Las dos últimas semanas en Supergirl nos han dejado episodios muy diferentes entre ellos en muchos aspectos, pero similares en el principal: la focalización. Ambos episodios se centran en personajes secundarios a los que la serie tenía algo descuidados, dejando un poco de lado el avance en la trama principal. Sin más dilación, vamos a pasar a comentar todo lo que ha pasado.
En el primer episodio, The Martian Chronicles, tuvimos intensidad para un rato, pero la historia apenas avanzó lo que duraba el turno de tarde en el DEO. Como bien nos advertía el último tráiler, un white martian había sido enviado a National City para llevar a M’gann M’orzz ante la justicia de su planeta por crímenes de guerra. Romper con la tendencia beligerante de su raza y liberar algunos green martians le hacían la más buscada en Marte incluso por delante de J’onn J’onzz, y para llevarla de vuelta enviaron nada más y nada menos que a su antigua pareja, Armek. Pero M’gann tiene la suerte de tener nuevos amigos que la protejan.
Por desgracia para M’gann hacer amigos tiene un precio, y en este caso tuvo que pagarlo rápido cuando les amenazaron con el fin de llegar hasta ella. Para obligarla a entregarse, el white martian se infiltró en el DEO y con su capacidad de camuflaje se hizo pasar por uno de los integrantes del grupo, lo que sembró el caos en las instalaciones secretas y la desconfianza en el equipo. Y, por supuesto, no podía faltar otro white martian del que nadie tenía constancia para terminar de desconcertarlos a todos. Ya si añadimos que el DEO está a punto de explotar tenemos la combinación perfecta para que se forme una de las batallas más confusas que hemos visto en la serie.
El momento dulce e intenso del episodio lo pusieron M’gann y J’onn en sus ratos a solas, y es que llegó un punto en el que no pudieron negar más que sus sentimientos eran más fuertes que la rivalidad entre sus razas. Fue precioso ver cómo admitían el fuerte lazo de confianza y respeto que habían creado después de llevar tanto tiempo solos pensando que jamás volverían a tener una relación así con nadie. Pero como no podían vivir felices y comer perdices, M’gann decidió que su deber era volver a Marte para buscar a otros white martians buenos que renegaran de las sádicas prácticas de su raza, y si daba con ellos formar una resistencia que luchara por un futuro mejor.
El segundo episodio, Luthors, nos cuenta la situación actual de la líder de Cadmus, Lillian Luthor, a la vez que nos ayuda a comprender el pasado de Lena Luthor, un personaje que parece que sigue guardando secretos. Lillian se enfrentaba al juicio por todos los crímenes cometidos al frente de Cadmus, incluyendo intentar usar armas biológicas que destruyeran a todos los alienígenas de National City, cuando Metallo y Cyborg Superman le liberaron. Pero Lillian Luthor nunca deja nada al azar y en su huida incriminó a su hija solo para utilizarla para sus propósitos egoístas más adelante. Que alguien le cambie a esta señora la medicación, por favor, porque su maldad y su visión distorsionada del mundo no son para nada normales.
La pobre Lena no gana para disgustos y, por si no fuera suficiente con su familia desequilibrada, ahora se entera de sus verdaderos orígenes. No era una simple huérfana a la que la familia Luthor adoptó, sino que resultó ser una hija ilegítima de Lionel Luthor con su amante, a la que su padre decidió adoptar al morir su madre. Después de la última traición de Lillian, la única que decide seguir creyendo en Lena contra corriente es Kara, la única amiga de verdad que parece tener la pobre chica. El final del episodio nos dejó con una sensación amarga cuando parecía que Lena barajaba la idea de empezar a comportarse como una auténtica Luthor, lo que sería una pena porque le hemos cogido mucho cariño al personaje y la relación de amistad que ha creado con Kara.
En ambos episodios Mon-El y Kara se dedican a marear la perdiz con respecto a lo que sienten el uno por el otro, y si tuviéramos que elegir una canción para la parejita sería la de Que sí, que no, que nunca te decides, yo sé que tú me quieres y no me lo dices. Sabemos que darle emoción al romance es necesario porque si no la serie no tendría tanta gracia, pero todo el tema de que ambos se gusten, uno lo niegue, pero más tarde se dé cuenta de sus sentimientos reales por los celos que le causa que el otro pase página está un poco manido a estas alturas. Y cuando por fin se acabaron los rodeos absurdos, la pareja tampoco puede sellar su amor con un beso porque aparece de la nada un desconocido que afirma amar a Kara. ¿Algo más para alargar el sufrimiento, señores guionistas?
Aunque esta segunda mitad de la temporada nos está dejando grandes dosis de acción, quizás echamos de menos una trama más sólida que funcione como hilo conductor. Al contrario de lo que ocurre en The Flash o Arrow, en Supergirl no vemos una finalidad; los acontecimientos que ocurren episodio tras episodio no tienen como fin servir a una trama mayor a resolver cuando llegue la season finale para dejarnos con un cliffhanger, sino que todo sucede sin más intención que la de mantener la paz en National City. Esperamos que esto cambie en algún momento de la serie para darnos un final más intenso, porque esta situación le resta bastantes puntos.
Acabamos por hoy con el tráiler del esperado episodio de San Valentín que llegará combinando romance con humor. ¿Veremos por fin el acercamiento definitivo entre Mon-El y Kara? Nos leemos la semana que viene para averiguarlo.
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