Padres Forzosos (Full House, 1987-1995) es una de esas series que todos hemos visto alguna vez. Es donde las Olsen dieron el campanazo de su vida y comenzaron su imperio desde bebés, donde John Stamos se ganó su nombre y parentesco con la humanidad, el tío Jesse. Con la llegada a Netflix de su continuación veinte años después, y aprovechando el factor nostalgia añadiendo la serie original en su catálogo, nos hemos armado de valor para volver a ver las ocho temporadas que componen este clásico de la televisión abierta, y sorprende decir que no ha envejecido tan mal como me esperaba.
En la época pre-Disney de ABC pero en un tiempo donde la comedia blanca y familiar estaba en boga llegó a las pantallas de américa una familia numerosa que no tenía los miembros habituales. Danny (Bob Saget, Raising Dad) es un hombre viudo con tres hijas, DJ (Candace Cameron Bure, Make It Or Break It), Stephanie (Jodie Sweetin, Walt Before Mickey) y Michelle (Ashley y Mary-Kate Olsen) que cuenta con la ayuda de su cuñado Jesse (John Stamos, Scream Queens) y su mejor amigo Joey (Dave Coulier, Robot Chicken) para criarlas, viviendo todos en la misma casa en San Francisco.
A lo largo de los ocho años que duró la serie, todos nosotros crecimos con la familia Tanner. Vimos cómo las tramas para todas las edades no eran tan cansinas como lo son en la gran mayoría de las producciones patrias, pero tenían ese toque inocente que caracterizaba la serie. Las de los adultos, las de los adolescentes con DJ, las de los niños con Steph y las puramente infantiles con la dulce Michelle, y según crecían, las transiciones entre dichas edades, todo dentro de un marco familiar que nos encantaba. Éramos un Tanner más, y esa es la razón de que la sola mención de una continuación con los mismos actores y mil llamadas a la nostalgia, aunque sea dos décadas después de su final, nos siga pareciendo una excelente idea.
Pero, ¿recordáis a los adorables personajes de este clasicazo de la televisión?
Los Tanner
Danny Tanner, obsesionado con el orden y la limpieza, padrazo, siempre pone a sus hijas por delante de cualquier cosa, incluido él mismo. Tras quedar viudo, su mejor amigo desde la infancia y el hermano de su mujer se mudan con él temporalmente para echarle una mano con sus tres hijas. Presentador de televisión de un talk-show matutino, Danny jamás ha tratado de sustituir a Pam, su mujer, y apenas tiene relaciones durante la serie, pero casi lo consigue al conocer a Vicky Larson (Gail Edwards, Blossom), una co-presentadora sustituta en su programa, sin embargo, sus diferencias en cuanto a prioridades acaban con la pareja antes de casarse. Aunque es un padre estricto, siempre trata de ayudar a sus hijas y hacerlas comprender las situaciones y resolver sus problemas entre ellas, siempre acabando con el gesto Tanner por excelencia: un abrazo.
D.J. es la primogénita y la conocemos desde que es una niña prepúber hasta su salida del instituto, y crecemos con ella a través de las transformaciones típicas de esta etapa de la vida. Rebelde en cuanto a recibir las órdenes de su padre pero buena estudiante, D.J. tiene los problemas típicos de un personaje americano adolescente de las series de la época, siempre siendo la primera a la que remueve la conciencia cuando ha hecho algo mal; además es la única con una vida amorosa activa, dándonos a conocer a varios de sus novios, a alguno de los cuales aprendemos a querer y aún queremos que vuelvan a juntarse.
Stephanie es la niña traviesa, la mediana, la rebelde, algunos dirían que la repelente (aunque siempre fue mi favorita). De su boca sale la primera catchphrase de la serie, que hasta el día de hoy sigue persiguiendo a Jodie Sweetin: ¡Qué grosero! (How rude!) —en español, léase con ceceo—. De niña de cinco años con vestidos de volantes que quiere ser bailarina de ballet a adolescente cantante en un grupo de música, que viste tops y coquetea con el tabaco en los baños del instituto. Como buena hermana mediana, es la que más problemas tiene de invisibilidad en la familia. Conforme va creciendo evoluciona sus peleas con D.J. a peleas con Michelle cambiando las tornas... crecer.
Michelle es la estrella de la serie desde que comienza a hacer monerías. Las dos muñequitas que resultaron ser las Olsen ayudaron a la producción a despuntar y fue el comienzo de todo un imperio. Con el tiempo, el personaje de Michelle se fue perfilando en una niña traviesa, glotona, un poco mimada por todos y con un piquito de oro. Lo que empezó con un You got it dude! levantando el pulgar como frase del personaje para acompañar a su hermana, acabó desembocando en un sin fín de expresiones memorables y una fuente interminable de gifs de una adorable mini Olsen. La predilecta del tío Jesse... y del mundo.
