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Esta semana volvían nuestros médicos favoritos a calentar las frías jornadas de viernes, ¡pero no! El curioso caso de la presidencia estadounidense requiere un especial de políticas Scandal aplicado a la vida real más que otra master class sobre ser doctor de bragueta ágil.
Esta semana volvían nuestros médicos favoritos a calentar las frías jornadas de viernes, ¡pero no! El curioso caso de la presidencia estadounidense requiere un especial de políticas Scandal aplicado a la vida real más que otra master class sobre ser doctor de bragueta ágil.
Como de algo hay que rajar y el cuerpo ya va pidiendo que encendamos motores para esta segunda mitad de decimotercera temporada, hoy vamos a repasar los 10 momentos más memorables de nuestra serie favorita. O, como nos gusta más llamarlos, la lista de cuando a la Tita Shonda se le fue el pacharán de las manos.
10. Cuando se vinieron arriba con la Super Bowl (2x16-17)
El episodio tomaba su título de la mítica canción de REM, algo así como “Es el fin del mundo tal como lo conocemos”. Realmente fue el principio de todas nuestras desdichas. Los presupuestos se disparan, se contrata a Christina Ricci antes de que se estrellase con Pan Am, meten a Kyle Chandler y se toman el cuidado de incluir una escena picantona de tres internas en una vaporosa ducha eróticofestiva para que hasta el público masculino más básico cayese prendado de sus encantos.
Y luego la bomba, que sí, que nos acordamos todos. Pero esto era más bien un prólogo para que tuvieseis claro que cuando ven 38 millones de personas tu serie, una tiende a creérselo y sucede todo lo que viene a continuación.
9. Cuando la gravedad dejó de importar —para algunos— (8x24)
Ahora viene lo interesante. Quizás una de las mayores inversiones en drama de toda la serie. Recordad, queridos, que la principal técnica de subsistencia emocional de Grey es la denominada “vivir de las rentas”. Traducción: llevamos tropecientos años, tropecientos y pico nos quedan, vamos a tener memoria y nunca parar de recordar nuestros propios hitos del sadismo televisivo.
Shonda decide estrellar el avión donde viaja la mitad del personal protagónico del hospital. A unos cuantos les permite planear suavemente hasta tierra firme con rasguños menores, y a otras les suelta todo el decorado del piloto de Perdidos sobre la caja torácica. No decimos que no haya términos medios, a fin de cuentas la que mejor salió parada de todo esto es la que sólo perdió una pierna y a todos nos tiene pendientes de ver cuándo se le olvida la prótesis en el camerino.
8. Cuando te da por los fantasmas (5x07-23)
A Jennifer Love Hewitt le cancelaron su serie, pero Katherine Heigl, que es muy ambiciosa ella desde pequeñita, quería un coito astral de esos como los que salían en Embrujadas. Denny Duquette, que ya había hecho sus veces de anfitrión del más allá por 2007, volvía para presentarse a su ex novia y reconciliarse. Por lo menos dentro de su psique a falta de dentro de otras partes de la Stevens' Anatomy.
Ese cáncer supuso el último reto interpretativo para la Heigl antes de dar el clásico salto a la gran pantalla y dejar a la Tita Shonda y a todos sus fans con el culo al aire. Qué pena que fuese a darlo justo antes de que empezase la migración de los actores de cine a televisión, ¿verdad, querida? Un besi.
7. Cuando se pusieron de moda las realidades alternativas (8x13)
Otro estandarte de la cartera de rentas de la Tita es Ellis Grey. A Ellis no la debemos únicamente el por saco que dieron con el tiovivo, no, también un viaje interestelar onírico a mediados de la octava temporada.
En ese mundo al revés, Ellis nunca hubiera padecido Alzheimer y hubiese criado a una Meredith no amargada y potencialmente no invulnerable a la muerte junto a su marido, Richard Webber. Meredith no sólo es feliz, sino que Alex también es su alegre y gafapáster pareja. Owen servía como personaje, o al menos como padre de tres hijos de Callie. El Calzona nunca nos rompió el corazón. Derek tampoco dejó a Addison, nosotros nunca perdimos a Addison y Cristina tenía el pelo liso.
6. Cuando se marcaron un Glee (7x18)
Otro universo alternativo donde refugiarnos era aquél en el que Callie salía disparada a través del parabrisas de su coche y tenía toda clase de visiones de la vida pasada de Sara Ramirez en Broadway, donde quizás se encuentre a día de hoy. Un besi para ti también, pero éste sin veneno.
