Hablar de The Affair es como viajar a lo largo de una relación fallida. Es esa revisión que hacemos todos para darnos una explicación sobre qué salió mal. La primera temporada era el inicio de algo nuevo, mostraba el principio: una fase en la que todo brilla, todo resulta fascinante y hay tanto por descubrir. La pasión y la necesidad de estar juntos hacen que olvides todo lo demás, y el universo queda reducido a los dos. La segunda nos cuenta la consolidación de la pareja. Aquí entran nuevos términos como monotonía. La novedad ha desaparecido y nuestro nuevo juguete ya no resulta tan interesante. Descubrimos que esa persona tiene defectos, se queja y de alguna manera tú mismo te sorprendes al darte cuenta de que ya no eres tan perfecto como parecías. Esa fascinación se ha ido diluyendo lentamente, a veces de forma tan sutil que si no estás atento, no te darás cuenta de que las cosas ya no van bien hasta que de repente se habrán acabado. Esta tercera temporada es ese despertar, en el que reflexionas sobre lo que ocurrió y tratas de encontrar el momento justo en el que todo comenzó a desmoronarse. Te embarcas en una especie de caza de brujas mental para buscar un culpable que no existe o que forma parte de todos. Porque en una ruptura no hay un solo responsable, ya que de haber culpa, ésta, como todo lo demás, se divide entre los dos.
Part 1: Noah. ¿Qué es la realidad? No es más que una visión subjetiva del mundo que nos rodea, que podemos moldear a nuestro gusto; aunque ese molde no sea igualmente perceptible por todos. Noah sale de la cárcel para descubrir que ese tiempo en prisión que no han servido para nada. No ha reflexionado sobre lo que le llevó allí en primer lugar. Tardará un tiempo en admitirlo: la culpa. Un sentimiento que surge en su adolescencia con la muerte de su madre y que remata con el engaño hacia Helen. Al salir vuelve a un mundo que ha avanzado sin él y al no ser capaz de adaptarse al presente decide vivir en el pasado. Un pasado que le acosa y trata de destruirle, y él huye como lleva haciendo toda su vida, en lugar de enfrentarse a él. Surge entonces una amenaza tangible que toma la forma de John Gunther, un exrival del instituto que reaparece como guarda en la cárcel; y que tiene como único propósito destruir a Noah. Algo que el propio Solloway achaca a la envidia. El periodo en prisión es un viaje al pasado, en el que la cárcel es el pueblo del que Noah ansiaba salir, y Jonh Gunther es la amalgama de personas y situaciones que le mantienen preso y unido al pueblo, impidiéndole avanzar. Finalmente se descubrirá que no existe un Jonh Gunther que esté bloqueando el camino, solo hay un Noah Solloway que vaga sin saber a dónde ir. Y se dará cuenta, algo tarde, de que en esta andanza sin rumbo fijo ha perdido todo lo que tenía y ha terminado fracasando en su trabajo más importante: ser padre.
Part 2: Alison. Bailey ha decidido volver a vivir. Una parte de ella murió con Gabriel y el dolor que su pérdida generó hizo de ella un zombie que actúa por instinto sin pensar en las consecuencias de sus actos. Al nacer Joanie algo en su interior se reaviva, pero con esta dosis de alegría reaparece un viejo conocido: el miedo. Será la imposibilidad de hacer frente a ese sentimiento lo que lleva a Alison a dejar a su niña con Cole, generando más tarde una sensación de culpa por abandonar a su hija. Aunque no creo que sea justo decir que abandona a la niña, ya que como ella misma dice: la dejó con su padre. Alison se aleja para sanar, no para cortar definitivamente con su pasado, sino para poder enfrentarse a él sin temor. Para ello deja atrás a Noah, del que debe desprenderse si quiere tener un futuro con Joanie. Para ella Noah fue una salida necesaria del pozo de desesperación en el que se había convertido su vida. Pero una vez en la superficie, esa mano amiga ya no era necesaria y ahora esa relación trata de anclarla al pasado. Sin embargo, Alison ha aprendido a decir adiós, y firmando los papeles del divorcio se despide de Noah, aquel que la animó a vivir de nuevo.
