacía falta un reconocimiento serio y comprometido con nuestra propia ficción nacional. Y no fue hasta 2013 cuando nació el MiM Series, el Festival Madrid Imagen de Series de TV, donde se reconoce la labor de nuestro talento patrio. Unas producciones que, desde hace poquitos años, han aumentado su calidad de manera exponencial, consiguiendo audiencias exitosas. Todo ello con un presupuesto mucho menor que al otro lado del charco, pero con un acabado envidiable y una repercusión muy importante, dentro y fuera de este país; no solo a través de la cantidad de personajes que rompen los estereotipos, sino a través de las tramas que reflejan el pasado y presente de nuestra historia, con unas implicaciones y consecuencias sociales que, además de entretener, enseñan a una audiencia española sedienta de series.
Nuestros artistas son premiados fuera, nuestras series son adaptadas en decenas de países y ya sabemos lo que se emocionó Spielberg con Pulseras Rojas. El MiM, ya todo un referente, nació como una necesidad de reivindicar nuestra ficción y, en su cuarta edición del 21 al 28 de noviembre, va a mostrar cómo ha evolucionado esta producción en tan poquito tiempo, a través de charlas, talleres, mesas redondas y proyecciones. Tres pilotos serán estrenados durante esos días; tres historias de producción española que llevan varios meses cocinándose a fuego lento y que tendrán que medirse ante una audiencia cuyo listón cada vez está más alto.
Nuestros artistas son premiados fuera, nuestras series son adaptadas en decenas de países y ya sabemos lo que se emocionó Spielberg con Pulseras Rojas. El MiM, ya todo un referente, nació como una necesidad de reivindicar nuestra ficción y, en su cuarta edición del 21 al 28 de noviembre, va a mostrar cómo ha evolucionado esta producción en tan poquito tiempo, a través de charlas, talleres, mesas redondas y proyecciones. Tres pilotos serán estrenados durante esos días; tres historias de producción española que llevan varios meses cocinándose a fuego lento y que tendrán que medirse ante una audiencia cuyo listón cada vez está más alto.
'Lo que escondían sus ojos' (Mediaset)
Miniserie histórica de corte franquista que cuenta el romance clandestino entre Ramón Serrano Súñez, interpretado por Rubén Cortada, y la marquesa de Llanzol, interpretada por Blanca Suárez. Un thriller político con dosis de drama romántico que cuenta con un reparto muy llamativo completado por Javier Gutiérrez, Pepa Rus, Belinda Washington, Emilio Gutiérrez Caba, Víctor Clavijo, Carolina Meijer o David Solans. La producción está basada en el libro homónimo de la periodista Nieves Herrero.
'Reinas' (TVE)
José Luis Moreno no es un nombre que genere demasiada confianza, pero va a por todas en la creación de esta nueva serie de la cadena pública. Reinas es una miniserie de época con un gran despliegue de producción para la recreación de un período histórico que involucró a María Estuardo e Isabel I. Estados Unidos, Reino Unidos y España han sido varios de los lugares de rodaje. Veremos a ver lo que sale de este proyecto coproducido junto con la BBC (ahí es nada), cuyo reparto está protagonizado por Olivia Chenery, Rebecca Scott, Carlos Camino, Fernando Gil y James Lee Taylor, entre otros.
'Pulsaciones' (Atresmedia)
Emilio Aragón vuelve a la televisión con este thriller psicológico urbano de ciencia ficción. La historia defiende la teoría de la “memoria del corazón”: si el corazón de una persona es trasplantado por el de una persona fallecida, la persona que lo recibe también obtendrá sus recuerdos y sus sentimientos. En este caso, Álex (Pablo Derqui), un reputado neurocirujano, sufrirá un infarto y le transplantarán el corazón de un hombre (Juan Diego Botto) que ha muerto en extrañas circunstancias. El reparto estelar lo completan Leonor Watling, Ingrid Rubio y Meritxell Calvo, que estarán presentes en la investigación que emprende Álex para saber qué ha ocurrido. Tiene una pinta exquisita, falta por ver si lograrán desarrollar la serie de una manera que no sea tediosa.
No es oro todo lo que reluce
Al margen de la indiscutible labor del MiM Series y del positivo crecimiento de la calidad y del número de producciones televisivas en España, todavía queda un largo trabajo para asentar esta industria. Una producción muy irregular de las temporadas, problemas para unificar la época de estrenos por parte de las cadenas generalistas, tiempos ajustados y reticencias a estrenar los pilotos en el cine… Somos un referente internacional en cuanto a tramas, historias y personajes, pero en cuanto a producción todavía estamos en pañales.
Ni la exagerada duración de los episodios, el descontrol de los horarios en la parrilla (con programas que terminan casi a la 1 de la mañana) o el abuso de la publicidad permiten un cuidado adecuado de nuestras ficciones. La continua guerra por las audiencias y el dirigir (de manera fallida) las series a un público excesivamente generalista también hacen mella en el progreso de la industria de series españolas. El festival MiM Series 2016 es un espacio muy propicio para discutir todas estas cuestiones, pero la escasez de series es muy evidente. Lo mismo ocurre con sus Nominaciones a Premios, donde la oferta es limitada, predecible y repetitiva; y donde la ficción autonómica brilla por su ausencia, a pesar del gran esfuerzo de cadenas como TVG o TV3.
Series como Merlí (TV3), Serramoura (TVG), Cites (TV3) o Augasquentes (TVG) han conseguido una repercusión destacable en sus respectivas cadenas, pero el reconocimiento nacional sigue siendo muy tibio, a pesar de que algunas de ellas son líderes de audiencia o han llegado a cadenas de ámbito nacional como A3Series. ¿Una cuestión de idioma? ¿De voluntad? ¿De desconocimiento? Sin duda, una cuestión a mejorar en el futuro, para continuar con el reconocimiento de nuestra diversa ficción nacional, que anime a las cadenas y productoras a elevar el número de proyectos y, así, seguir construyendo una industria de series españolas a la altura de otros países de referencia. Consigamos que la presencia del MiM Series sea indispensable y que el surgimiento de 2 o 3 festivales más sea una necesidad.
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