El caso Weinstein y las muchas acusaciones de abusos sexuales y comportamientos sexistas en la industria del cine y la televisión en Hollywood creó una ola de unidad, sororidad y fuerza para que cada vez más mujeres (y hombres) de la industria alzaran su voz para condenar comportamientos inaceptables que llevan siendo escondidos demasiado tiempo. Arancha Sánchez ya habló de este tema tan polémico en un espléndido artículo, pero ahora toca analizar de una forma un poco más fría el lado ficticio de la cuestión, porque los agresores tienen que ser castigados, y el show tiene que seguir, ¿pero cómo? ¿Cómo afrontarán las series de televisión más populares actualmente la salida de sus protagonistas? Vamos a ello.
El pasado octubre, la joya de Netflix, la primera serie producida por el servicio de streaming, House of Cards, se vio en peligro después de cinco temporadas cuando Kevin Spacey, que da vida a un ficticio y despiadado presidente de los Estados Unidos, Frank Underwood, fuera acusado por el actor Anthony Rapp y varios miembros del elenco de House of Cards de acoso sexual. Aunque Spacey negó los hechos, Netflix tomo la decisión de despedir al icónico actor. Después de muchos rumores y un parón en la producción de la serie, se anunció que ésta continuaría sin su protagonista, con una última temporada más corta y con la actriz Robin Wright encabezando la trama.
Muy oportuno fue que la pasada temporada se centrara cada vez más en Claire, la mujer de Frank Underwood, primera dama y ahora presidenta de los Estados Unidos. Y es que tenía razón cuando miró al espectador a los ojos en la season finale y dijo que ahora era "su turno". Cuando pedía con voz amenazadora a su marido que se fuera de la Casa Blanca, el terreno estaba preparado y ya sea por casualidad o no, House of Cards no tendría grandes dificultades en cerrar la serie sin Spacey, porque tenemos ante nosotros un personaje femenino complejo, muy fuerte e interesante que ha ido desarrollándose hasta convertirse en quien podría sacar adelante el drama de Netflix sin necesidad de Frank.
Muy oportuno fue que la pasada temporada se centrara cada vez más en Claire, la mujer de Frank Underwood, primera dama y ahora presidenta de los Estados Unidos. Y es que tenía razón cuando miró al espectador a los ojos en la season finale y dijo que ahora era "su turno". Cuando pedía con voz amenazadora a su marido que se fuera de la Casa Blanca, el terreno estaba preparado y ya sea por casualidad o no, House of Cards no tendría grandes dificultades en cerrar la serie sin Spacey, porque tenemos ante nosotros un personaje femenino complejo, muy fuerte e interesante que ha ido desarrollándose hasta convertirse en quien podría sacar adelante el drama de Netflix sin necesidad de Frank.
Está claro, por tanto, que Robin Wright —ganadora de un Globo de Oro por su papel de Claire Underwood— está más que capacitada para darnos una buena y última temporada y cerrar House of Cards como ésta merece, pero es inevitable tener dudas. La química de Spacey y Wright es maravillosa en pantalla, y ambos personajes se compaginan y completan. Y aunque estemos de acuerdo con el despido del actor, es innegable sentir una pizca de decepción e incluso tristeza ante la salida de un personaje de esa talla.
Pero por otro lado, despedirnos de Spacey podría dar una brisa de aire fresco a la serie y romper con la monotonía de la que muchos se quejaron en las últimas dos temporadas. El cómo se desharán los guionistas de Frank Underwood está por ver y es difícil decir con exactitud, pero un personaje tan estratégico y con una personalidad controladora podría haber planeado su escape desde hace tiempo, cuando le dejó la presidencia a su mujer. Frank tiene muchos contactos y todavía más poder, por lo que desparecer sin dejar rastro sería factible, aunque demasiado discreto para él. Tampoco es descabellado pensar en la muerte del protagonista, aunque sería un recurso demasiado sencillo para la complejidad que caracteriza House of Cards.
Pero por otro lado, despedirnos de Spacey podría dar una brisa de aire fresco a la serie y romper con la monotonía de la que muchos se quejaron en las últimas dos temporadas. El cómo se desharán los guionistas de Frank Underwood está por ver y es difícil decir con exactitud, pero un personaje tan estratégico y con una personalidad controladora podría haber planeado su escape desde hace tiempo, cuando le dejó la presidencia a su mujer. Frank tiene muchos contactos y todavía más poder, por lo que desparecer sin dejar rastro sería factible, aunque demasiado discreto para él. Tampoco es descabellado pensar en la muerte del protagonista, aunque sería un recurso demasiado sencillo para la complejidad que caracteriza House of Cards.
Otra serie afectada por las acusaciones de escándalos sexuales es Transparent, la producción de Amazon Prime protagonizada por Jeffrey Tambor, y ha sido él quien ha recibido críticas por comportamientos inapropiados en el set. Fue la actriz Trace Lysette, compañera de reparto en dicha serie, quien ha alzado la voz junto con otras mujeres conocidas del actor. Amazon confirmó que se estaba elaborando una investigación y después de que Tambor negara los hechos y sugiriera que abandonaría la serie, su representante declaró que el actor no tiene intención de dejar de interpretar a Maura. El futuro de Transparent es ahora incierto y no se ha dado demasiada información, pero la posible salida de su protagonista genera muchas dudas sobre cómo podría seguir adelante una serie que gira en torno a una mujer trans de 72 años, interpretada por el actor. En este caso, aunque hay personajes interesantes que podrían dar mucho más de sí, como Ali, hija de Maura que tuvo mucho protagonismo en la temporada pasada de la serie, la verdadera protagonista de Transparent es el personaje al que da vida Jeffrey Tambor.
Jill Soloway, creadora de la serie, se ve en una encrucijada, ya que o bien podría contratar a otro actor o actriz para interpretar a Maura, o podría seguir la serie sin ella, aunque en ambos casos se perdería gran parte de la esencia de esta dramedia que es una de las ficciones más originales, reales, atrevidas y con más representación LGBT de los últimos años. La investigación y el posible despido de Tambor sería perfectamente justificable, y una buena forma de seguir con la serie y con el alma reivindicativa y especial que ésta tiene sería dando protagonismo a otras mujeres trans, ya sean las amigas de la protagonista, que ya fueron relevantes para la trama pero siempre secundarias, o una nueva protagonista. La posibilidad de que Maura fallezca o desaparezca de repente podría ser válida si se hace correctamente, pero no ideal, ya que sería una pérdida del encanto central de la serie y podría ser mal recibido por gran parte del público. No todo en Transparent es Maura, pero sí es una parte muy importante de ella.
Después de barajar varias opciones en este humilde artículo, quedará por ver cómo lidian con estos percances ambas series. No es un tema fácil y cambiar el rumbo de una serie en poco tiempo teniendo contentos a los espectadores es algo complejo. Hay decisiones que tomar, guiones que reescribir y reflexiones que hacer, porque ésta es la parte menos importante de la cuestión, las voces tienen que seguir siendo alzadas sin miedo y si algo han demostrado series como Transparent o House of Cards, es que los personajes femeninos son fuertes y válidos, están hartos de ser secundarios y van a luchar para que fuera de la pantalla pueda ser igual.
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