Más de una vez alguien que conoce nuestra afición por la series nos habrá hecho la típica pregunta: "¿y qué tipo de series de te gustan?" Y, la verdad, la respuesta no es sencilla. La pequeña pantalla hace suyo el dicho de "para gustos los colores", y pone a nuestra disposición un abanico casi ilimitado de estilos para contentar a cualquier espectador.
Lo más seguro es que nosotros mismos tengamos días o momentos. Ahora me apetece ver Modern Family porque son 20 minutos de risas, o ahora quiero ver American Horror Story porque el cuerpo me pido sustos. Las series que nos ocupan hoy son esas que nos producen tensión, incluso ansiedad, porque nuestros protagonistas lo pasan tan rematadamente mal, o son puestos contra las cuerdas tan a menudo, que no podemos evitar sufrir con ellos. Ahí va una selección de cinco series perfectas para no parar de comerse las uñas.
Homeland (Showtime, 2011-)
Carrie Mathison (Claire Danes) es una agente de la CIA que recibe la información de que un soldado americano ha pasado a formar parte de una red terrorista islámica y pretende atentar en Estados Unidos. Es sólo el punto de partida de un juego del gato y el ratón que nos tendrá pegados a la pantalla desde los créditos iniciales. Con el paso de las temporadas, la deriva emocional de Carrie, el juego de alianzas y traiciones y los nuevos jugadores que ponen en peligro la seguridad nacional no harán más que ahondar en la tensión y provocarnos microinfartos con cada cliffhanger.
Breaking Bad (AMC, 2008-2013)
Walter White (Bryan Cranston) es un apacible profesor de química en Albuquerque al que diagnostican cáncer de pulmón terminal. Consciente de su final, decide fabricar y vender droga para asegurarle un futuro a su familia junto a un antiguo alumno, Jessie Pinkman (Aaron Paul). El descenso a los infiernos del protagonista, el cerco que la Agencia Antidroga (DEA) cierra cada vez más en torno a él, las sospechas de su familia y la amenaza de los cárteles de la droga son ingredientes que hacen que suframos cada uno de los capítulos de sus cinco temporadas.
Dexter (Showtime, 2006-2013)
Dexter Morgan (Michael C. Hall) es un experto científico forense de la policía de Miami, aparentemente normal, que esconde un secreto: por la noche se convierte en un asesino en serie que, para aplacar sus deseos de matar, elige como objetivos sólo a criminales. El protagonista es un asesino, pero empatizamos con él, y eso provoca que su "cacería" por parte de las autoridades nos presente dilemas morales y nos haga pasar muchos ratos de agobio. Compañeros recelosos, enemigos que conocen su doble cara, intereses amorosos en peligro y situaciones que obligan a Dexter a incumplir su código ético aseguran ataques de ansiedad a más de uno (entre los que me incluyo).
How to Get Away with Murder (ABC, 2014-)
Annalise Keating (Viola Davis) es una exitosa abogada de Filadelfia que imparte clases en la facultad de derecho de dicha ciudad. Su vida da un vuelco cuando una chica del campus desaparece y tanto ella como su familia y cinco nuevos alumnos se ven envueltos en una espiral de asesinatos, mentiras y traiciones. Shonda Rhimes (Scandal, Grey's Anatomy) nos hace sufrir con una estructura de flashbacks y flashforwards que en todo momento nos tiene en vilo, haciéndonos preguntas como quién está debajo de la sábana, cómo ha muerto este personaje o cómo demonios van a salir de esta. Mención aparte para unos finales de temporada pensados para hacerte saltar del sofá y maldecir por tener que esperar unos cuantos meses para resolver las incógnitas.
The Americans (FX, 2013-)
Phillip y Elizabeth Jennings (Matthew Rhys y Keri Rusell) parecen un matrimonio americano normal, que trabajan en una agencia de viajes, pero en realidad son dos agentes del KGB entrenados desde niños para servir a la Unión Soviética en suelo americano. Volvemos otra vez a la dinámica del gato y el ratón. El acoso del FBI, el sentimiento de duda que empieza a brotar en el seno de nuestros agentes respecto a sus sentimientos sobre la misión y su relación, el peso implacable del poder de Moscú que hace tambalear la vida de todos los que rodean a los Jennings... Todo eso nos lleva a situaciones que hacen que nos suden hasta las plantas de los pies.
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