La pesadilla continúa para nuestros vampiros. Cade sigue haciendo de las suyas, atormentando a todo aquel que se cruce en su camino. Sin embargo —y pese a la tensión que debía involucrar este episodio— The Vampire Diaries sigue dándose vuelta en los mismo argumentos y Stefan Ripper y Damon malvado vuelven a aparecer, una vez más.
El pasado parece no dejar a los hermanos Salvatore en paz y en este episodio hemos vuelto a viajar a los alrededores del año1700 para ver cómo la vida de Stefan fue perdonada por Seline debido a la angustia que este sentía cada vez que asesinaba a una persona.
Damon, por su parte, añade tensión en la cena de navidad, amenazando la vida del padre de Matt a cambio de esa reliquia que él posee, que aparentemente, sería el arma que podría destruir a Cade. Ya lo dije la semana pasada: todo villano tiene su punto débil.
Elena ha sido parte de este episodio, porque este capítulo de navidad trae recuerdos y nuevos conflictos: Damon, en un giro que al menos yo no me esperaba, ha asesinado a Sybil y por supuesto esto traerá serias repercusiones.
Con todo lo que ha sucedido en este episodio llegamos al final de media temporada y no ha sido lo que yo esperaba, y el cliffhanger al término del capítulo ha sido de lo más regular que nos puede entregar la serie en comparación con sus otros términos.
Las evaluaciones son inevitables tras esta entrega de siete episodios y, en mi opinión, la serie ha mostrado un buen arranque y se ha ido desinflando en los últimos dos capítulos. Pese a que nunca hemos visto a los dos hermanos Salvatore en el mismo plano de maldad, los clichés de la serie acompañan cada movimiento.
Elena ha sido un recurso que ha ocupado un lugar importante y no podía ser de otra forma, ya que estamos en la última temporada. La ansiedad de saber si Nina Dobrev volverá para un episodio final está carcomiendo los corazones de todos los fans. La imposibilidad de Julia Plec (showrunner) de desmentir o asegurar esta situación no hace más que ponernos en este hecho complejo que puede jugar en contra y desilusionarnos.
Todos esperamos que esta temporada sea épica, pero no puedo dejar de pensar: ¿por qué lo sería ahora, si antes el equipo de guionistas no fue capaz de lograrlo? La dificultad de conseguir este objetivo ha hecho que casi la mitad de los fans (probablemente los menos acérrimos) abandonaran la serie y, por tanto, la CW ha dejado morir a The Vampire Diaries los viernes.
Vosotros decidme qué esperáis de esta temporada, porque parece qué las expectativas no son de los más altas para muchos.
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