Hoy, 15 de marzo, es el Día de la Visibilidad Trans. Parece que esta jornada tan especial, que lleva celebrándose varios años, aterriza en el momento adecuado; justo cuando en España varios trogloditas han decidido salir de la cueva para compartir su ignorancia con el resto de la población. Sin ni siquiera habérselo pedido. Para agradecerles tanto esfuerzo en vano, desde TV Spoiler Alert queremos aportar nuestro conocimiento como mejor sabemos: a través de las series de televisión. No tenemos un autobús, pero estoy seguro que podremos ilustrarles claramente cómo la identidad de género es pura naturaleza y biología. Hagámosles oír, pero, sobre todo, aprender.
Cuando hablamos de personajes trans en series de televisión, nos viene a la cabeza de forma automática el nombre de Laverne Cox, actriz en Orange is the New Black. Sin embargo, y por suerte, Sophia Burset no ha sido el primer personaje trans con un papel relevante. En 2007, Candis Cayne se puso en la piel de Carmelita Rainer durante dos temporadas de Dirty Sexy Money y se convirtió en la primera actriz trans que interpretó a un personaje recurrente en un drama de prime time. Posteriormente, Cayne ha aparecido con papeles episódicos en CSI: NY, Nip/Tuck o Elementary, entre otros trabajos.
Supongo que es un consuelo en el que prima la positividad, porque la cruda realidad es que de los 895 personajes regulares (no estamos contando los recurrentes), solo 43 (4,8%) son LGBT. ¿Qué narices está ocurriendo? Pues lo de siempre, que el relato sigue siendo masculino, blanco y heterosexual. Todavía queda mucho trabajo por hacer y, para que algún creativo se inspire, siempre puede echar el ojo a alguna serie o personaje de referencia.
Laverne Cox, el punto de inflexión
Sin desmerecer a Candis Cayne, es necesario reconocer que la atención mediática sobre la realidad trans se afinó a raíz de Netflix y su Orange is the new black. Cox, que además de actriz fue productora del reality TRANSform me, fue la primera persona trans nominada al Emmy, por su papel secundario como Sophia Burset, y la primera mujer trans en aparecer en la portada de la revista TIME. Todo esto siendo afroamericana. El logro fue evidente y las voces, los relatos y los personajes en favor de la visibilidad trans se comenzaron a alzar en la ficción estadounidense. Cox, que ahora interpreta a Cameron Wirth en Doubt, ha dado paso a todo un abanico de personajes trans con una importante mayoría femenina.
Netflix lo volvió a hacer con Nomi Marks, interpretada por Jamie Clayton, en Sense8, serie diversa donde las haya y una de las pocas que se pueden catalogar como 100% LGBT, tanto por algunas de sus tramas, como por todo lo que rodea a su producción. Lo más importante es que la ficción está creada por las hermanas Wachowski, dos mujeres trans que, al igual que otras, tuvieron el valor de reconocerse como tal en su edad adulta, ante una industria hollywoodiense rancia y anticuada. Las dos hermanas cineastas demostraron que nunca es tarde para ser quien tú sientes ser.
Asimismo, la plataforma de streaming introdujo el pasado diciembre un personaje trans en The OA, el joven Buck Vu. El papel interpretado por Ian Alexander, adolescente y activista trans, puso en el punto de mira la realidad de los y las jóvenes trans que sufren problemas de acoso, ansiedad, rechazo, violencia y, en general, transfobia. No únicamente en el instituto o por parte de la familia al no verse aceptados, sino a través de las deficiencias sanitarias y legales para que estos jóvenes consigan el tratamiento hormonal adecuado para realizar la transición.
Otro de los actores trans que está ayudando a visibilizar la identidad de género en la ficción televisiva es Elliot Fletcher, que labra su carrera audiovisual con decisión y talento desde que interpretó a Noah en Faking It. Desde entonces, Fletcher ha pasado por The Fosters y Shameless, interpretando en todos los casos a personajes trans. Además, sin olvidarme de los dibujos animados, es necesario destacar la teoría de los fans que posiciona a Lars de Steven Universe como un chico trans.
Por supuesto, tampoco puedo dejar de mencionar a personajes trans como Unique Adams y Sheldon Beiste (Glee), Mia (Hit & Miss), Drew (Dead of Summer), Whiterose (Mr. Robot), Angelique (Penny Dreadful), Helene (Banana) o Maura Pfefferman (Transparent). En este último caso, Jeffrey Tambor realiza una interpretación titánica sobre la crudeza de contarle a tu familia con 75 años que eres una mujer transgénero. Sin embargo, aunque hablamos de personajes y series dignas de felicitación por visibilizar una realidad estigmatizada, todavía queda mucha concienciación en la propia industria.