Part 3: Helen. ¿Alguna vez llegamos a conocer a otra persona realmente? Queremos pensar que tras más de una década de matrimonio la respuesta se va inclinando hacia el sí. O eso es lo que creía Helen hasta que un día su hija es salvada por una camarera de ahogarse con la comida, y de repente ella está casada con un desconocido. Y después de tres años se encuentra desesperada por entender y conocer al hombre con el que había decidido pasar el resto de sus días. Sin embargo, ese conocimiento no depende de ella, y por eso es tan frustrante: no puedes conocer a una persona que no quiere ser conocida. Lo realmente dramático es que Mrs. Solloway ha estado todo este tiempo pensando que sabía todo de la persona con la que dormía, y cuando se da cuenta de que no es así, se humilla de mil maneras ante él. Podemos pensar que, como dice ella, es porque se siente culpable ya que Noah fue a la cárcel por un crimen que cometió ella. Pero no. El problema es más profundo: no puede admitir que en más de diez años no haya conocido a la persona con la que se casó, que todo este tiempo ha vivido ciega, y la horroriza pensar que exista la posibilidad de que ese desconocimiento la haya puesto en la precaria posición en la que se encuentra (matizo lo de precaria, me refiero a matrimonialmente, porque separarse de Noah es más bien un progreso, a mi entender).
Part 4: Cole. Lockhart desarrolla a lo largo de la tercera temporada un debate interno en el que ve enfrentada la visión que tiene de sí mismo con sus propios deseos. La vuelta de Alison termina con el cuento de hadas que vivía con Luisa y los viejos sentimientos vuelven a aflorar. Sin embargo, es tal rechazo el que siente hacia Solloway que la idea de dejar a su mujer, como hizo este, le impide enfrentarse a su propia realidad.
Part 5: Juliette. Esta nueva incorporación es para Noah un espejo hacia su pasado reciente. Ella huye de París porque no sabe lidiar con la situación de su casa y busca una aventura para tratar de desahogar sus penas y darle emoción a su existencia. Sin embargo, al final se da cuenta de que su egocentrismo había bloqueado el resto de aspectos de su vida y que ha perdido su última oportunidad de estar con la persona que amaba. Este personaje parece destinado a darle pequeños empujones a Solloway para que entre en acción. Primero le salva la vida al encontrarlo medio desangrado en su casa, después, cuando tratan de acostarse sin éxito, parece que esta aventura fallida guía a Noah hacia Alison nuevamente. Y cuando el galán pasa por sus anteriores mujeres y fracasa estrepitosamente, recurre a Juliette para volver a ponerse en pie. No parece que Noah tenga sentimientos hacia ella pero de alguna manera su existencia le hace reflexionar y despertar de esa especie de sueño-pesadilla en el que se embarcó una tarde en un restaurante costero.
Part 5: Juliette. Esta nueva incorporación es para Noah un espejo hacia su pasado reciente. Ella huye de París porque no sabe lidiar con la situación de su casa y busca una aventura para tratar de desahogar sus penas y darle emoción a su existencia. Sin embargo, al final se da cuenta de que su egocentrismo había bloqueado el resto de aspectos de su vida y que ha perdido su última oportunidad de estar con la persona que amaba. Este personaje parece destinado a darle pequeños empujones a Solloway para que entre en acción. Primero le salva la vida al encontrarlo medio desangrado en su casa, después, cuando tratan de acostarse sin éxito, parece que esta aventura fallida guía a Noah hacia Alison nuevamente. Y cuando el galán pasa por sus anteriores mujeres y fracasa estrepitosamente, recurre a Juliette para volver a ponerse en pie. No parece que Noah tenga sentimientos hacia ella pero de alguna manera su existencia le hace reflexionar y despertar de esa especie de sueño-pesadilla en el que se embarcó una tarde en un restaurante costero.
No puedo terminar de hablar de The Affair sin añadir que, tal vez, esta tercera temporada no sea la más brillante de las tres. Pero no por ello queda ensombrecida por sus predecesoras. La serie mantiene su esencia original y sigue enganchando con esas magnificas escenas que te demuestran cómo una misma situación puede resultar tan distinta cuando es narrada por diferentes personas. Los propios personajes parecen tomar el control de la serie cuando nos hacen partícipes de su visión de los hechos. Nos enseñan cómo son, cómo se ven y lo que quieren que sepamos. Y es esto lo que me mantendrá enganchada a The Affair por el resto de sus días.
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