En palabras de la gran Stacy Layne Matthews: “who the fuck is Heather?” La respuesta va a ser rápida y fácil: el piloto de una de las mejores adaptaciones de cine a televisión que vas a ver. Derivada del ya clásico homónimo protagonizado por Winona Ryder y Christian Slater, Heathers es uno de los últimos coletazos del género teen con una fuerza y una garra que para nada encajan con un tipo de series que lleva varias temporadas al borde de la extinción. Archie aparte.
Para los ajenos: Heathers podrá ser tu clásica serie de adolescentes de reparto desconocido en la que una rubia demasiado modosita cae prendada de un misterioso chaval con un oscuro pasado y aún más oscuras tendencias psicopáticas. Su tempestuosa relación pasa por subvertir el orden de las aulas liderado por el típico grupo de chicas malas a base de manipulaciones, juegos peligrosos y asesinatos. Lo que en su día fue película de culto regresa el mes que viene a las pantallas con un lavado de cara salvaje y desmedido.
Para los no tan ajenos: vistos tanto película como piloto, las similitudes son abundantes. El punto de partida de los personajes y el tono están ahí tal cual: una heroína abducida, un sociópata rebelde del que enamorarse, antagonistas triples que te sacarán de tus casillas y todo hilado desde una comedia negra hasta el exceso y una violencia criminal sin complejos ni medias tintas. Ahora viene lo potente: cogen todo, le meten esteroides, brutalidad y luces de neón y se convierte en el nuevo must capaz de poner en el mapa el rebranding de Paramount Network.
Los 40 minutos del piloto se corresponden narrativamente con gran parte de los 50 primeros de la película, pero difieren en ciertos puntos clave que garantizan la continuidad de la serie —aunque haya sido planteada como una antología—. No es para nada necesario ver la hora y media larga de la Heathers original para disfrutar de la serie, pero sí que se dejan algunas pildoritas para reconocer en forma de curiosos before and after y citas célebres de la talla del “fuck me gently with a chainsaw”. A un título más personal y con sólo cierto reparo al linchamiento por parte de los fans acérrimos del largometraje: viéndolas una frente a la otra, la idea de Heathers en formato de serie da bastante más de sí y, entre nosotros, esto sabe a la versión mejorada de la película.
¿Por qué? Porque el ensayo de la popularidad que era la original amplificado por los bienes y bondades de la era millennial es explosivo. Aunque parezca que son las Heathers de Instagram, son más bien las Heathers de Twitter. Tres adolescentes tradicionalmente presas de la discriminación que, en una utopía posmoderna, trascienden raza, sexualidad y físico para imponer una dictadura empoderada con valores positivos. Defienden a las minorías desde esa heterofobia, ese hembrismo y ese racismo inverso que tanto bañan de gloria a los bocachanclas del pajarito. En resumidas cuentas: las nuevas Heathers traen un discurso hasta bonito ejecutado con una AK-47 de veneno y bilis. Vamos, la mejor manera de tomar verdura y, más que nada, una serie no apta para ofendiditos.
“¿Ahora los gordos pueden ser populares?”, se pregunta el director del instituto en una reunión del claustro maravillosamente descerebrada. “Los negros han tenido su momento. Eso sí, los gays y los judíos están ya pasados”, le responden. Heathers se mueve en una incorrección política tan sumamente ofensiva que da la vuelta al espectro y se vuelve la mejor defensa posible para legitimar la igualdad desde un todo vale de cuyos envites verbales nadie se salva. Especialmente los varones blancos heterosexuales. No hay tabús, no hay palabras prohibidas. Es un guion excesivo y escandaloso de cabo a rabo y sólo por importarle tres mierdas las críticas que se podrían hacer se merecen nuestros dieces.
Esta surrealista presentación, por mucho que técnicamente quiera construirse en base a una cinta de finales de los 80, tiene otro referente mucho más claro y más cercano a todos nosotros: Scream Queens. Las Chanels, que de por sí heredaban de las primeras Heathers, ya no son rubias y monísimas, ahora son antiguos marginados que han ascendido al poder y acaban envueltas en una trama de caos y destrucción tan estúpida como descojonante. Ryan Murphy, dejaste morir tu obra tróspida, pero por fin está aquí el relevo.
Aunque el piloto ya ha sido preestrenado de manera online, la serie llegará a España de la mano de HBO el 8 de marzo.
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