Estoy sufriendo síndrome de abstinencia de una obra de ficción. Es así, la Paca ha revolucionado mi mundo y no va a ser fácil desengancharme. No esperéis aquí algo que no sean alabanzas, aunque sí puedo decir que el cuarto episodio aún me tiene traumatizado y es el único que no he visto tres veces. Me van más los melodramas.
Conocimos a una Paquita muy cerca del fracaso, un híbrido ibérico entre Ari Gold y Valerie Cherish, y a Magüi, su más que fiel escudera. Juntas emprendieron un viaje que empezó con el abandono de su estrella y ha acabado con el nacimiento de otra nueva. No es la primera vez que se crea una ficción tan real como la vida misma, que muestre las miserias de sus protagonistas, una que se meta detrás de las cámaras. Pues esto es igual, pero mejor. Paquita sí es para tanto y se ha convertido en mi serie española favorita.
¿Con cuántas series habré llorado yo? ¿Solamente con Desperate Housewives? Ocho largas temporadas tuvieron que vivir y sufrir las amas de casa para conseguir llevarse unas lagrimitas que la Paca me ha arrancado en poco más de dos horas. No es habitual encontrar personajes tan cercanos, que se ganen al público en cuestión de minutos, que te hagan pasar de la risa al llanto en tres segundos.
¿Cuántas comedias americanas triunfan a base de hacer humor sobre presuntas celebridades que no conocemos? ¿Cuántas sobre las que conocemos casi por casualidad? ¿Y no es maravilloso que los gags de Paquita Salas sean sobre Angy, MAM o Carmen Machi? ¿Que los cameos de Paquita Salas los hagan actores y personajes de nuestra vida? Belinda, Jorge Roelas o Secun. Alicia Hermida y Andrea Duro, es decir, Valentina y la Yoli. Irremediablemente, se reciben con otro espíritu, ¿no opinas? Nunca vi Quién quiere casarse con mi hijo, pero recuerdo perfectamente a María Rosa Cobo de mis noches de insomnio y tarot. A Richard Collins-Moore como reportero de guerra de Noche Hache. Pajares y Malena Gracia, por el amor de Dios. Mi vida.
¿Cuántas comedias americanas triunfan a base de hacer humor sobre presuntas celebridades que no conocemos? ¿Cuántas sobre las que conocemos casi por casualidad? ¿Y no es maravilloso que los gags de Paquita Salas sean sobre Angy, MAM o Carmen Machi? ¿Que los cameos de Paquita Salas los hagan actores y personajes de nuestra vida? Belinda, Jorge Roelas o Secun. Alicia Hermida y Andrea Duro, es decir, Valentina y la Yoli. Irremediablemente, se reciben con otro espíritu, ¿no opinas? Nunca vi Quién quiere casarse con mi hijo, pero recuerdo perfectamente a María Rosa Cobo de mis noches de insomnio y tarot. A Richard Collins-Moore como reportero de guerra de Noche Hache. Pajares y Malena Gracia, por el amor de Dios. Mi vida.
Tengo grabada a fuego en la memoria (y en VHS también) una actuación de Las Veneno -nada que ver con La Veneno- en Cine de barrio. Gracia Olayo fue una de las razones que me llevaron a ver el musical La llamada a finales de 2014, junto con las dos primeras páginas del guion de Javier Calvo y Javier Ambrossi que compré y me enamoraron tanto que no quise seguir leyendo.
Allí conocí a Belén Cuesta y Anna Castillo, que se han convertido rápidamente en mis actrices favoritas. Yo nunca tuve de eso. Para mí, todas las actrices eran buenas siempre que consiguieran ser creíbles en su papel, pero lo de estas chicas es otro nivel. Creo que es la primera vez que soy groupie de alguien. Con su frescura y su ternura no puedo parar de sonreír. Consiguen emocionarme como ninguna otra. Cuando cantan, sus canciones se me meten por dentro, Bernarda.
Allí conocí a Belén Cuesta y Anna Castillo, que se han convertido rápidamente en mis actrices favoritas. Yo nunca tuve de eso. Para mí, todas las actrices eran buenas siempre que consiguieran ser creíbles en su papel, pero lo de estas chicas es otro nivel. Creo que es la primera vez que soy groupie de alguien. Con su frescura y su ternura no puedo parar de sonreír. Consiguen emocionarme como ninguna otra. Cuando cantan, sus canciones se me meten por dentro, Bernarda.
A Macarena García ya la conocía desde Blancanieves; después de todo, su éxito es el eje sobre el que gira la historia de Paquita. Sus ojos lo dicen todo, qué dulzura, me pregunto si le darán el papel de mala alguna vez. Es la cabeza de la nueva generación de actores, no creo que haga falta decir nada más. La Clara de Claudia Traisac es historia viva de este país. También la conocí en La llamada, como nueva protagonista tras la marcha de Macarena, y no tiene absolutamente nada que envidiar a la anterior María Casado; de hecho, la echaré de menos en la película. Menuda cantera han formado los Javis, no solo crean a personajes magníficos, sino que encuentran a las personas perfectas para representarlos. A Mariona Terés le va a ir todo muy bien después de este trampolín.
Y, por último, Brays Efe, un chiquito que no llega a la treintena e interpreta a una señora acabada mejor que muchas otras señoras acabadas. Hasta hace un mes no me había dado cuenta de que era el chico de Cómo sobrevivir a una despedida. Es injusto, casi cruel. no recordar los papeles anteriores de los actores que ahora nos dan la vida. Sí, Brays Efe y Belén Cuesta me han dado la vida durante cinco episodios.
Ahora centrémonos en la segunda temporada. Es necesaria una continuación en la que Lidia San José se convierta en la secundaria de oro de El secreto de Puente Viejo, que se lo merece, y en la que Anna pueda pasarse por la oficina a recoger lo de Oysho y brillar en los Goya 2018. Lo de que su personaje se llame Belén lo voy a llevar mal, para qué negarlo, es todo muy meta. Es necesaria una continuación. Es más que necesaria. Paquita Salas es mi serie española favorita y, quizás, mi serie favorita a secas.
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