Gilead es un país con valores muy tradicionales que está compuesto por personas que los comparten y cumplen a rajatabla. La teoría está muy bien, y ha de cumplirse al menos de puertas para fuera. Sin embargo, la realidad cuenta otra historia: Gilead es como cualquier otro país, en el que sus ciudadanos tratan de sobrevivir a cualquier precio. Y en esa constante lucha por la supervivencia aparece la doble moral. A Fred Waterford no le pareció mal que su mujer trabajase en su nombre encubriendo su lamentable estado durante su paso por el hospital. Igualmente, no le afectó la ayuda y apoyo de Serena cuando trataban de escalar hacia el poder. Pero una cosa es ayudar y otra muy diferente reemplazar.
Fred es un hombre muy simple y acomplejado, que ha tenido la suerte o la desgracia de acabar casado con una mujer superior a él en muchos aspectos, entre ellos un espíritu fuerte y una inteligencia que es capaz de apagar la luz del Señor Waterford. No está mal mientras todas esas virtudes trabajan para él, pero en el momento en el que se escapan de su control ha de mostrar la superioridad que el régimen de Gilead le ha dado al hombre para someter a la mujer. Primero Fred le niega a Serena un favor, y ésta, poco o nada acostumbrada al no, falsifica su firma para conseguirlo igualmente. El comandante se entera y pasa a la acción, azotando a Serena delante de June. Esto supone una humillación para Joy e irremediablemente separará a ambas mujeres que por fin habían enterrado el hacha de guerra.
Lo impactante del caso es ver como June y Serena sí son capaces de trabajar juntas y de llegar a ser amigas. No son tan distintas al final. De hecho, no debería sorprendernos tanto. La verdadera revelación del capítulo es Fred, que retira su máscara como mediador y en su lugar aparece el tirano. Las dos mujeres descubren en el despacho del comandante quién es su verdadero enemigo. La rivalidad de la esposa y la criada se ha basado siempre en la capacidad de engendrar o no a un hijo, sentando las bases para una relación imposible entre los dos roles femeninos que han de odiarse mutuamente por la envidia que supuestamente deben sentir.
Pero ese sentimiento es una imposición social, algo que siempre se ha asociado a la mujer: no hay unión entre las mujeres. Mentira. La sororidad existe, solo nos han hecho creer que no somos capaces de empatizar con nuestras iguales porque de esta manera no reconocemos al verdadero opresor, interpretado en este caso por Fred Waterford. ¿Será suficiente la lección impuesta por Fred para que Serena y June retrocedan en su relación o el paso que han dado es tan firme que ni el cinturón del comandante podrá hacerlas retroceder?
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