Tristemente, se acabó lo bueno. Con este Page 23 llegamos al triste final de la Reina Malvada, no porque haya sido trágico, sino porque es el fin de lo mejor de Once Upon a Time, la razón por la que la presente temporada había mejorado notablemente con respecto a las anteriores, y eso pinta de todo menos esperanzador.
Esta semana presenciamos el enfrentamiento final entre las dos partes de Regina. La Reina, con su recién recuperado cuerpo, hace uso de Robin y recupera las tijeras mágicas que separan a una persona de su destino; y antes de deshacerse del bandido, le usa como cebo, ya que sabe que la alcaldesa no podrá resistirse a acudir en su ayuda. Decidida a acabar con el asunto de una vez por todas, Regina acude a la cita que su álter ego diva le propone por medio de Henry tras robarle la pluma del autor para evitar interferencias. Una vez se encuentran una contra la otra y la conexión entre ambas desaparece, se enzarzan en un duelo de espadas muy western —"este mundo no es suficientemente grande para las dos"— que acaba con Regina como vencedora. Sin embargo y viendo su propio reflejo en los pedazos del espejo roto, decide actuar como su ex-archienemiga habría hecho: comparte el amor de su corazón con el de la Reina y absorbe parte de la oscuridad de ésta, creando así una copia muy similar a sí misma que por supuesto, se arrepiente de su vida entera. Sin mucha explicación ni solución a los problemas creados —véase que Blancanieves y su marido van a seguir durmiendo por turnos de momento—, Henry envía a su tercio de madre al mundo que creó con el deseo a que tenga su nueva vida desde cero con Robin2. ¿Cosas a tener en cuenta? Que en este mundo la buscaban por asesinar a los reyes, hacer desaparecer a la princesa... minucias. No creo que volvamos a saber nada más de ella, pero me parece un final un poco cogido por pinzas e inconsciente para lo mejor que ha parido la serie.
En flashbacks, para ilustrar la reacción de Regina ante su victoria, vemos cómo en el pasado la Reina, buscando a Blancanieves con una flecha de Cupido con el efecto contrario del que tiene originalmente, se encuentra a sí misma. Mientras que el cometido original de la flecha es encontrar el amor verdadero de quien la arroja, ella la hechiza para encontrar a quien más odia, viéndose reflejada en su propio espejo. Vemos en este flashback a Campanilla, destrozando el reencuentro en Nunca Jamás que ya tuvieron el hada y la alcaldesa, porque o bien los guionistas no se acuerdan del embrollo que han montado con tanto para atrás y para adelante, o bien ya da todo un poco igual.
La tercera pata de este banco es el compromiso hecho y deshecho de Emma y Garfio, que sigue con su come come. Es precisamente por esto por lo que siguiendo el consejo del Capitán Nemo trata de olvidar el momento en el que mató al padre de David, pillándole Emma in fraganti. Es cierto que ella no debería haber reconocido a su abuelo, pero ya hemos visto que la coherencia brilla por su ausencia. Tras rifirrafes de confianza perdida, Garfio decide huir a encontrarse a sí mismo en el Nautilus, pero cuando se arrepiente ya es tarde, pues Gideon quiere verle fuera del pueblo. Por lo menos el soseras este ha hecho algo de provecho; lo mismo Garfio vuelve con mala leche y es interesante de nuevo, quién sabe.
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