Tras varias semanas de parón, Riverdale ha vuelto más fuerte que nunca, cargada de mamarrachismo, sentimientos, dramas, giros imposibles de guion y, por supuesto, más mamarrachismo.
Esta semana nuestros cuatro protagonistas se van de fin de semana a la cabaña que tienen los Lodge en el bosque. Cuatro adolescentes, hormonas y una cabaña... ya podéis imaginaros qué puede pasar. Pero no todo será hacer el amor apasionadamente, ya que antes de que empiece la fiesta, Cheryl decide llamarles para contarle a Jughead que Betty se besó con Archie. Las tensiones explotan en el lago y Jughead se siente traicionado por su amigo y su novia.
Por suerte, Jughead y Betty son seres razonables que hablan de los problemas y lo terminan solucionando, mientras que de fondo suena el chirrido del amor provocado por Archie y Veronica. Con todo más calmado, Veronica propone darse un baño en la piscina y ¿qué pasa si juntas adolescentes, hormonas y una sugerente piscina a la luz de la luna? Exacto, lo que imagináis. Veronica propone a Jughead besarse para quitarle hierro al asunto y Jughead, que no es tonto, acepta encantado. Archie se coge un mosqueo del quince porque su orgullo ha sido herido. Yo desde aquí pido un buen beso entre Archie y Jughead porque... porque sí.
En está ocasión es Veronica quien intenta arreglar la situación con Archie pero este no está por la labor y, mientras hace unas flexiones, pone cara de amargado. De fondo suena el chirrido del amor provocado por Jughead y una Betty que parece poseída por 50 sombras de Grey.
A la mañana siguiente, Veronica y Betty van de compras al pueblo, donde nuestra Lodge preferida compra de forma totalmente aleatoria una vela y un tarro de miel. Mientras, los chicos del pueblo las miran como si fueran sus presas. De vuelta a casa los chicos se enteran de que papá Lodge ha comprado el periódico y las autocaravanas, lo que pone a Betty y Jughead en contra de Archie y Veronica. Sin previo aviso, Riverdale se convierte en Funny Games. Los chicos del pueblo asaltan la casa en busca de dinero, pero Veronica se las ingenia para pulsar la alarma silenciosa. Ante tal sorpresa los chicos salen corriendo, no sin antes robarle a Veronica sus preciadas perlas. Archie corre tras él cuando se encuentra a André, que remata la jugada y elimina al joven.
Cuando todo esto ocurre, en Riverdale la vida continúa. Josie se entera de que sus padres se van a divorciar debido a la aventura que tiene su madre con el sheriff Keller. Josie se lo cuenta a Kevin y este discute con su padre sobre el tema. Este no es el único problema con el que tiene que lidiar Kevin, sino que el joven se siente solo y ansía tener una pareja. Intenta recurrir a Moose pero al parecer sigue saliendo con Midge y por ahora no está dispuesto a salir del armario.
Si tenemos que destacar algo de este episodio, es a nuestra querida Cheryl. La joven pelirroja se ha abierto en canal en los pocos minutos de protagonismo que ha tenido. Cheryl le ha contado a Toni que no es la chica insensible que todos piensan que es, sino que estuvo enamorada de una chica que se llamaba Heather. Sí, Cheryl acaba de salir del armario. Si no os ha emocionado esta escena probablemente no tengáis corazón.
Esto es todo lo que han dado de sí los cuarenta y cinco minutos de episodio. Amor, sexo, resentimiento, atraco, salida del armario, drama y mamarrachismo. Ninguna serie sabe aprovechar tan bien los minutos como Riverdale, y es que a pesar de todo lo que ha ocurrido nada sobra ni nada falta. Riverdale nos cuenta su historia como quiere y al ritmo que quiere y yo solo puedo pedir más.
P.D.: Comprad colchones sin muelles.
Promo 2x15 There Will Be Blood
COMENTARIOS