Hace pocas semanas conocíamos una noticia de esas que podríamos llamar bombazo. El gigante Amazon, capitaneado por Jeff Bezos, ganaba la batalla a Netflix y HBO y se hacía con los derechos de El Señor de los Anillos por la friolera de 250 millones de dólares. El acuerdo consiste en la adaptación para televisión de tramas precedentes a las historias de Frodo, Bilbo y compañía (The Fellowship of the Ring) y la producción se realizaría conjuntamente con los herederos en J.R.R. Tolkien y New Line Cinema, división de Warner Bros y encargada de llevar al cine la trilogía original. La idea es producir varías temporadas, aunque no se descarta también algún spin-off (suponemos que esto dependerá de la aceptación y el éxito de la serie matriz).
La sombra de Juego de Tronos es alargada y todas las plataformas están en busca de un éxito que pueda replicar el conseguido por el buque insignia de HBO. Amazon Prime Video ha coqueteado con el éxito a pequeña escala con títulos propios como Transparent o Mozart in the Jungle, pero queda muy lejos de alcanzar las audiencias de sus principales rivales. Jeff Bezos da un golpe encima de la mesa con esta compra y busca crear su propia serie evento que no sólo atraiga a millones de espectadores, sino que se convierta en un fenómeno social y cultural. Algunas fuentes estiman que Amazon podría llegar a desembolsar la desorbitante cifra de 1 billón de dólares si la serie tiene una duración estándar de 6 temporadas (250 millones por los derechos más unos 125 millones por temporada).
Hay vida más allá de la compañía del anillo
Mucha gente se estará preguntando si todavía queda algo que contar después de seis películas y cerca de dieciocho horas de metraje. Por increíble que parezca, la respuesta es un sí rotundo. Tolkien escribió infinidad de historias y relatos precedentes a lo que vimos en las obras de Peter Jackson, siendo el libro más importante el Silmarillion. Ya corren por Internet muchas teorías sobre qué historias podría abordar la serie, siendo estas algunas de las más importantes:
- El origen de los anillos de poder: antes de ser conocido como Sauron, el rey de la oscuridad y de Mordor se llamaba Annatar y se congraciaba con elfos, enanos y hombres. Cuando llega a Eregion, al oeste de Moria, enseña al elfo Celebrimbor a forjar los anillos de poder: siete para los señores enanos y nueve para los reyes de los hombres. En secreto, Celebrimbor forja tres para los elfos, libres de la corrupción de Sauron. Este forja el anillo único para dominarlos a todos y se enfurece al descubrir que no puede someter a los elfos. A partir de aquí, elfos y hombres unen sus fuerzas para evitar que Sauron se convierta en señor de la Tierra Media. Aquí veríamos también el origen de los Nazgûl, que son esos nueve reyes de los hombres corrompidos por el poder del anillo.
- Beren y Lúthien: esta historia ocurre miles de años antes de los hechos de El Señor de los Anillos, y se centra en los Silmaris, joyas incorruptibles y fuentes de belleza y poder creadas por el elfo Fëanor. Previamente a los hechos que narra la novela, el amo original de Sauron, Morgoth, roba estas joyas y las incrusta en su corona. Por otro lado, Beren, un hombre, y Lúthien, una elfa, enamorados, deben conseguir la aprobación del padre de ella, que no ve con buenos ojos su unión. Sólo aprobará el matrimonio si Beren rescata de la corona de Morgoth un Silmari, lo que llevará a Beren a vivir innumerables aventuras y penurias.
- Un joven Aragorn: Aragorn crece en Rivendel bajo el amparo de Elrond. A los 20 años descubre su linaje real y también conoce a su futura esposa, Arwen. Hacia los 25 se hace amigo del mago Gandalf. A lo largo de su vida (pre Lord of the Rings) mantiene vigilancia sobre La Comarca, vive en la espesura con los Dúnedain y sirve a Thegel, rey de Rohan, utilizando el nombre de Thorongil. Como soldado de Rohan lidera un ataque a los corsarios de Umbar, aliados de Sauron. Años más tarde, Galdalf le encomienda la misión de capturar a Gollum para poder interrogarle sobre la verdadera naturaleza del anillo único.
Al no tener ningún dato, todavía no podemos aventurarnos más allá, por lo que no sabemos si las temporadas tendrán un mismo hilo conductor, si serán autoconclusivas (teniendo en cuenta la cantidad de material de la que disponen) o si contarán varias historias que coincidan en una misma época, sin centrarse en una en concreto.
