Han pasado varios días desde el estreno de The Handmaid's Tale y Las chicas del cable y, tras una larga reflexión, no puedo evitar hacer un comentario al respecto de ambas series de televisión. Y si bien a simple vista poco o nada tienen en común, en lo poco en lo que se parecen es donde se encuentra la raíz de sus respectivas polémicas, mucho más parecidas: ambas son series visiblemente feministas (nótese la cursiva), en ambos casos ha habido una negación de dicho feminismo (veremos si consciente o fruto de la ignorancia), y son series que han nacido por y para una plataforma y un público digitales.
Vamos, brevemente, por partes.
Tanto The Handmaid's Tale como Las chicas del cable son series feministas, al menos visiblemente. La primera, natural de Hulu y que aquí vemos a través de HBO España, trata de una distopía en la que la mujer se ha convertido formal e institucionalmente en un objeto, algo de lo que su protagonista trata de escapar. La segunda cuenta la historia de cuatro jóvenes que gracias a su carrera profesional son capaces de alcanzar cierta libertad, o que en cualquier caso luchan por alcanzarla. Ahora, si bien no soy quien para establecer lo que es feminismo y lo que no lo es, lo cierto es que la serie de Netflix ha sido vendida como un producto que está en la línea de las ideas del movimiento, que es visiblemente feminista, pero que no es exactamente feminista en su conjunto.
Respecto a la polémica de The Handmaid's Tale ya hablé largo y tendido en mi artículo para Fotogramas. En resumidas cuentas, durante toda la promoción de la serie jamás se había producido una negación de su feminismo (o incluso de su relación con la América de Trump) pero en el evento clave de su trayectoria promocional en el Festival de Tribeca dos actrices de la serie, una de ellas su protagonista Elisabeth Moss, negaron esa evidencia. Tras estas declaraciones se habló largo y tendido de cómo estas palabras encajaban con la controvertida Moss, cuando lo cierto es que a pesar de todo la actriz siempre ha sido una declarada feminista.
Las chicas del cable ha sido vendida como una serie feminista (foto de su perfil de Facebook) |
El caso de Las chicas del cable, lamentablemente, es mucho peor. Tras el paso de las actrices por El Hormiguero, en el que se acusó (nuevamente) al programa de trato machista, siguieron numerosas declaraciones a la prensa a raíz de la promoción de la serie, de las cuales surgieron auténticas perlas en lo referente al visible feminismo de la serie. Porque la verdadera polémica no es que la serie diga ser feminista y realmente no lo sea (o no lo sea tanto: ver tweet del usuario @jnkcmps, capturado justo debajo), una cruda estrategia de marketing que por cierto nadie ha criticado, sino que sus protagonistas ni siquiera tengan claro lo que realmente es el feminismo ni por qué es importante. En ese sentido, recomiendo leer las entrevistas realizadas por Eslang, por Margarita Lázaro para El Huffington Post y por Mariló García de Yonomeaburro, en el último caso a los actores masculinos de la serie.
— JUANKA (@jnkcmps) 30 de abril de 2017
Si bien las razones de la mencionada negación son diferentes, en mi opinión subyace un grave problema de comunicación y de relaciones públicas. Mientras que en el caso de la serie de Hulu da la impresión de que el aparato de comunicación de la plataforma bajo demanda hubiera presionado al elenco de The Handmaid's Tale para que rebajara el tono de sus comentarios y desligara el aparente feminismo de la serie (probablemente para no etiquetarla, con el temor de que ello afectara al impacto en la audiencia), en el caso de la serie española el problema no es de un único agente. Por un lado, la promoción ha dicho una cosa, la serie ha sido otra, la prensa/público ha interpretado otra, algunos agentes importantes también han metido la pata (y sí, me refiero a este tweet de Bambú) y los actores han hecho lo que han podido en base a sus posibilidades. No sé cómo andará de conciencia Elisabeth Moss negando lo que ha defendido durante años, pero los actores españoles al menos pueden ser "disculpados" por su ignorancia. Ellos sí están a tiempo de recapacitar.
En ese sentido, hemos aprendido dos cosas. La primera, que en un mundo en el que la opinión de los usuarios de Internet tiene cada vez más peso y, especialmente si tu producto ha sido concebido para tal público, se debe tener en consideración qué temas son importantes, sensibles y susceptibles de controversia, así como diseñar tu estrategia de distribución sin dejarlos de lado en ninguno de sus pasos. Segundo, que para promocionar tu producto todos los agentes implicados deben estar correctamente orientados, formados en temas específicos y unificados. El público es cada vez más exigente, está más informado (al menos en lo que le interesa) y tiene menos pelos en la lengua. Las cosas como son.
N.d.A. En el fondo de la imagen de portada vemos Untitled No. 96 de la serie Centerfolds de Cindy Sherman de 1981, una artista que en su momento no definió su obra como feminista pero que, en efecto, lo es.
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