Hace dos meses The Walking Dead se despedía de nosotros dándonos una píldora de esperanza cuando el grupo se reunía en Hilltop y se regalaban unos cuantos asentimientos antes de avanzar en procesión hasta los aposentos de Gregory. Pero acostumbrados como estamos a las penurias de Alexandria, si alguno se había permitido pensar que la organización de los pueblos aliados contra Negan iba a ser sencilla no podría estar más equivocado.
El primer paso para reforzar sus filas pasa por conseguir que el líder de Hilltop apoye la propuesta de comenzar una guerra contra los Saviors. Gregory no está por la labor, ni creo que lo llegue a estar nunca. Este personaje es un claro ejemplo de parásito que ha sobrevivido a base de esconderse y aprovecharse de aquellos que le rodean. Es más que obvio que Hilltop necesita a Maggie como su nueva líder, y también ha quedado demostrado que el pueblo no se parece en absoluto a su líder. Son leales y valientes, y están decididos a luchar. Lo único que necesitamos es que Gregory se haga a un lado, pero el poder es la adicción más peligrosa de todas en este mundo por el que se pasean nuestros personajes. Gregory tiene que caer, y si él no va a bajarse de su pedestal, alguien tendrá que empujarle (o asesinarle).
Ante la negativa de su líder, Jesus decide que es el momento de presentar a Rick y a los suyos al Kingdom y su King Ezekiel. Que sí, lo han metido con calzador pero es que no había forma. El nuevo Dream Team de Alexandria (Rick, Michonne, Rosita, Tara, Daryl, Carl, Sasha y Aaron) se encuentran con Richard, el alimentador de cerdos, que les escolta a una audiencia con el Rey para que le presenten su caso. Allí, la primera sorpresa con la que se encuentran es con Morgan. Un personaje que está más fuera del grupo de lo que jamás lo estuvo Andrea durante la tercera temporada. Y para colmo, ni siquiera está con Carol, a la que ha dejado irse a su aire (habría que preguntarle a Morgan por qué narices no les ha dicho que Miss Peletier vive en un chalé en las afueras del Kingdom).
El Rey sorprende a todos con su solemnidad y con su tigre. aunque promete tener la consideración de meditar la propuesta de Rick, Parece que Morgan y su filosofía pacifista han calado en el Rey, y la decisión de Ezekiel ha terminado por ser otra negativa más para el grupo. Creo que está muy claro que Morgan no forma parte de Alexandria, la acidez de los comentarios de Rosita poniéndole al día o el hecho de que Rick decida que Daryl se quede en los dominios de Ezekiel, demuestran que el grupo no confía en él. Esperemos que las extraordinaria capacidad de la oratoria de Daryl sirva para convencer al Rey, aunque parece que vamos a necesitar que Carol tome partido para que las decisiones "fluyan". Por cierto, cada vez me cae mejor el "hijastro" de Ezekiel, Sebastian. aunque no creo que dure mucho por el mundo de los vivos.
Una vez reciben calabazas por partida doble, nuestros héroes deben volver a casa. Pero antes, se encuentran con una trampa de los Saviors para acabar con los caminantes: una barrera de coches, dinamita atada a alambre de espino y un detonador. Ha sido una verdadera suerte que Eugene le haya enseñado a Rosita a desactivar bombas (única explicación posible) porque la nueva badass oficial desarticula por completo los explosivos y se hacen con un buen botín de dinamita para futuros usos bélicos. Además, Rick y Michonne, como buenos enamorados, han destrozado cientos de walkers usando dos coches y el alambre de espino que los unía. Para los amantes del destrozo de zombies seguro que ha sido muy bien recibido.
Para terminar, volvamos al principio. Hace dos meses, terminábamos el octavo episodio con alguien vigilando a Gabriel. Y en este hemos visto como el sacerdote abandona su puesto de vigía, vacía la despensa y la armería, deja su biblia tirada en el suelo y desaparece en medio de la noche. La reacción que creo buscaban es la que no ha tardado en lanzar la voz acusatoria de Rosita: Gabriel es un cobarde y les ha robado, Rick, que hasta hace una temporada le hubiese cruzado la cara a Gabriel a la mínima confía en el juicio del enviado de Dios. Las pistas que ha dejado el padre les envían de vuelta al bote en el que Aaron y Rick nadaron con zombies hace un par de episodios, pero ¿cómo sabe Gabriel de la existencia del bote?
Decididos a encontrar la solución al enigma, Rick, Michonne, Rosita, Tara y Aaron (éste último necesita librarse de un lastre de nombre Eric para poder completar una evolución satisfactoria) llegan a los terrenos del lago de los zombies y son rodeados por un considerable número de personajes desconocidos y armados hasta los dientes. Entre toda esta tensión, Rick sonríe. ¿A qué/quién? ¿Es Gabriel un prisionero del nuevo grupo? ¿O ha encontrado él solito nuevos aliados que se unan a la causa? We'll see...
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