¿Y ahora qué? Tras el incendio provocado de Arkadia las esperanzas de futuro de los Skaikru se han convertido en cenizas. La destrucción de su hogar no se traduce únicamente en una pérdida material para el clan: ese lugar era la única vía segura para la supervivencia de la humanidad, lo que afecta a todos los clanes, conscientes o no de la importancia de su desaparición. Ahora, todos los esfuerzos han de volcarse en Raven y Abby, que juntas tratan de hallar la manera de crear la Sangre Nocturna. Una tarea nada sencilla y que deben realizar a contrarreloj. Y por si esto fuera poco, ambas mujeres luchan en su interior contra las secuelas que portar el chip de la Ciudad de la Luz ha dejado en sus cuerpos. Gracias Thelonious, otra vez.
El final de búnker no trae consigo sólo problemas. También es una liberación para Clarke que podrá dejar de preocuparse por quiénes entrarán en la nave cuando llegue la Praimfaya. Ahora puede volcar sus esfuerzos en ayudar a su madre, sabiendo que así está trabajando para salvar a todo el mundo y no sólo a un grupo reducido. Se crea una de esas situaciones de máxima tensión en las que Wanheda siempre se mueve como pez en el agua.
Cuando parece que se aproxima el final, más sencilla es para Clarke la toma de decisiones, y más brillante resulta su actuación. El liderazgo de Clarke es muy parecido a un embudo: cuando se estrechan todas sus opciones y el tiempo apremia es cuando por fin ve qué camino debe tomar. En esta ocasión su misión es relativamente sencilla: debe llevar los últimos litros de combustible al laboratorio de Becca para que Raven y Abby consigan poner en marcha el cohete. Sin embargo, el camino que separa Arkadia del laboratorio es un territorio muy hostil a causa del enfrentamiento entre Azgeda y Trikru. Una lucha que causará la pérdida de un barril entero de combustible, lo que imposibilita que Raven y Abby vayan al espacio y todo lo que eso conlleva.
Cuando parece que se aproxima el final, más sencilla es para Clarke la toma de decisiones, y más brillante resulta su actuación. El liderazgo de Clarke es muy parecido a un embudo: cuando se estrechan todas sus opciones y el tiempo apremia es cuando por fin ve qué camino debe tomar. En esta ocasión su misión es relativamente sencilla: debe llevar los últimos litros de combustible al laboratorio de Becca para que Raven y Abby consigan poner en marcha el cohete. Sin embargo, el camino que separa Arkadia del laboratorio es un territorio muy hostil a causa del enfrentamiento entre Azgeda y Trikru. Una lucha que causará la pérdida de un barril entero de combustible, lo que imposibilita que Raven y Abby vayan al espacio y todo lo que eso conlleva.
Mientras tanto, en Arkadia, viajan al espacio de otra manera. Hay que recordar que los Skaikru ejecutaban gente constantemente cuando vivían fuera de la Tierra. Cualquier motivo era bueno para flotar a alguien. Sin embargo, desde que pusieron los pies sobre tierra firme parecían haberse ablandado. En este sexto episodio vemos que no era así. Sólo necesitaban un aliciente que despertase sus viejas costumbres. En este caso será Ilian el que sufrirá la ira de los Skaikru y en particular de Octavia.
No podemos defender al joven Trishanakru, ya que ha destruido su hogar. Pero en su defensa hay que decir que no tenía constancia de la próxima llegada de la Praimfaya y que los Skaikru también destruyeron su mundo cuando Thelonious trajo la Ciudad de la Luz. Pero la decisión ya está tomada y no importará que el propio Canciller o Monty traten de impedir la ejecución: ésta ha de llevarse a cabo. Skairipa ha tomado el control total del cuerpo de Octavia y será la mano ejecutora que acabará con el grounder. El recuerdo del asesinato de Lincoln será lo único que pueda salvar a Ilian, quien será finalmente liberado.
No podemos defender al joven Trishanakru, ya que ha destruido su hogar. Pero en su defensa hay que decir que no tenía constancia de la próxima llegada de la Praimfaya y que los Skaikru también destruyeron su mundo cuando Thelonious trajo la Ciudad de la Luz. Pero la decisión ya está tomada y no importará que el propio Canciller o Monty traten de impedir la ejecución: ésta ha de llevarse a cabo. Skairipa ha tomado el control total del cuerpo de Octavia y será la mano ejecutora que acabará con el grounder. El recuerdo del asesinato de Lincoln será lo único que pueda salvar a Ilian, quien será finalmente liberado.
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