Me sabe mal decirlo, pero ha llegado un punto en la vida de todo fan de Arrow en el que, al terminar un episodio, sólo hay dos sensaciones posibles: "meh" o "éste no ha estado mal del todo". Y casi que dan ganas de montar una fiesta cuando ocurre esto último.
Who Are You? es un refrescante cambio de registro para Oliver, cuya evolución como personaje nunca se toma un respiro (que no os engañe el sempiterno semblante de preocupación de Amell). En un inesperado cambio de rol con Felicity, vemos un Ollie esperanzado, probablemente conducido por la culpa y la necesidad de redención por todas las muertes que carga a sus hombros, pero en cualquier caso optimista con la vuelta de Laurel, incluso cuando ésta demuestra ser Black Siren, la döppleganger de la Tierra-2.
Felicity, por su parte, no está para fiestas ni para que se la cuele nadie. Con la muerte de Billy aún recientísima, adopta el habitual papel de desconfianza y sequedad de Oliver, y no tarda en descubrir la verdadera identidad de Laurel. En un estado de oscuridad parecido se encuentra Curtis tras la marcha de Paul, lo cual le lleva a encontrar una inesperada complicidad en Wild Dog, quien por una vez no aparece para liarla parda.
Otro que no gana para disgustos es Diggle, quien se encuentra de nuevo en la cárcel y a dos telediarios de perecer en las manos del ejército. Afortunadamente, aunque no tenga sentido o lógica en absoluto, Oliver convence a Adrian Chase (a.k.a. Vigilante, no sé a qué esperan para desvelarlo de una vez), el fiscal, de que se encargue de su defensa, y éste consigue comprarle a Diggle unas 24 horillas más de vida, que no es mucho, pero lo suficiente para vivir para contarlo. Adrian Chase es el mejor nuevo personaje que nos ha dado Arrow en mucho tiempo, hay que decirlo más.
Sin embargo, es Katie Cassidy, en cualquiera de sus versiones de Laurel, lo mejor del episodio con diferencia, y una no puede evitar estar de acuerdo con Oliver en su empeño por creer en ella, y en que aún haya esperanza para salvarla. No obstante, el episodio cierra con la emergencia de otra figura femenina más del pasado de Oliver, una que no esperábamos ni por asomo: Talia Al Ghul, y ya sabemos que cuando la familia Al Ghul se deja caer, no es sólo para decir hola. Sinceramente, espero fervientemente que esto ponga fin al despropósito de trama de Bratva. Volvamos a Nanda Parbat, o a Lian Yu si hace falta, pero si se empeñan en seguir castigándonos con acentos rusos, que al menos sea con el de Konstantin Kovar.
Aunque, en definitiva, no haya sido un mal episodio en absoluto, una sigue con la sensación de no tener ni idea de a dónde quiere llegar Arrow esta temporada, pero puede que eso no sea algo malo. La serie parece más segura de su tono y sus matices ahora; con los pequeños momentos de cierre y cura de Oliver en los Invasion! de The Flash y Arrow, y con su empeño en salvar a Laurel y continuar el legado de Black Canary, puede que nos encontremos más que nunca en la senda correcta para llegar al Green Arrow que puede llegar a ser. A la serie que puede ser. Sin pasarse, claro.
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