Desde el estreno de la nueva edición del consagrado talent show Operación Triunfo hace solo un mes, ha tenido lugar una revolución en la audiencia como hacía tiempo no sucedía con ningún otro programa de la televisión generalista. TVE llevaba tiempo preparando la gran vuelta del formato con la emisión de OT: El reencuentro y llenando los programas de todas las cadenas con las caras de los diferentes extriunfitos. El resultado no ha podido ser mejor, hasta el punto de que el lunes pasado llegó a superar en audiencia a la imbatible La que se avecina, por no hablar de que es imposible meterse en Twitter sin ver algún comentario al respecto. Hoy analizamos las razones de este gran éxito televisivo.
El ingrediente reality y un escenario musical favorable
Operación triunfo fue uno de los fenómenos televisivos del año 2001 junto a Gran hermano. La primera edición arrasó en audiencias y caló profundamente en nuestra sociedad durante años pero, al contrario que Gran hermano, fue incapaz de mantenerse en las ediciones posteriores. A pesar de que durante estos años han existido diversos formatos de talent show musical, ninguno de ellos tenía eso que a la audiencia tanto le gusta: el ingrediente reality, un formato que nos permite conocer a los concursantes, empatizar con ellos y que al poner el programa no solo veamos una cara bonita que canta.
Además de que España necesitaba un reality protagonizado por jóvenes (que no fuese ya Gran hermano), por otro lado, también necesitaba renovar una industria musical que lleva décadas dominada por artistas que hace tiempo superaron los treinta. Malú, Antonio Orozco, Alejandro Sanz, Estopa... son los cuatro de siempre los que suenan en la radio y, aunque a los jóvenes les guste, ya es hora de que aparezca una Miley Cyrus, una Demi Lovato o una Lorde que rejuvenezcan la música española de masas.
Unos millennials que hacen que ames la música
Evidentemente, no hay reality show que funcione sin un buen casting. Aunque sigue habiendo preferencia por los rostros bonitos, esta edición de Operación triunfo goza de personalidades bastante variopintas e interesantes que no poseen la ingenuidad de los concursantes de la primera edición, pues tienen una mayor formación musical (cosa que también se agradece) y pertenecen a una clase social más alta, pero que están dando una lección sobre los prejuicios que existen sobre los llamados millennials. La dulzura de Amaia o Marina, el carisma de Roi o Alfred, la franqueza de Aitana o Miriam... proporcionan momentos de entretenimiento inolvidables.
Al igual que existe una variedad de personalidades, también hay una variedad de estilos musicales (aunque a la mayoría se les obligue a cantar canciones comerciales en las galas). Hay vídeos maravillosos de Amaia homenajeando al malagueño Kanka o de Alfred versionando al grupo catalán Txarango, que captan la atención de un público más selecto y logran transmitir ese amor hacia la música que todos sentimos.
La bandera feminista y LGTB, y el carpeteo
Un concursante que regaña a su compañera por un comentario sexista, otra cuyo novio es transexual, dos profesores gays, varios concursantes bisexuales... Debemos reconocer que esta edición de Operación triunfo aboga mucho más por la diversidad sexual que las anteriores. El anuncio del fichaje de los Javis que, desde La llamada, se han convertido en una de las voces representativas de la homosexualidad, ya nos daba una pista de que esto iba a ser así (aunque nadie superará a Àngel Llàcer).
Por otro lado, una de las cosas que más han captado la atención del público, más allá del generalista, es aquello que hace que todo reality funcione mejor: el carpeteo (o el amor). Ya en la primera semana de programa, la tensión sexual entre Ana Guerra y Mimi hizo que media España se volviese loca en las redes, luego fue la supuesta relación más allá del amor entre Ricky y Agoney y, más tarde, ocurrió algo maravilloso, algo que ya forma parte de la historia de este país: Almaia.
Desde que dos de los más talentosos concursantes del programa, Amaia y Alfred, fueran elegidos para cantar en pareja el hermoso tema de la película La La Land "City of stars", España está que no pega ojo. Su actuación en esa gala fue una de las cosas más emotivas y mágicas que se han visto en la televisión generalista en mucho tiempo, algo que hizo que las redes temblaran y que espectadores como yo dejásemos el móvil durante un rato para pegarnos al televisor con la mano en el corazón. Fue un momento de comunión único y especial de esos que te recuerdan que una de las grandes virtudes de la supuesta caja tonta es que une a mucha gente distinta de las todas partes del país.
Un espectáculo audiovisual de altura
Hacía algún tiempo que TVE no abordaba un proyecto de tales dificultades técnicas como este en el que hay una gala semanal con música totalmente en directo de casi dos horas de duración. Hay que reconocer que al principio había bastantes problemas de sonido que, junto al nerviosismo de los concursantes, hacían que las galas, en general, dejasen mucho que desear; de hecho, creo que es el motivo principal por el que tanta gente no le dio una segunda oportunidad al programa. Sin embargo, conforme han ido avanzando las galas, el equipo técnico del programa ha sido capaz de trasladarnos a la grandeza de la primera edición con un buen espectáculo audiovisual cuya prueba más reciente es la actuación de Ruth Lorenzo en la última gala. Todo ello, además, orquestado por un presentador a la altura de las circunstancias (aunque no le vendría mal un poco más de naturalidad) y un jurado liderado por Mónica Naranjo que da bastante juego.
La cobertura en Internet
Pero donde TVE se ha lucido de verdad ha sido en la cobertura que le ha dado al programa en Internet. Por un lado, con el canal 24 horas en el que podemos ver a los concursantes en cualquier momento del día, a tiempo real (algo que en la primera edición estaba reservado solo a los espectadores de pago). Este canal es beneficioso para aquellos espectadores que desean una experiencia más intensa del programa y también para el programa en sí por la cantidad enorme de comentarios, memes, gifs, etc. que genera en la red y que han hecho que desde que el programa se estrenó sea trending topic todos los días. Sí, todos.
Por otro lado, el programa dispone de un canal de Youtube en el que se cuelga prácticamente TODO. No solo se encuentran disponibles los momentos más llamativos de la convivencia, sino también las galas y todas las clases de la academia, tanto de forma íntegra como por trozos, ordenadas por fechas, con sus títulos y sus descripciones bien hechas. Una estrategia, sin duda, brillante que, por ejemplo, permite que puedas ver las clases completas de cultura musical impartidas por Guille Milkyway (La casa azul) o las de interpretación de los Javis. Casi te dan ganas de pagarles porque es como si estuvieses en la mismísima academia.
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