Tal y como acabó el episodio de Once Upon a Time de la semana pasada, y tal y como nos habían presentado a la madre de todo mal, esperaba mucho más de este capítulo que un repetitivo "antes no era mala, pero por X se convirtió en lo que es", que a resumidas cuentas es lo que han hecho con todos los villanos que han pisado Once Upon a Time. Esta semana conocemos la historia de Fiona, quien se convertirá en el Hada Oscura por obsesión por proteger a su hijo, y de cómo esta conversión hará que dé comienzo el odio del futuro Peter Pan hacia Rumplestiltskin al perder a su esposa.
Cuando Rumple vino al mundo, el Hada Azul y el Hada Tigrilla aparecen frente a sus felices padres para informar sobre el divino destino del recién nacido. Tigrilla será el Hada Madrina del niño, que resulta ser el primer (asumo) Salvador, cuyo destino será morir en la batalla final contra el mal, el cual nacerá ese mismo invierno. Obsesionada con evitar este destino y proteger a su bebé, Fiona estudiará con ayuda de Tigrilla todo el lore de las hadas para en un descuido acabar convirtiéndose en una y proteger a su hijo usando su poder.
Lejos de tener consecuencias, esta acción no le da más que esperanza en poder crear un hechizo que salve a su hijo, cosa que por otra parte le advierten está prohibida, y consigue acceder a la cámara secreta de las hadas con Tigrilla donde pretende acabar su hechizo. Es allí donde la ex-hada se percata de que lo que Fiona está haciendo no es un hechizo sino una maldición con magia negra, la que más adelante usaría nuestra Regina, y trata de impedírselo. Obsesionada con proteger a su hijo no habiendo encontrado al bebé que estaba destinado a acabar con él en todo el invierno y con sed de más poder del que ya tenía, Fiona arranca el corazón de Tigrilla dispuesta a aplastarlo con tal de conseguir su propósito, convirtiéndose con ese gesto en el Hada Oscura, ese mal que acabaría con su hijo, que "nace" justo en el último momento de la fecha prevista.
Para más inri y con buena intención pero poca cabeza, Tigrilla saca las tijeras que separan a una persona de su destino tendiéndoselas a Fiona para separarse de su recién adquirida identidad malvada, pero lo que ésta hace, sedienta de poder, es acabar con el destino de Salvador de su hijo justo antes de ser desterrada por el Hada Azul al mundo de maldad donde permanecerá lejos de Rumple para siempre. Tras devolver al bebé a los brazos de su padre, éste comienza su relación de odio al tratarse de la razón por la que perdió a Fiona, y el resto es historia (a no ser que en algún capítulo de aquí al fin de la serie se contradigan, que yo ya me espero cualquier cosa).
En Storybrooke tras despertar al Hada Azul sólo para ser secuestrada por Fiona, Rumple usará las Arenas de Morfeo para ir en busca del corazón de su hijo en su sueños, sólo para encontrar con que en vez de entrar en el sueño de Gideon, entra en el suyo propio. Es así como se topará de bruces contra la verdad sobre el abandono de su madre, y tras una conversación sincera (o no) con ésta, vuelve a abrazar a las fuerzas del mal, esta vez en pos de unir a su familia al completo de ese lado. Suponemos que no cuenta con Bella para esto, porque su conversión es algo harto imposible. La unión de Oscuro y Hada Oscura es potente, más sabiendo que nadie sospecha esta vez, y alimenta el hype por la batalla final, pero hasta entonces y para sentar la cabeza pensando lo que suelen ser realmente estas épicas batallas en esta serie, la semana que viene tendremos el capítulo musical. Veremos en qué queda todo esto.
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