Teniendo en cuenta el nivel de tensión que nos propuso Homeland en el último episodio, era de esperar que se tomara al menos un episodio para agrupar sus ideas y plantear su próximo paso. Eso es lo que ha sucedido en The Return, un episodio que también ha tenido su parte de intriga y acción pero que, sobre todo, ha servido para que nuestros protagonistas empiecen a ser conscientes de la conspiración que se cierne sobre ellos. O las conspiraciones, en el caso de que estas sean independientes (venga, no).
Por un lado, Carrie no se toma a la ligera las indicaciones de Quinn. Si bien el exagente no está claramente en su mejor momento, la evidencia que han supuesto las fotografías que mostró a nuestra protagonista es suficiente como para que esta se ponga en marcha. Sorprendentemente, no tarda en acudir al agente Conlin, quien tampoco duda en comprobar que el ataque a Nueva York no es lo que parece. Las investigaciones de este nos llevan a comprobar que una empresa privada, de momento desconocida, podría estar relacionada con el ataque y, teniendo en cuenta que están reclutando a antiguos empleados federales con un misterioso propósito, está claro que están de mierda hasta las cejas.
El pobre Conlin solo ha tenido un episodio para resarcirse, pues cuando Carrie va a su casa a comentar el caso descubre su cadáver todavía fresco en el suelo. El mismo tipo que la espiaba y que, presumiblemente, plantó la bomba en la furgoneta de Sekou, la espera. La espía escapa por los pelos y nosotros nos frotamos las manos porque sabemos que de aquí puede salir algo muy grande.
No mucho más lejos, Saul ha regresado a los Estados Unidos y no tarda en señalar a la agente del Mossad Tovah Rivlin como el principal foco de sus sospechas. En una escena del primer episodio que no tardamos en olvidar, esta agente se reunió con Dar Adal para cerrar un último trato de acción conjunta antes de que la nueva Presidenta entrara en el Gobierno. Con la ayuda de un compañero del servicio de inteligencia ruso, Viktor, Saul descubre la existencia de dicha reunión, que pone de manifiesto no solo que el alto mando está actuando en secreto, sino que podría estar involucrado en el supuesto acuerdo entre Irán y Corea del Norte, todavía por demostrarse.
The Return, por otro lado, también ha servido para conocer algo mejor a la Presidenta Keane, si es que con la que está cayendo llega a serlo alguna vez. Teniendo en cuenta su previo talante pacifista, el atentado le ha dado un duro golpe del que únicamente podrá recobrarse si demuestra una mano más dura que la de su opositor, el Presidente Morse. No obstante, tras escapar de su "secuestro legal" con la ayuda de Marjorie y tener una conversación de madre sufridora a otra, Keane mantiene su postura previa, ¿Será su sentencia de muerte o tiene un as en la manga?
Y lo que es más importante: ¿a qué viene el secuestro de Quinn a manos de Astrid, la agente alemana?
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