Los Katsopolis
Jesse Katsopolis, el tío Jesse, el rockero, el terror de las nenas, el eterno Elvis, ese hombre que fue crash de medio mundo —y lo sigue siendo—. El cuñado de Danny llega a la casa Tanner con sus greñas, su moto y su guitarra para echar una mano de forma temporal y acaba viviendo en el ático con una familia completa ocho años después. Multiempleo a lo largo de los años, lo que siempre ha caracterizado a Jesse es su forma de ser, esa actitud de chuleta vivalavida con un tupé que sufre más adoración que muchos dioses, ese sex appeal que enamoraba a toda mujer con la que se cruzaba; pero a la vez ese amor incondicional por sus sobrinas (sobre todo por la benjamina, su predilecta) y ese apoyo eterno hacia Danny y Joey, incluso con sus mil rifirrafes. El contrapunto perfecto para la rigidez de su cuñado al educar a las niñas, Jesse el arquetipo del "tío guay". Cuenta con su propia catchprase, en español madre mía, en inglés have mercy, y hasta sus hijos le imitan.
La única mujer que se le resistió es la que finalmente acabó pescándole para siempre: Rebecca Donaldson (Lori Loughlin, When Calls The Heart). Becky es la co-presentadora de Danny en su talk-show matutino ¡Despierta, San Francisco! (Wake Up, San Francisco!) y poco a poco irá entrando a formar parte de la familia Tanner, tanto por su relación con Jesse que acaba en matrimonio y maternidad doble del tirón, como como una figura materna para las hijas de Danny cuando es necesaria. Esta dualidad de segunda madre-tía molona le causará algún quebradero de cabeza, que por supuesto no durará más de un episodio. Su relación con Jesse es idílica, representando en esta pareja el amor verdadero que es capaz de superar cualquier obstáculo, incluso convertirse en un idol en Japón. Sus hijos, aún bastante pequeños al finalizar la serie y con papeles con bastante menos contenido que el de las Olsen a su edad, son Nicky y Alex Katsopolis (Blake y Dylan Tuomy-Wilhoit).
La mejor compañía
Joey Gladstone, el tercero en discordia, el mejor amigo de Danny que no dudará en vivir en su salón, su sótano o cualquier otra parte de su casa para echarle una mano con las niñas. Completa el trío calavera con su humor y su forma de ser infantil y divertida. Humorista de profesión, busca el éxito a toda costa en clubes, con marionetas, haciendo de mago o de presentador de programas para niños. Ninguna de sus novias fue excesivamente duradera ni memorable, no así su muñeco de una ardilla que adoraba la madera. Catchprase: CORTA-EL-ROLLO (CUT-IT-OUT).
Completa el elenco de personajes regulares la siempre fantástica Kimmy Gibbler (Angrea Barber), mejor amiga de D.J. y vecina insoportable para el resto de la familia, sus "Tanneritos". Característica es su personalidad extrovertida, inadecuada en sus maneras en toda ocasión, su desagradable olor de pies y su inoportunidad en general, uno de esos alivios cómicos exagerados de la época, que junto con Joey se hacían más llevaderos que un personaje 100% paródico. Especial mención merece también Steve (Scott Weinger, Aladdin), el primer verdadero amor de D.J., glotón hasta la médula pero siempre preocupada por nuestra Donna Jo, hasta tal punto que tras su dolorosa ruptura, vuelve en el último episodio.
Padres Forzosos es una de esas series que todos recordamos con cariño, que pese a ser para toda la familia no pecaba de excesivamente infantil aún con moralina educativa constante, que en los ochenta ya iba de feminista cuando aún no estaba de moda y que dio tanto de qué hablar que es de esas series que cuentan con su propia TV movie de Lifetime (no autorizada, por supuesto) sobre lo que ocurrió durante su emisión detrás de las cámaras. Hemos crecido queriendo a sus personajes y reconocemos los diálogos más famosos, y que tres décadas después de su estreno aún se siga recordando tan fervientemente y una servidora haya sido capaz de hacer un revisionado sin problema de exceso de glucosa dice mucho a favor de la serie.
Una exploración completa de la moda de finales de los 80 a mediados de los 90, de los cardados con ropa fosforita a los pelos lisos con la raya en medio con tops y pantalones altos, un repaso a la historia hecho serie familiar. Una familia que lejos de ser convencional o incluso similar a casos poco usuales explorados anteriormente, véase La Tribu de los Brady (The Brady Bunch, 1969-1974), adorábamos y considerábamos parte de la nuestra. ¿O acaso todos los que estamos viendo la secuela ahora no lo hacemos por el elenco original y disfrutamos con cada guiño o referencia? Nostalgia pura, amor incondicional. Larga vida a la familia Tanner, y cantemos todos: Everywhere you look, everywhere you go, there's a heart, a hand to hold on to.
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