Muchas razones para emocionarse... y otras tantas para preocuparse
Los fans de la saga, tanto de sus libros como de sus adaptaciones cinematográficas, hemos recibido la noticia con una extraña mezcla de sentimientos. Por una parte, entusiasmo por volver a la Tierra Media y conocer nuevos personajes e historias. Por otra, recelo que puede desembocar en decepción, debido a que es un proyecto titánico que puede salir redondo o acabar siendo un fracaso de proporciones épicas. A continuación, enumeramos las fortalezas y debilidades de este macroproyecto que pretende llenar el hueco que deje Game of Thrones cuando finalice su última temporada en 2019.
A favor
✔ La abundancia de material: como se ha indicado antes, la obra de Tolkien va mucho más allá de lo que vimos en pantalla. Los guionistas de la serie tienen muchas historias entre las que escoger para adaptarlas al medio televisivo, con personajes conocidos o totalmente nuevos. Podrían, incluso, hacer una historia diferente cada temporada. En este punto deberíamos aclarar que el anuncio del contrato entre las partes es un poco ambiguo en lo que se refiere a qué material de Tolkien se podrá adaptar, puesto que ciertos escritos se habrían quedado fuera del acuerdo.
✔ Van a tirar la casa por la venta: Jeff Bezos no se ha gastado los rumoreados 250 millones para hacer capítulos de mercadillo. Los presupuestos por temporada serán estratosféricos, por lo que podemos esperar efectos visuales, decorados, vestuario y localizaciones de primer nivel. Estamos seguros de que el dinero se va a notar en pantalla. Once Upon a Time puede respirar tranquila, seguirá siendo la reina del croma de segunda división.
✔ El factor nostalgia: muchos hemos crecido con esta saga. Algunos recordamos ese gusanillo cada diciembre, durante tres años seguidos, sabiendo que llegaba la siguiente película, así como la infinidad de análisis plano por plano de los tráilers que copaban Internet. Serán muchos los que querrán asomarse a la Tierra Media cada semana para volver a revivir el fenómeno.
✔ Puede ocupar el hueco de Game of Thrones: aunque sean historias y temáticas distintas, esta serie puede llenar el (doloroso) hueco que dejarán nuestros queridos habitantes de Poniente. No sabemos si llegará a convertirse en un fenómeno tan enorme, pero una serie de fantasía con unos valores de producción de primera división tiene tirón, y mucho.
En contra
🗙 El hype puede matarla antes de empezar: vivimos en una era en la que se analiza todo al milímetro, nos enteramos de todo lo que acontece al segundo, lo compartimos y lo debatimos. Una serie de tal calibre, de una saga tan querida, va a ser sometida a un escrutinio casi enfermizo. Si las cosas no se hacen de la manera correcta, correrán ríos de sangre, rodarán cabezas y la serie se resentirá. O Amazon colma las expectativas o está en problemas.
🗙 La sobreexplotación de la marca: la saga de The Lord of the Rings se considera popularmente una obra maestra, pero la trilogía del Hobbit ya acusaba un desgaste y una afán por hacer caja estirando el chicle. El alargar un libro relativamente pequeño para hacer tres películas hizo más mal que bien a la marca. Además, a muchos les molestó el cambio de efectos más o menos de la vieja escuela por la sobredosis de efectos visuales. Habrá muchos que dirán: ¿más Lord of the Rings? Qué pereza.
🗙 Las comparaciones con Game of Thrones: ya hemos dicho que Juego de Tronos se ha convertido en un fenómeno pocas veces visto. Que la serie de Amazon sea una serie de fantasía de gran presupuesto hace que las comparaciones sean inevitables y quizás injustas, puesto que a primera vista no van a tener nada que ver. Parte del encanto de la serie de HBO son sus diálogos llenos de mala baba, sus intrigas palaciegas y el juego de traiciones. A priori, The Lord of the Rings no será así, por lo que comparar una con otra hará más daño que bien seguramente a esta última.
🗙 La 'inexperiencia' de Amazon: es, eminentemente, el gigante de las compras por Internet, pero su plataforma de video, Amazon Prime Video, está todavía lejos de hacerle sombra en éxito y producción propia a Netflix y HBO. Prime sólo cuenta en su haber con dos superproducciones (The Man on High Castle y The Grand Tour), por lo que podría decirse que todavía está aprendiendo. No sabemos si ante este desafío saldrá triunfante o se hundirá bajo la presión.
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