El pasado 14 de junio, TV Spoiler Alert tuvo el privilegio de asistir al preestreno de la nueva serie de Netflix, GLOW. En un gran gimnasio de Madrid, rodeados de luces de neón rosas y música ochentera, los asistentes pudimos sumergirnos en el mundo de esta irreverente comedia dramática creada por Liz Flahive (Orange is the New Black, Homeland) y escrita por Carly Mensch (Weeds, Nurse Jackie).
GLOW arranca su historia desde el personaje de Ruth (Alison Brie, Community), una actriz en paro que, como muchas mujeres en los años ochenta, busca una oportunidad en el mundo de la interpretación que no sea trabajando como secretaria o rodando una peli porno. Pronto, logra toparse con Sam Sylvia (Marc Maron, Maron), un director de cine B que busca hacer algo distinto en televisión: un programa de lucha libre femenino. Para llevar a cabo su proyecto, el director contrata a actrices de todos los tipos entre las cuales está Debbie (Betty Gilpin, American Gods), una actriz de telenovelas retirada que está harta de su vida de casada.
El argumento de GLOW está basado en la historia real de un show de finales de los años ochenta titulado con el mismo nombre que representa, nada más y nada menos, las siglas de “Gorgeous Ladies Of Wrestling”. Durante cuatro años, los norteamericanos se entretuvieron con un grupo de actrices que hacían de luchadoras con la esperanza de conseguir algún día su ansiado sueño americano. Aunque la serie no se basa al completo en este programa, sí que recoge muchas de sus anécdotas y ha servido de inspiración para algunos de los personajes.
La serie cuenta con numerosos puntos fuertes que la hacen atractiva para un público tanto femenino como masculino. Algunos de ellos beben directamente de la influencia de Orange is the New Black, como son: un humor negro que se ríe del drama y tiene el poder de convertir la tragedia en comedia; una gran presencia de protagonistas femeninas y, con ello, la posibilidad de plasmar la visión que se tenía de las mujeres en esta década; personajes carismáticos que despiertan gran empatía, empezando por la misma protagonista, quien tiene un innegable aire a Piper Chapman, y acabando con el personaje de Sam Sylvia, un perdedor patético pero entrañable al estilo Caputo; y un tono desinhibido que no se corta a la hora de reírse de cualquier tema, mostrar escenas de sexo o situaciones un tanto desagradables.
La serie cuenta con numerosos puntos fuertes que la hacen atractiva para un público tanto femenino como masculino. Algunos de ellos beben directamente de la influencia de Orange is the New Black, como son: un humor negro que se ríe del drama y tiene el poder de convertir la tragedia en comedia; una gran presencia de protagonistas femeninas y, con ello, la posibilidad de plasmar la visión que se tenía de las mujeres en esta década; personajes carismáticos que despiertan gran empatía, empezando por la misma protagonista, quien tiene un innegable aire a Piper Chapman, y acabando con el personaje de Sam Sylvia, un perdedor patético pero entrañable al estilo Caputo; y un tono desinhibido que no se corta a la hora de reírse de cualquier tema, mostrar escenas de sexo o situaciones un tanto desagradables.
Además, GLOW posee dos características que la hacen diferente a todas las series hechas hasta el momento. Por un lado, plasma un mundo desconocido y poco explotado en televisión como es el de la lucha libre y, para más inri, femenino. Por otro, es una serie ambientada en la década de los ochenta, esa época en la que todo era brillantina, cinturas altas, pelos cardados y música llena de euforia y desmedido entusiasmo. Las dos cosas unidas dotan a la nueva ficción de Netflix de una estética única y sumamente atractiva.
Si te gusta Orange is the New Black esta serie es tu nueva oportunidad para conocer otra interesante comedia sobre mujeres extraordinarias que luchan por hacerse paso en un mundo dominado por hombres, aunque eso signifique perder el sentido del ridículo para siempre. El próximo 23 de Junio dejaos atrapar por la luces de GLOW.
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