Un ejemplo claro son aquellos personajes trans en televisión que están interpretados por personas cisgénero; es decir, que no son trans. Es aquí donde la industria televisiva debe trabajar con más ahínco; es necesario dar la oportunidad en las audiciones a miles de personas trans que están deseosas de contar con un papel en la pequeña gran pantalla. Hay talento de sobra.
Un ejemplo claro son aquellos personajes trans en televisión que están interpretados por personas cisgénero; es decir, que no son trans. Es aquí donde la industria televisiva debe trabajar con más ahínco; es necesario dar la oportunidad en las audiciones a miles de personas trans que están deseosas de contar con un papel en la pequeña gran pantalla. Hay talento de sobra.
¿Y en España?
En España, como siempre, suspendemos en visibilidad y representación trans en las series de ficción. En 2006, la quinta temporada de Aquí no hay quien viva introdujo de manera recurrente a Raquel (Elena Lombao), la hermana transexual de Mamen. Sin embargo, no fue hasta 2015 que Alba Recio (Víctor Palmero) saltó al estrellato de La que se avecina como la hija transgénero de los Recio. La idea de Alberto Caballero, que ha estado involucrado en ambas series, era contar con Alba para unos pocos episodios. La sorpresa fue el talento de Palmero, que dio mucho juego a la hora de escribir las tramas posteriores, incluida la historia de amor con Teodoro (Ernesto Sevilla). En 2016, también destacó en Merlí el personaje episódico de Quima, interpretada por Manel Barceló. ¿El problema? Que no volvió a aparecer más.
A pesar de los avances legislativos en igualdad de género en nuestro país (hoy se cumplen 10 años de la primera ley en España sobre esta materia), toda la representación de ficción que tenemos de esta realidad se reduce a unos pocos episodios o a la comedia. Seguramente las intenciones de todos los creadores son muy positivas. No obstante, tenemos como resultado a actores cis interpretando estos papeles completamente intrascendentes y que solo consiguen banalizar, aún más, la cantidad de problemas a la que las personas trans se enfrentan cada día. Claro que, en el resto de la televisión europea, la situación no está mucho mejor.
Un futuro construido sobre la voluntad
Es el momento adecuado. Un porcentaje casi total de la población es consciente de la existencia de la identidad de género. Incluso los que no tienen ni idea sobre ella. También los que la niegan a toda costa. Todo el mundo está jugando su papel en la lucha por la diversidad. En el caso de la ficción televisiva, la pelota está en el tejado de creadores, cadenas y productoras audiovisuales. Visibilizar de manera efectiva la realidad trans a través de las series, y la de todo el colectivo LGBT, debe ser el próximo gran golpe de efecto en la sociedad. Sin embargo, como en todo proceso de sensibilización, después de dar a conocer la realidad, tiene que haber algo más. Un valor añadido.
En el caso de las personas trans, que en su mayoría ya han sido despojadas de estereotipos absurdos como la prostitución, las drogas o la delincuencia, tiene que ser el ofrecerles papeles de personajes que tengan motivaciones y aspiraciones más allá de la propia identidad de género. La ficción televisiva debe crear personajes cuyo proceso de transición no sea la única razón de ser del personaje, como es el caso de Nomi en Sense8. Las operaciones de reasignación de sexo o las hormonas no son el objetivo final de las personas trans. Ellas trabajan, estudian, aman y viven.
Y sí, la población trans también sufre, es atacada y asesinada en varios países del mundo. Pero al mismo tiempo, las series de ficción son una herramienta esencial para sensibilizar a la sociedad sobre ciertas realidades. Creemos, entonces, una realidad alternativa en las series. Aprovechémonos de la ficción para construir un mundo respetuoso con la diversidad y la identidad de género, que logre empoderar a las perrsonas transgénero y transexuales. Consigamos concienciar y enseñar a los espectadores a través de historias y personajes ficticios que estén basados en personas e historias reales. Hagámoslo de esa manera. Como resultado en la vida real, tendremos a más personas reivindicando y luchando por la identidad de género. Hagámoslo. Es una cuestión de voluntad.
Incluir a personajes trans en la televisión no es un tema de transgresión o progresismo, es representar la realidad de manera fidedigna. Las personas trans están en nuestra vida cotidiana; son parte de nuestra vida cotidiana. No es una moda, no es un capricho, no es una enfermedad y menos aún una patología. La identidad de género es una realidad que siempre ha existido, que siempre ha estado reprimida y perseguida y que, ahora, reivindica su existencia y su presencia como lo que es: una pieza más de este puzzle diverso al que llamamos humanidad.
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