Después de una brillante primera temporada, una
segunda entrega bastante regular y una tercera que se alejaba demasiado de la
calidad de sus predecesoras, Homeland consiguió reinventarse con sus dos
posteriores temporadas y subió notablemente el listón de las series sobre teorías
conspiratorias, espías e inteligencia nacional.
Lo bueno de Homeland siempre ha sido Carrie
Mathison. Claire Danes es la cara de la serie de Showtime y la actriz que se ha
encargado de llevar las cinco temporada en sus hombros. La quinta entrega acabó
con Mathison al lado de un moribundo Peter Quinn (Rupert Friend) y puso en duda
el destino del compañero más leal de la protagonista de la serie, a la vez que
cerraba una trama que únicamente daría lugar a una historia totalmente nueva
para su sexta entrega. El primer episodio de la temporada, que Showtime colgó en su web el pasado 30 de diciembre (aunque la temporada se estrena oficialmente este domingo en EEUU y el 18 de enero a las 00:00 en FOX España) ha permitido avistar
un poco lo que ocurrirá a lo largo de los próximos once capítulos restantes.
A pesar de su ritmo lento, Fair Game funciona como
episodio introductor y presenta unos cambios significantes como el papel,
seguramente relevante, con el que contará la Presidenta Elizabeth Keane
(Elizabeth Marvel). La nueva líder del pueblo americano se muestra a priori
simplemente pasando revista a las grandes mentes de la CIA, mostrando unos planes que
pretenden cambiar el mundo: retirar las tropas, desmilitarizar el Centro de
Inteligencia… También ha mostrado su preocupación por el dineral que EEUU se
está gastando en vigilancia nacional al alegar que la amenaza es exagerada. Pero
a pesar de que Dar Adal (F. Murray Abraham) advierta a Saul (Mandy Patinkin)
sobre cómo cree que culpará a la CIA de la muerte de su hijo en Irak.
Las dudas sobre el papel que le podrían dar a la primera mujer presidenta que se representa en la serie son numerosas, sobre todo por el simple hecho de que no habrán creado ese personaje con la finalidad de mostrarlo sentimental y poco adecuado para uno de los trabajos más difíciles y poderosos del planeta, o al menos eso quiere creer un servidor. Por el momento, la visión de Saul se mantiene en la idea de que es una pieza inexperta dentro del mismo juego político que gobierna el país, a la vez que se muestra convencido de poder convencerla de la realidad global y de no cómo ella cree que es. Lo más seguro es que la serie no tarde en ofrecer una conversación entre el personaje de Mandy Patinkin y Elizabeth Marvel, cara a cara.
Dentro de la misma líneas de innovaciones dentro
de la sexta temporada de Homeland, la serie ha presentado también un bufete pro
bono para defender a los musulmanes acusados injustamente por el gobierno
americano. Al parecer la serie ha decidido mostrar su faceta más polémica, que
no tiene por qué ser menos racional, al querer ofrecer un punto de vista
bastante diferente al tocar temas muy
arriesgados. Es notablemente temerario llegar a tratar la defensa de musulmanes
acusados de terroristas, sobre todo en una sociedad dónde el temor al
terrorismo islámico apoya la fuerte presencia de la vigilancia nacional y da
poder al Estado de arrestar a prácticamente cualquier sospechoso, cómo se ha
visto en Fair Game. Carrie Mathison ejerce de especialista para aquellos que en
principio han visto limitados sus libertades civiles solo por el hecho de verse
relacionados con tópicos yihadistas, pero la serie también trabajará con la
incógnita dentro de esta misma línea narrativa, dado que no ofrecerá una visión
puramente solidaria sobre este tema sino que jugará con la tensión e intriga al
despistar tanto a la protagonista como a los mismos espectadores.
Ya en el punto más importante para los fieles seguidores de Homeland: Peter Quinn (Rupert Friend) está vivo pero no lúcido. El envenenamiento por sarín le causó diversos daños a uno de los mejores agentes de la CIA, quien ha dado un giro de 180º y sin duda alguna estará presente dentro de la trama principal pero sin jugar seguramente el mismo papel que antaño realizaba. No es muy probable que a lo largo de la temporada encuentren una cura mágica para volver a contar con el mismo Quinn que antes, sobre todo porque el personaje podría reflejar otra faceta, aparte de la de Carrie, sobre las enfermedades mentales. Rupert Friend interpreta a un Peter Quinn depresivo pero también discapacitado y con unas causas que se vuelven reales al presentarlas con tal impacto dramático dentro de la misma historia.
Homeland no ha decepcionado en sus últimas entregas y, después de un año desde el final de su última temporada, promete ofrecer una temporada que sin duda mostrará lo mejor de Claire Danes y un ejemplo de intriga destacable y casi única dentro de la misma industria televisiva estadounidense.
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