Esta temporada de Fear The Walking Dead se está caracterizando por el lavado radical de imagen que está sufriendo. Morgan se ha convertido en el líder natural de la ficción, lo que ha empujado a Madison a un rol secundario en los flashbacks que nos dejan ver del estadio. Mientras, Alicia, Victor y Luciana (como sustituta de Ofelia) no hacen mucho ruido en el presente porque lo importante son los nuevos fichajes. Cuando decides introducir a tres personajes nuevos en una cuarta temporada, es normal y lógico que tus personajes habituales pierdan cierto peso narrativo para que los recién llegados puedan presentarse. Althea es el personaje más interesante de los tres, Naomi/Laura el más misterioso y John Doria el más plano. Son precisamente estos dos últimos los que protagonizan los más de 43 minutos de esta semana, tratando de dar profundidad a los nuevos fichajes que más lo necesitan.
La semana pasada Fear TWD decidía descubrir aquello que ya nos olíamos. La distante Naomi era la Laura por la que bebe los vientos John Doria. Por desgracia, la primera gran prueba de que su amada está cerca llega acompañada de una terrible noticia: Luciana confiesa que nadie pudo sobrevivir al incendio en el estadio. En este preciso instante los caminos de los protagonistas se separan, y así permanecerán al menos otra semana más. Porque en esta ocasión no ha tocado avanzar, sino que hemos tenido que regresar al pasado para poder añadir piezas al puzzle temporal que presenta esta temporada.
John Doria vive solitario y apartado de cualquier muestra de civilización. En su cabaña junto al río y rodeado de un pequeño foso se ha asentado y sobrevive a base de latas, la pesca y su colección de películas. El expolicía se ha acostumbrado a la monotonía del apocalipsis. Incluso usa despertador. Los días pasan. El tiempo se sucede sin meta aparente más allá que la supervivencia. Hasta que como un golpe del destino, el cuerpo de Naomi/Laura aparece arrastrado por el río junto a su cabaña. El hombre la acoge en su casa, le ayuda a curarse las heridas y le da de comer. En cierta medida, sigue el patrón que llevó a Ofelia la temporada pasada aliarse con Taka.
Poco a poco, las prisas de Naomi/Laura por irse se disipan. Y el equipo que empiezan a hacer da señales de poder prolongarse en el tiempo. Pero ambos tienen miedo. Ella tiene miedo a permitirse querer, y es que este fin del mundo en el que viven ya se ha llevado a su hijo; él teme enamorarse de una mujer que ha anunciado varias veces que pretende marcharse. Pero es inevitable. Ambos se declaran. Se besan. Pasan la noche juntos. Y ella desaparece dejando sobre la mesa de la cocina un mensaje de despedida con las fichas del scrabble. Triple tanto de palabra por lo menos.
En la actualidad, vemos a John junto a Morgan aferrado a las fichas. Juntos emprenden un nuevo camino. ¿Hacia dónde? ¿Estarán de verdad muertas Naomi/Laura y Madison o simplemente pretenden jugar con la sorpresa? ¿Qué sentido tendría introducir la búsqueda de John Doria como su necesidad dramática si ya nos han dicho que no tiene nada que buscar?
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