The Walking Dead se ha dignado a mostrarnos la otra cara de moneda. Cinco semanas más tarde se han acordado de que nos habían dejado enganchados a la pantalla pendientes del dúo formado por Negan y Gabriel y que no estaría de más saber cómo se encuentran Dwight, Eugene, Simon y los demás sin su querido líder. Hasta la fecha nos habíamos encontrado con una guerra en la que sólo participaba un bando y lo hacía con altibajos. Gracias a este episodio ya hemos alcanzando el segundo día en el timeline de la temporada.
El encuentro entre Negan, Lucille, Gabriel y su fusil cumple el patrón de las intervenciones del sacerdote. Ya habíamos comentado durante las críticas de la temporada 7 que Gabriel era un personaje muy útil para conocer y desarrollar al resto. Sasha, Rosita (por favor, vuelve) y Spencer se habían abierto ante nosotros gracias a la capacidad de Gabriel por desquiciar a la gente y por la seguridad que ofrece el “secreto de confesión”. Negan no es distinto, y aunque en un principio parece que será un viaje por la habitación del pánico, termina creando cierto vínculo emocional con el sacerdote, una unión que termina con uno salvando al otro y con Gabriel convertido en el nuevo proyecto de Negan. Hasta tal profundidad ha llegado esa unión que ya ha sabido arrodillarse cuando Negan y él regresan de entre los muertos. ¿Peligrará ahora Eugene al tener sustituto alexandrino?
El padre Gabriel cuenta también sus pecados a su compañero de encierro. Y le confiesa su mayor arrepentimiento: el abandono a sus feligreses. Y Negan habla por primera vez de Lucille. La verdadera. Su primera mujer. Una mujer que cayó enferma y que no falleció hasta una vez empezado el apocalipsis. Una mujer a la que traicionó y a quien no pudo rematar una vez convertida. Camino similar al de Morgan, y vemos como ambos han terminado bastante mal de la cabeza.
Dentro del Santuario nos recrean los minutos previos al ataque sufrido en la season premiere. A aquel momento en el que Gregory parecía una baza real y no un simple bufón. Vemos como Simon parece estar interesado en tomar el control de los saviors, o al menos difiere con Negan en la forma de actuar, demostrando que es mucho más letal que su líder. Negan sabe que las personas son un recurso del que no pueden prescindir si pretenden seguir con su estilo de vida, de ahí que su plan parta de la necesidad de atrapar con vida a Rick, Maggie y a Ezekiel para dar ejemplo. A Simon no le importaría aniquilar entero a alguno de los pueblos, pero Rick y el resto provocan una tormenta de balas que termina con el consejo de seguridad de Negan compuesto por Simon, Dwight, Eugene, Regina y Gavin a cargo de una situación caótica que se presume llena de conflictos.
Al final, ni la lucha de poder entre Simon y Dwight ha sido tal ni han ocurrido tantas cosas como parecía vaticinar la promo. La única que parece creerse líder tras la supuesta muerte de Negan es Regina, que se lleva una reprimenda por matar a uno de los trabajadores de la planta. Un intento de buscarse las cosquillas entre los hombres más destacados del Santuario que ha sido muy sutil. Sólo una cosa ha resultado interesante de esa tarde-noche, y ha sido el acercamiento entre Eugene y sus pepinillos y Dwight y sus figuritas, unas figuras que delatan al traidor del santuario ante los ojos de Alexandria. Una información que es de vital importancia para el futuro de la guerra. ¿Eugene delatará a Dwight o protegerá el secreto empujado por el cariño que sigue sintiendo por su grupo original?
De momento, Eugene tiene suficiente con atender a un Gabriel que parece haber enfermado de repente. Imagino que le habrán mordido entre tanto caminante y entre tanto guirigay. Sería curioso que Gabriel, obsesionado con que su muerte tenga un sentido, pierda la vida por salvar al enemigo. Un poco patético sería; y este nuevo Gabriel, más capaz del que conocimos en su momento durante la quinta campaña, no se merece una muerte tan lamentable. #PrayforGabriel.
Los que siguen acumulando números de episodios son Rick y Daryl. Parece que llevan mal que durante la séptima temporada Rosita se llevase la victoria en cuanto a apariciones por episodio, que ahora aparecen para conseguir que los episodios alcancen los 43 minutos. Ambos tienen sus diferencias a la hora de enfrentarse a la guerra. Ya lo vimos en su día con Morales y con aquel chavalín al que Daryl no duda en asesinar. Esta vez han llegado a las manos. Se han pegado unos buenos mamporros antes de que todas las armas que habían conseguido hace siete días salten por los aires. Creo que es obvio que estas riñas no van a llegar a más. Parece una de las míticas peleas entre hermanos y está más que claro que es lo que son.
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