¿Quién le iba a decir a Superstore que cuando en el mes de mayo se despedía con un huracán que arrasaba la tienda iba a estar tan de actualidad tras un verano en el que los huracanes Harvey, Irma, José, Lee y María (por citar alguno) arrasaban el Atlántico y buena parte de Florida, Texas y Luisiana? Quizá por ello todos los miembros del staff de la serie empezaron la campaña #crewsgiveafund entre las series de NBC. Sea como fuere, bien por ellos.
Puede que también por los recientes acontecimientos hayan decidido finiquitar rápido la catástrofe. Al menos los dos meses que han saltado en el tiempo evita que sean demasiados los episodios en los que se hagan bromas con un tema tan delicado y actual como éste. Quitando el coma en el que está el novio de Sandra y que Jonah ha perdido su apartamento y sus cosas, no se han hecho grandes chascarrillos sobre el tema. Porque Superstore no se centra en el desastre, sino en reconstruir y colaborar para volver a poner en pie su lugar de trabajo. Aunque lo tengan que hacer a contrarreloj porque un error de puntuación y de comprensión lectora termina por reducir su tiempo de trabajo en una semana. Las comas son importantes, amigos.
Para los amantes de Jonah y Amy, Jamy supongo, les va a esperar, muy para su pesar, un tiempo de situaciones que ya hemos visto en las dos anteriores temporadas. Ninguno parece querer ser el que diga abiertamente lo que siente. Eso después del apasionado beso durante el huracán y de que Amy confiesa a Jonah (disfrazados de minions) que se va a divorciar, nada se interpone en su camino salvo la necesidad de alargar trama. Veremos si no terminan por cansarnos antes de que su relación sea un hecho.
La relación en la que no tendremos que centrarnos más es la de Mateo y Jeff. A pesar de la desesperada declaración de amor del final de la temporada, Jeff ha vuelto con su ex y con peluquín. Esperemos que Mateo encuentre algo más que hacer, porque es uno de los personajes con más salida de la serie. No hago feos a un Revenge 2.0 con Mateo en el papel de Emily Thorne con Cheyenne como Nolan Ross. Jeff debe pagar por insensible y por no saber pronunciar la palabra "zoomba".
En cuanto a las otras tramas que se han permitido empezar en el inicio de la tercera temporada, parece que la guerra entre Carol y Sandra puede robar escenas con unos gags bastante divertidos. La rivalidad entre estas dos secundarias de lujo empezó por un hombre, luego Sandra dejó a Carol a su suerte en el huracán al negarle refugio y ahora ya hemos visto a Carol buscando herir a Sandra dejando caer una caja desde un estante. Esperemos que este feud se alargue en el tiempo porque verlas intentando matarse puede tener su gracia. Eso sí, no creo que ninguna lo consiga. ¿No?
La otra trama es la de la convivencia de Jonah y Garrett. Este emparejamiento ha funcionado en la antigüedad por sus diferencias y parece ser la excusa perfecta para acentuarlas. El problema, es que la serie se centra demasiado en lo que ocurre en Cloud9, lo que probablemente signifique breves flashbacks en los que muestren las infinitas diferencias que surgirán.
La última cosa a destacar del episodio ha sido el cameo de Howie Mandel, juez de America's Got Talent y que ha tenido la suerte de ser mandado por Gina, personaje imprescindible incluso en episodios como éste en los que aparentemente no tiene una trama con proyección. Eso sí, esperamos algún update en el siguiente capítulo del estado de su relación con Garrett. Ya sabemos que el irónico ha caído prendado ante los encantos de la gruñona y tendremos que ver cómo Garrett lucha para ablandar el corazón de Gina.
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