Thirtysomething y My So-Called Life son los dos títulos que avalan el trabajo de los nuevos showrunners de Nashville, Marshall Herskovitz y Ed Zwick. Dos dramas de personajes que se ganaron los elogios de la crítica y que poco tienen que ver con lo que, a dia de hoy, es la serie protagonizada por Connie Britton. Por eso, este reciclaje que CMT y Hulu han hecho de la serie, que ABC decidió cancelar en su cuarta temporada con final abierto, despertaba tanta curiosidad.
Nashville tuvo un piloto muy prometedor que hizo creer a los críticos que estábamos ante una serie que, de verdad, tenía algo que contar. Ese enfrentamiento a lo Eva al desnudo entre una vieja gloria del country y la Taylor Swift ascendente, ese retrato de los jóvenes músicos que querían hacerse un hueco en el mundo de la música y una trama política que dejaba claras las intenciones de Callie Khouri (su creadora) por mostrar la ciudad que da título a la serie como un microcosmos. Si Nashville se hubiese mantenido fiel a esta premisa, la llegada de estos nuevos showrunners al equipo tendría mucho sentido.
Pero, poco a poco, esas intenciones fueron dando paso a un culebrón estándar de ABC sin dirección clara. Los personajes de la serie saltan de trama en trama sin que parezca que nos quieren contar nada y, aunque la música sigue estando allí y de vez en cuando nos regalan escenas que parecen sacadas de un drama adulto de verdad, son más frecuentes los accidentes de coche, los intentos de suicidio y las muertes fingidas con sangre de cerdo que los momentos emotivos genuinos. Nashville no es Friday Night Lights y sus fans hemos aprendido a quererla tal y como es: torpe, absurda y entretenidísima. ¿Tienen cabida Herskovitz y Zwick en una serie así?
Connie Britton (que todo apunta a que saldrá por patas de este circo televisivo a mitad de la quinta temporada, aunque no este confirmado al 100 %) y el resto del cast han prometido durante la promoción que esta entrega va a ser la mejor hasta la fecha y que los guiones que les llegaban eran los mejores. Viendo el primer episodio, se entiende por qué: el primer episodio de la quinta temporada (que es, en realidad, la primera mitad de una premiere doble que se emitirá el 5 de enero) no intenta dejarnos con la boca abierta ni plantar ningún giro que lo cambia todo. Se dedica, más que nada, a resolver el cliffhanger de la temporada anterior y ver las secuelas que esto tiene tanto en Juliette como en Rayna.
Los nuevos guionistas conocen a los personajes, y los conflictos que se presentan son coherentes con lo que conocemos de ambas protagonistas, que son el centro de atención de este primer episodio. Da la sensación de que, con el paso de los episodios, pueden contar de verdad algo interesante con ambas. Lo que aún no sabemos es qué harán con el resto del elenco, pues los secundarios han funcionado como satélite en este capítulo.
Pero, ¿es de verdad lo que queremos ver? El primer episodio de esta nueva Nashville es más pausado de lo normal, pero sus diálogos dan bastante menos vergüenza (hasta las peleas entre Maddie y Daphne son un poco menos insoportables que de costumbre). Adaptarse a este cambio de tono y ritmo va a ser complicado para los fans y es difícil que en su quinta temporada vayan a atraer a nuevos espectadores. Si el resultado final compensa, puede ser un cambio positivo, pero la serie corre el riesgo de quedarse en tierra de nadie. ¿Os ha gustado el primer episodio?
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