Shonda, orgullosa de esa vasta colección de canciones que había conformado a lo largo de su millón de horas de metraje, propuso a sus niños cantarlas. Bueno, cantaron tres y los demás pasaron vergüenza. Es más, tan mal concepto de sus propias dotes de ducha tenían ciertos miembros del reparto, que algunos como Sandra Oh o Patrick Dempsey declinaron muy cortesmente la oferta de subirse al karaoke en prime time. Quien dice cortesmente, dice que nunca se lo perdonaron ni a Shonda ni a Carmena, ¿verdad, ojitos tiernos?
5. Cuando Meredith descubrió que no le hacía falta respirar (3x15-17)
Como la bomba les salió tan bien en audiencias y la huelga de guionistas aún se estaba gestando, Shondy estrelló un ferry de esos que tanto le gustaban a su Derek del alma y, aprovechando las tendencias autodestructivas de su protagonista, se le ocurrió dejarla no sé cuánto tiempo bajo el agua con hipotermia y testar los maquillajes de Avatar, porque ella y James Cameron son muy amigos, noticia exclusiva.
El periplo de Meredith por las inmediaciones del otro barrio se confirmaba como un muy agradecido recurso narrativo. Shonda es que siempre ha sido muy de poner a sus leading leadies al límite en las terceras temporadas. Ya verás cuando le toque a Viola, cómo nos vamos a poner de moco.
4. Cuando a Derek tampoco (11x21)
Aprovechamos este apartado para extender una felicitación a todos los medios que destriparon la muerte de McDreamy por cuatro miserables clicks. Aquí cada uno ni olvida ni perdona lo suyo. Véase que es el episodio peor calificado en IMDb de toda la serie, y anda que no ha habido relleno que masacrar, panda de talifanes.
Las causas de la bomba de humo del galán del folletín seguirán envueltas en misterio y protocolo hasta las próximas memorias indiscretas de algún miembro del reparto. Lo que está claro es que aquí hubo premeditación, alevosía y, sobre todo, ensañamiento. A Derek le dieron una muerte clara e irónica, por si quiere volver, que vuelva también vía poltergeist como el otro. Que no va a descansar en paz hasta que la ABC dé el machetazo también está clarinete.
3. Cuando te tragas los despidos y sacas a una reina en hombros (10x22)
Una salida más amable fue la de Cristina Yang. Cristina, como segunda de abordo de la viuda negra de Seattle, se había comido todas y cada una de la peripecias de su quijotesca person como una campeona. Hasta que se hartó.
Sandra Oh lo avisó con tiempo, se filtró a la prensa con aún más antelación y Shonda le hizo la cama con cariño y esmero. Tanto fue que rescató del ostracismo a Isaiah Washington, al que expulsó de las fértiles praderas de Shondaland allá por 2007 también. Qué año más intenso. Los insultos homófobos que profiriese contra el pobre T. R. Knight aka George O’Malley aka Bambi prescribieron, al menos para darle un cajón de mierda a la Yang sobre el que taconear antes de agarrar el finiquito.
2. Cuando le haces un homenaje a tu propia carrera (6x23-24)
Y pensó: “no voy a meter a una señora con guadaña y capa negra porque emitimos el episodio en mayo y se nos va de fecha, pero lo cambiamos por un amigo de la Asociación Nacional de Rifle y me quedo más ancha que larga”. Y así sucedió.
El episodio más sangriento de la serie hasta el momento se cobró su buen par de víctimas y, a día de hoy, sigue siendo el mejor valorado por el público. Las balas volaron que daba gusto y a cualquiera que lo viese prestando un mínimo de atención se le heló la sangre. La hora y veinte minutos se nos hizo tan larga como uno de esos partos de Meredith y su útero hostil que nunca debieron haber sucedido, pero tan dramáticamente satisfactoria como una cinta para el Oscar.
1. Cuando te diste cuenta que puedes montar el mejor drama sólo con una cena (12x05)
¿Es el episodio más sobresaliente de la serie? Podría ser. Nos lo hemos reservado para el final de la lista porque auna perfectamente toda la evolución y el espíritu de Grey durante estos noventa y tres años: apenas se practica medicina, se te agarrota el corazón de verlo y es más simple que el mecanismo de un chupete.
Es La Renta. Derek es y será el depósito a plazo fijo a nivel televisivo definitivo. La llegada de la única interna competente que le atendió removió magistralmente a todos los comensales y a toda la audiencia, tuviese la boca llena o vacía. No hizo falta una catástrofe de dimensiones apocalípticas o que descarrilase el AVE Madrid-Sevilla. Bastó con traer un vinito.
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Dicho lo cual, Shonda y la alineación completa de TGIT vuelven la semana que viene. Preparen sus clínex, sus ataúdes y, si eso, las batas blancas. O déjenselas quitadas. Total, para lo que se usan…
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