Sock Puppets, el noveno episodio de esta sexta temporada de Homeland ha sido uno lleno de revelaciones. O, mejor dicho, de grandes verdades. Por primera vez desde que comenzó la temporada vemos cómo casi todas las cartas están ya sobre la mesa y sólo queda esperar a que los jugadores jueguen su mano de la mejor forma posible. Eso, y que un último jugador se sume a la partida.
Como venía diciendo en las últimas semanas, quizás donde cojea más Homeland en esta entrega es en la manifestación de sus grandes peligros. Si hasta ahora parecía que Dar Adal se había posicionado como el gran villano que, repleto de ambición, no dudaba en atacar a discreción desde todos los frentes, por fin hemos descubierto no solo que no está solo, sino que es parte de una conspiración mayor en la que él no es el único que tiene la voz cantante. Parece que dicha conspiración para hundir a Keane se extiende en la serie a través de diversos campos: en el público (liderado por Brett O'Keefe), en el político (Dar Adal) y en el táctico, traidor e incluso terrorista representado por el asesino/espía que ha estado detrás del atentado de Nueva York así como de los asesinatos del agente del FBI y de Astrid.
De momento, estos son los únicos agentes que conocemos (sin contar con los implicados de grupos de inteligencia extranjeros, por supuesto), pero también sabemos que tiene que haber alguien moviendo los hilos desde arriba. Alguien poderoso. Y americano. Al fin y al cabo, la conversación entre Dar Adal y el asesino revela que están al mismo nivel en la cadena de mando y que no es el ejecutivo de la CIA quien lo controla todo. ¿Quién paga a O'Keefe para que lleve a cabo tal campaña de propaganda? ¿quién está interesado en que Keane arremeta contra Irán? ¿quién ha organizado el atentado de Nueva York? Todo está conectado.
Me ha parecido especialmente interesante la participación de Max en este episodio y cómo se ha infiltrado en la organización de O'Keefe, centrada en forzar la intrusión de las peligrosas ideas de la alt-right en las redes. Aquí Homeland vuelve a revestirse de actualidad, curiosamente en una semana en la que otra gran serie como The Good Wife también ha abordado el tema desde su propia perspectiva.
Por último, mencionar tanto a Saul como Carrie. Ambos consiguen mostrarle la verdad acerca de la situación del pacto nuclear y le muestran a la futura Presidenta cómo Dar Adal es quien ha conspirado en contra de la nación. Creyéndose victoriosos, Keane llama a su próximo Fiscal General del Estado para contarle a Carrie que no es suficiente con las pruebas que tienen y que tendrán que atacar a Adal por su involucración en el escándalo de la quinta temporada. El problema es que para ello tendrán que hundir a Saul, y Carrie, para su desgracia, no tiene otra salida que apoyar su decisión. Ahora que la relación entre ambos parecía mejorar.
El próximo episodio, esperemos, nos traerá más revelaciones. Quinn, después de haber sido testigo de las mentiras de Dar Adal ("te quiero", le dice el traidor), irá tras el asesino. No sé a dónde nos llevará la temporada pero no puedo esperar a saber quién es realmente quien está detrás de todo esto.
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