El drama se ha apoderado con más fuerza que nunca de Riverdale. Esta semana hemos visto como nuestros queridos protagonistas se deben enfrentar a los diferentes dramas que les rodean pero, eso sí, sin dejar de acudir a sus elegantes soirées.
Por un lado, Black Hood ha vuelto a contactar con Betty con una premisa muy clara, haz todo lo que te diga y no mato a tu hermana Polly. La joven Cooper, ante tal amenaza, se convierte en la fiel sierva del asesino, pero a cambio de que él responda sus preguntas. Lo primero que debe hacer es dejar de ser amiga de Veronica, y no se le ocurre otro momento que la soirée que organiza para dar la bienvenida a Nick St. Clair (Graham Phillips). Después de esto, también debe dejar a Jughead pero manda a Archie para que se coma el marrón ya que ella pasa de todo.
Por otro lado, Jughead ha decidido ser una serpiente para poder controlar a la banda desde dentro y así evitar que causen daños a sus amigos. ¡Por fin! El personaje de Jughead está haciendo algo relevante en la serie y no solo poner cara de intensidad. Pero hacerse miembro de Las Serpientes no es tan fácil como parece y, tras pasar varias pruebas, consigue hacerse con la chaqueta y el tatuaje de la banda. Eso sí, no se le ve muy afectado con que Betty le haya dejado ya que no tarda ni un día en liarse con Toni. Jughead parecía tonto cuando lo compramos...
Y, por último, nuestra parte preferida del episodio, The Veronica Show: un drama en un mar de perlas. La joven Lodge se debe enfrentar a un fantasma de su pasado: Nick St. Clair. Con la llegada del joven, Veronica se ve arrastrada a su pasado de chica mala y fiestera del Upper East Side dejando descolocado a Archie. Veronica debe complacer a Nick por orden de su madre, ya que así podrán conseguir que los padres del joven inviertan en su proyecto. Por supuesto, Veronica no se va a rebajar por mucho que diga su madre. Pero este no será el gran drama de la joven Lodge. Nick St. Clair decide que si no puede tener a Veronica, tendrá a Cheryl aunque sea drogándola. Por suerte, el Comando Pussycats interviene y a taconazo limpio impiden que Nick abuse de nuestra querida Cheryl. La joven Blossom se piensa vengar y nosotros estamos deseando verlo.
Al final del episodio, descubrimos como Black Hood está jugando mentalmente con Betty y que ha descubierto que le ha contado todo a Archie. Por todo esto, Black Hood está dispuesto a asesinar a Polly y a sus padres, a no ser que le dé otro nombre. Tras dudar durante varios segundos, Betty tiene claro quién debe ser la próxima víctima de Black Hood: Nick St. Clair.
Esta semana Riverdale nos ha ofrecido un episodio con unas tramas más centradas sin tantos artificios y claves para la evolución de los personajes. Se agradecen capítulos así, que muestren las entrañas de los personajes además de hacer avanzar la trama con giros inesperados.
P.D.: Mención especial a la entrada de Alice Cooper en la fiesta de los Lodge después de que salga a la luz su pasado como delincuente de Southside.
P.D. 2: ¿Quién no ha fantaseado al principio del episodio con un trio Veronica-Archie-Nick?
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