No hay cadena que cause más indiferencia (cuando no desprecio) entre los aficionados a las series que CBS. Es la cadena de los viejos, la de las series autoconclusivas, la de los procedimentales intercambiables. Y, sin embargo, precisamente porque dedica tantas horas de su programación al género, es la que más a menudo sabe hacer series dignas de este tipo. La temporada pasada, sin ir más lejos, coincidieron en parrilla The Good Wife, que fue durante muchos años una de las mejores series de la televisión; Person of Interest, una de las series de ciencia ficción recientes más arriesgadas; Elementary, prácticamente el único procedimental en emisión que se esfuerza en construir unos casos interesantes; y Limitless, uno de los estrenos más divertidos e innovadores a nivel narrativo y visual de 2015. Procedimental no es sinónimo de mala serie, y estas cuatro lo demostraban.
Un año después, The Good Wife y Person of Interest han llegado a su fin, Limitless no logró sobrevivir a la primera temporada (CBS prefirió renovar Code Black, con audiencias más o menos similares) y Elementary tiene poco futuro más allá de esta quinta entrega. ¿A cambio? CBS ha estrenado un remake de MacGyver, la repetitiva Bull y, por último, Pure Genius, una serie médica coescrita Jason Katims (Friday Night Lights, Parenthood) que despierta la vergüenza ajena casi desde el primer minuto.
La política de CBS al encargar sus estrenos de este otoño parece haber sido: "Dame lo mismo de siempre, pero métele pantallas de ordenador por todas partes". El éxito de la absurda Scorpion ha creado escuela y ahora todo en la cadena debe ser tecnológico y semi-futurista pero, eso sí, sin exigirle lo más mínimo al espectador. Como el hospital de Pure Genius, que ha sido creado por un informático millonario y filántropo (James Bell) con el objetivo de usar los últimos avances en el campo de la medicina para resolver casos médicos que, de otro modo, no tendrían cura. Básicamente, en Pure Genius todo vale porque la ciencia es magia y es capaz de cualquier cosa que a los guionistas les apetezca escribir. Cada ordenador es un deus ex machina, por lo que no hay enfermedad que sea incurable.
Pero no se trata solo de que Pure Genius sea una fantasía que tenga pocas cosas interesantes que contar a nivel dramático; su principal problema es que sigue punto por punto la plantilla de su canal sin darle ningún giro a la fórmula. El protagonista es un tipo arrogante, pagado de sí mismo y socarrón (como en House, The Mentalist, Shark, CSI: Miami, Castle y tantas otras) mientras que los secundarios, en lugar de presonajes, son maniquís que le dan la réplica para que pueda seguir extendiéndose en su verborrea. Ni siquiera el cirujano recién llegado que interpreta Dermot Mulroney, que es la ventana a este universo para el espectador, va mucho más allá de mera comparsa.
Pero no se trata solo de que Pure Genius sea una fantasía que tenga pocas cosas interesantes que contar a nivel dramático; su principal problema es que sigue punto por punto la plantilla de su canal sin darle ningún giro a la fórmula. El protagonista es un tipo arrogante, pagado de sí mismo y socarrón (como en House, The Mentalist, Shark, CSI: Miami, Castle y tantas otras) mientras que los secundarios, en lugar de presonajes, son maniquís que le dan la réplica para que pueda seguir extendiéndose en su verborrea. Ni siquiera el cirujano recién llegado que interpreta Dermot Mulroney, que es la ventana a este universo para el espectador, va mucho más allá de mera comparsa.
Por si fuera poco, la serie busca con su primer episodio la lágrima fácil (en esto sí se nota la mano de Katims) utilizando el caso más extremo posible y, aun así, falla estrepitosamente por tópica y burda. Al misom tiempo, planta una forzada tensión sexual no resuelta entre dos personajes desde el primer episodio (de forma explícita en los diálogos, además) y no logra al menos asombrarnos con los "avances médicos" que muestra. Esto último es probablemente lo peor, ya que si algo intenta Pure Genius es ser espectacular, pero todo está desarrollado de forma tan estúpida que simplemente cae en el ridículo.
Pure Genius es prescindible, casi insultante, parece una parodia de sí misma y probablmente no conectará ni con los fans más acérrimos del género médico (Code Black y Chicago Med, sin inventar absolutamente nada, son muchísimo más dignas). Si todavía queda algún esnob que se refiere a la televisión como la "caja tonta", probablemente sea porque un día, haciendo zapping, se encontró con una serie como esta. ¿Le habéis echado un vistazo al piloto? ¿Qué opináis?
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